Sobre las 8:30 del miércoles 10 de mayo inició la primera jornada de la audiencia única de verdad en la Jurisdicción Especial para la Paz contra Salvatore Mancuso, excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia extraditado a Estados Unidos. Desde una cárcel de Georgia expuso, durante más de ocho horas, su versión sobre el conflicto armado y los nexos que tuvo ese grupo paramilitar con la fuerza pública, gremios empresariales y sectores políticos.
En la segunda parte de la audiencia única de verdad ante la Jurisdicción Especial para la Paz (2:30 de la tarde), Mancuso continuó su declaración sobre la relación de los grupos de seguridad Convivir, empresas bananeras en Córdoba nacionales y extranjeras y las AUC.
“Por Urabá entraron 8.000 fusiles por lo menos, y millones de cartuchos. Y estaba la Convivir activa, sirvió de bisagra no solamente en esta región”, detalló Mancuso sobre la expansión de ese grupo paramilitar a finales de los años 90 y comienzos de los 2.000. Incluso, aseguró que personas jurídicas también estuvieron detrás del repliegue de agentes paraestatales en diversas regiones del país.
“Estuvo Postobón, Bavaria, Coca Cola, el mismo Ecopetrol”, añadió Mancuso. A su vez, ratificó que esos grupos privados de seguridad actuaron como ‘bisagra’ para la legitimidad de la relación entre la fuerza pública y las autodefensas y que, para el momento en que se desplegaron por el resto del país, las Accu –Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá– ya habían cooptado a todo Córdoba.
En su primer día de declaración, también mencionó que funcionarios públicos, como Pedro Juan Moreno, lo habrían asesorado a él y a los hermanos Castaño para la consolidación de grupos de autodefensa y el apoyo que recibiría la fuerza pública en materia de poder militar e inteligencia. Benito Osorio, exgobernador de Córdoba, también impulsó el desarrollo de las Convivir.
“Había una política de Estado para consolidar en aquel momento la conformación de las Convivir, que sirvieran de bisagra entre la fuerza pública y la ciudadanía”, expuso Mancuso sobre esos grupos privados que se convirtieron en estructuras como las AUC.
La coordinación entre Ejército, la Policía y el DAS
Junto con los grupos de autodefensa, la fuerza pública creó cuadrantes en distintos departamentos del país.
“Yo vivía en Montería, el Cortijo, y todo el mundo sabía quién era yo y veían al coronel –de la brigada 11– que llegaba todos los días madrugadito a las 5:30 de la mañana a mi casa”. Los paramilitares habían dotado a la fuerza pública con radios de comunicaciones para coordinar operativos a través de frecuencias distintas a las oficiales.
Establecieron apoyos para bombardeos: Mancuso expuso que en una ocasión, las autodefensas le pidieron respaldo bélico al general Alfonso Manosalva Flórez “cuando estábamos en peleas muy apretadas con la guerrilla”. Años más tarde, fueron originadas las recompensas por personas presentadas como guerrilleras abatidas en combate (”o supuestas” según Mancuso).
A partir de 1998, las autodefensas tuvieron su despliegue total en el país debido a un temor generalizado entre empresarios, la fuerza pública “y la élite del país” en que la guerrilla pudieran llegar al poder e instaurar “un modelo de gobierno como en Cuba o en los países comunistas”. Ello abarcó la consideración de líderes sindicales, integrantes de la Unión Patriótica –UP– como colaboradores de grupos insurgentes.
Los crímenes contra la comunidad indígena zenú fueron “de Estado”, según Mancuso. “Después de 17 años no logro aún dimensionar hasta dónde fue la profundidad del daño, porque truncamos ilusiones, esperanzas, proyectos de vida no solamente de la persona que asesinamos, sino a los familiares”, agregó.
La audiencia única de verdad continuará el jueves 11 de mayo desde las 8:00 de la mañana. Las víctimas y la magistratura emitirán esa diligencia desde Montería y esperan que el exparamilitar haga aportes plenos a la verdad que permitan su ingreso al tribunal de justicia transicional.