Pocos oficios tienen códigos tan estrictos como el del sacerdocio y la fuerza pública. Por eso llamó la atención que dos párrocos y un policía estuvieran bebiendo licor en una reunión que terminó con el uniformado herido por un disparo. Para una persona cercana a la iglesia de Juan Rey Sur, donde ocurrieron los hechos, falta un componente en esa trama misteriosa asociado al quebrantamiento de la castidad.
Los sacerdotes Frank Jordano Castro y Miguel Ángel González departían con el subintendente Jesús Daniel Cortés al interior de la iglesia, tomando licor. No se sabe cómo ocurrieron los hechos, pero pasada la medianoche miembros del cuadrante acudieron a un llamado de emergencia porque el policía había resultado herido de un tiro.
La primera versión que dieron los párrocos es que todo habría ocurrido por un accidente. Fueron capturados por presuntamente lesiones personales y porte ilegal de armas, pero poco después quedaron en libertad, al parecer por un mal procedimiento al momento de su detención, pues se produjo en la casa cural pero se reportó como ocurrida en la parroquia.
Se sabe que no era la primera vez que compartían juntos los tres implicados, únicos que fueron identificados por la Policía que acudió al lugar después de los hechos. Pero una persona, asidua feligrés de Juan Rey, señaló a Q’hubo que esa información no estaría completa y en el lugar se encontraba esa noche una cuarta persona.
“¿Por qué hasta ahora nadie ha dicho que hay una mujer implicada en el desarrollo de lo que pasó? Mire, esa noche en la iglesia estaban los dos sacerdotes implicados, el policía que quedó herido y también estaba una mujer”, señaló la testigo al medio citado.
Según la feligresa, la mujer que se encontraba en la reunión con los sacerdotes y el policía colabora desde hace muchos años en parroquia y vive en el barrio, pero su compromiso no es únicamente de fe, sino que además -como lo sabe gran parte de la comunidad- sostiene una relación sentimental con uno de los párrocos implicados.
La testigo asegura que esa persona, de la que no se ha dado información, es la clave para resolver el misterio que rodeó el disparo contra el uniformado. Pues este se habría producido en medio de una discusión desatada por conflictos amorosos, afirmó la mujer al diario.
“El tema del disparo se dio porque el policía y uno de los curas, en medio de los tragos, discutieron por el amor de la muchacha. Al parecer, por el cura intentar desarmar al policía fue que pasó lo que pasó”, señaló. Sostiene que un compañero del uniformado estaba fuera de la iglesia y al escuchar la detonación ingresó y alertó al cuadrante.
La situación va más allá de las faltas personales de los implicados. La mujer aseguró que una persona que habló con medios de comunicación recibió amenazas y tuvo que salir de la ciudad, debido a que se estaría buscando ocultar lo ocurrido en la parroquia San Camilo de Juan Rey.
Miembros de la comunidad consideran que el hecho es el detonante de una serie de irregularidades que han generado molestia desde hace meses, por una supuesta alianza entre los uniformados y los sacerdotes. Esa relación habría llevado a que se oculte la presencia de la mujer en los hechos, así como la supuesta versión real de lo ocurrido en la madrugada del 29 de abril.
A esto se suma que en el desarrollo de la audiencia se reveló que en la escena había dos armas, aparentemente en poder de los sacerdotes, quienes le manifestaron a la Policía que querían entregarlas. La versión de uno de los patrulleros, recogida por la Fiscalía, es que fue en ese momento cuando en medio de la manipulación se produjo el disparo que afecto al policía implicado.