El fusilamiento a un jaguar en la selva ha causado tanta indignación en redes, que incluso el Ministerio de Ambiente colombiano condenó enfáticamente en ataque, aunque no se conoce dónde sucedió el hecho ni cuándo.
En el video se ve a tres hombres armados que le disparan al majestuoso ejemplar, que intentaba escapar trepando de un árbol. El felino, el más grande de América, cae al piso de la selva y es rematado por los agresores. La denuncia fue realizada por los guardianes del Chiribiquete (puerta norte de la Amazonía), junto al macabro video en el que logra observarse el momento justo en el que uno de los implicados dispara a la copa del árbol en el que intenta resguardarse el animal.
Y, una vez se desploma, le apuntan y disparan en al menos en 10 ocasiones, hasta que el felino se queda totalmente inmóvil, postrado, a la orilla de un pequeño sendero de agua.
“Esta publicación nos llena de tristeza, impotencia y desilusión. (Origen del video, desconocido)”, se lee en la cuenta de los guardianes amazonicos @pipeqida.
Sobre las imágenes del video, el Ministerio de Ambiente comentó: “Rechazamos el triste y repudiable acto que termina con la vida de un Jaguar a manos de personas inescrupulosas. Les recordamos que la supervivencia del Jaguar es determinante en nuestros ecosistemas, de esta depende el hábitat de otro sinnúmero de especies en nuestro país”, pese a no contar con información que sugiera en dónde pudo ocurrir el brutal ataque.
Sin embargo, algunos creen que podría tratarse del mismo jaguar asesinado de forma violenta en La Unión, Sierra Nevada, que la Corporación Autónoma Regional del Magdalena encontró en la mañana del miércoles, 3 de mayo.
“Rechazamos el asesinato de un jaguar en La Unión, Sierra Nevada. La Corporación se encuentra realizando las investigaciones para las sanciones administrativas que correspondan y traslada este crimen a la fauna silvestre a la Fiscalía General de la Nación para que se ejecuten las medidas penales”, comentó entonces la CAR.
El gobernador del departamento Magdalena, Carlos Caicedo, también se refirió al tema e, incluso, ofreció una recompensa por información que permita dar con el paradero de quien o quienes asesinaron al jaguar, venerado por las comunidades indígenas y clave para el ecosistema selvático.
“Mi rechazo total a la violencia contra la fauna silvestre! Sin una autoridad ambiental comprometida en el Magdalena con la educación de la gente, será muy difícil lograr que los ataques a la fauna amenazada, como la muerte del jaguar en la vereda La Secreta hacia La Unión de Ciénaga cesen. Ofrecemos $5 millones para ubicar y judicializar a los responsables. La Sec. de Ambiente y del Interior liderarán mesa con autoridades”, trinó el mandatario.
Esta especie, al igual que otras que habitan el Amazonas, se encuentra en peligro por cuenta de la reducción de su hábitat, la cacería furtiva y la expansión de los monocultivos, en una zona preservada por terratenientes, organizaciones, empresas e instituciones, defensoras de la fauna silvestre.
Campesino de Suratá capturó y torturó hasta la muerte a un ocelote
Conmoción e indignación causaron las imágenes de un felino de la especie Leopardus pardalis, mejor conocido como ocelote, que fue brutalmente asesinado en la vereda del Cachirí, en el municipio de Suratá, a unos 45 kilómetros de Bucaramanga.
Grupos de animalistas piden justicia para el ejemplar, que pertenece a una de las tantas especies amenazadas en Colombia, por las prácticas cuestionables de quienes habitan terrenos cercanos a bosques y junglas.
“Es un ocelote macho grande, se ve que sufrió mucho, le volvieron nada la cara y tiene una gran cantidad de huecos y mordiscos en el cuerpo. Da mucho pesar verlo así”, lamentó el líder de Grandes Felinos de la Wildlife Conservation Society (WCS) Colombia, Esteban Payán Garrido.
De acuerdo con el medio especializado en periodismo sostenible Ecolecuá, el animal habría sido capturado entre el jueves 16 y viernes 17 de febrero, en el área de influencia del páramo de Santurbán y fue, cruelmente, torturado hasta morir.
Es bien sabido que, los tigrillos u ocelotes, son perseguidos por campesinos furiosos que los culpan por la muerte de sus gallinas, lo que, a pesar de ser verdad en algunos casos, no está justificado por la ley.
“Los ocelotes al ser animales pequeños se reproducen rápido y, claro, necesitan de presas más pequeñas. Nada de venados o animales como los que puede llegar a cazar un jaguar”, explica Esteban.
Y la perdida de ejemplares como el del Cachirí, es mayor, puesto que, las poblaciones de ocelotes en los valles interandinos, usualmente, son reducidas.