Un corrientazo por 2 mil pesos ofrecen en restaurante de Medellín: cómo lo hacen

Trae sopa, jugo y un trozo de generoso de carne, que podría dejar satisfecho a cualquiera

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Corrientazos se habrían encarecido un 23%, en comparación con el 2022. Colprensa
Corrientazos se habrían encarecido un 23%, en comparación con el 2022. Colprensa

No una, sino dos veces, el creador de contenido Scristian Capera ha documentado su viaje al barrio La Candelaria (centro de Medellín), para disfrutar del corrientazo de 2.000 pesos, que los vecinos del sector reconocen con tan solo nombrarlo.

En la fachada de uno de los restaurantes, ubicado en la ‘calle del pecado’, de Prado Centro, se lee: “Desayunos almuerzos comidas desde 2.000 en adelante”, aunque, al entrar, lo primero que preguntan quienes atienden es: “¿Uno de dos mil?”.

El paisa admitió que en el pequeño local “hacen una comida muy rica”, tanto así que “de todos los restaurantes que hemos comido, acá encontramos los mejores frijoles”.

rae sopa, jugo y un trozo de generoso de carne, que podría dejar satisfecho a cualquiera

Aunque, quedó igual de sorprendido con la porción de proteína que consiguió por menos de lo que cuesta un Chocorramo: “Lo que más me impresionó fue el pedazote de carne que me dieron por tan solamente 2 mil pesos. Esta carne era más grande que mi mano”.

Mientras, ya en un segundo establecimiento, sobre la misma calle, encontró un lugar que, según el dueño, está abierto “desde las 4:00 de la mañana y hasta las 11:00 de la noche. Aquí se sirve es con morbo”.

Algo que logró comprobar, una vez le sirvieron sopa, arroz, carne, acompañamiento y jugo. Así que –gratamente sorprendido– al final de su reseña comentó: “Recomiendo este lugar para que vengan a comer. Échele ganas, mijo, que tan solo es a dos mil pesitos”.

Varios restaurantes cobran entre 1.500 y 2.000 por un almuerzo con todo

¿Por qué el corrientazo se disparó de precio?

Desde que inicio el 2023, Infobae Colombia ha venido siguiéndole la pista, mes a mes, al Índice de Precios al Consumidor (IPC), en otras palabras, el indicador que mide el aumento en los precios de bienes y servicios representativos del consumo en los hogares, que entran en la bien conocida “canasta básica”.

De ahí el cambio en el costo de los alimentos, en supermercados y restaurantes, que termina afectando el bolsillo de los colombianos, generando, por ejemplo, el aumento en los precios del corrientazo, el alimento por excelencia de los trabajadores colombianos.

De acuerdo con el Departamento Nacional de Estadística (Dane), al cierre del primer trimestre (marzo), el IPC presenta un incremento del 13.34%, en comparación con la misma fecha del año anterior (2022).

Dicho de otro modo, el costo de vida aumentó en un 13.34%; mientras que, con la inflación, el aumento real del salario mínimo fue de solo un 3,4%, según un estudio realizado por el medio La República.

Lo que quiere decir que el poder adquisitivo de los colombianos sigue bajando y por eso, comprar el mismo corrientazo de hace unos meses, ahora, sale mucho más costoso, pero ¿cuánto?

Pues bien, de acuerdo con las cifras entregadas por el Dane, comer fuera de casa es un 18.64% más costoso, que el año pasado. Aunque, esta cifra puede crecer aún más, dependiendo del alimento que se compre. Y es que, la comida chatarra o comida rápida llegó a presentar un incremento en su precio de hasta un 20.82%.

Aunque estas cifras cambian, dependiendo de la ciudad por la que se pregunte. Volviendo al ejemplo del corrientazo, en Cali puede llegar a acostar hasta un 20% más, en Bogotá un 8,81% y en Medellín un 4,36%.

Principalmente, debido al incremento en el precio de cada uno de los alimentos que se incluyen en el plato; dígase carne, papa, plátano, frijol y hasta limón. Según Javier Salcedo, gerente de Corabastos: “Lo anterior se ha presentado en frijol, papa criolla, arveja verde, cebolla junca, limón, plátano, habichuela y zanahoria. La variación de precios ha estado en un promedio de 10%”.

Aunque recalcó que, si bien los precios parecen altos, al menos, han logrado mantenerse estables en los últimos días. Un comportamiento que, también, podría cambiar en cualquier momento.

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