Volvió a Colombia “El hombre del overol”, el capo más temido que Pablo Escobar

Se trata de un misterioso capo extraditado dos veces a los Estados Unidos, involucrado en el proceso 8.000 y amigo cercano de los hermanos Rodríguez Orejuela

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Orlando Sánchez Cristancho, alias el “Hombre del Overol”, terminó de pagar su segunda condena en los Estados Unidos y fue deportado a Colombia. Uno de los últimos capos del Cartel del Norte del Valle, ahora niega varios de los crímenes que se le atribuyen y solo reconoce haberse hecho rico por negocios con narcotraficantes.

Sánchez Cristancho regresó al país el 28 de abril, cuando fue enviado por las autoridades norteamericanas, según confirmó él mismo al diario El Tiempo. Su última condena la pagó desde 2018, consistió en 97 meses que pasó del Federal Detention Center de Miami y la USP Atlanta, hasta estar tres meses en la cárcel de migración.

Su nombre salió a la luz en 1996, luego de una balacera en la que al parecer pretendían asesinar a William Rodríguez Abadía, el hijo mayor de Miguel Rodríguez Orejuela, uno de los líderes del Cartel de Cali. Helmer ‘Pacho’ Herrera le reportó al capo ya detenido en La Picota el atentado y lo atribuyó al ‘Hombre del Overol’, de quien dijo que era “peor que Pablo Escobar”, según una llamada interceptada.

Sánchez Cristancho reconoció al diario citado ser conocido bajo ese alias por su trabajo, como proveedor de lujos para los narcotraficantes, que generalmente desempeñaba en overol y la inicial de su nombre. Pero sostuvo que la referencia con el jefe del cartel de Medellín no era sobre él, sino sobre Orlando Henao.

Asegura que Miguel Rodríguez Orejuela lo señaló de ser el Hombre del overol por la persecución que se había emprendido en contra de la familia del excapo del Cartel de Cali. “Él sabía que yo era su amigo, que no soy asesino y que no lo voy a matar o a su familia por lo que dijo”, aseguró a El Tiempo.

Sánchez Cristancho niega haber sido narcotraficante. Sostiene que su primera condena en el 2000 se dio por intento de lavar dinero y la segunda por haberlo hecho. Asegura que era un comerciante que brindaba carros de alta gama a los narcotraficantes, era compadre de Gilberto Rodríguez, compraba aviones para la mafia mexicana como un dealer, más no un capo.

Sánchez fue extraditado por segunda vez en febrero
Sánchez fue extraditado por segunda vez en febrero

Según él, ya pagó todas las deudas que tenía con la justicia. Niega otro de los crímenes que se le han atribuido, como el homicidio de Elizabeth Montoya de Sarria, conocida como la ‘Monita Retrechera’, la mujer que había servido de intermediaria entre los narcotraficantes y el partido Liberal para la financiación de la campaña presidencial de Ernesto Samper, en lo que terminó en el conocido Proceso 8.000.

A ella, asegura, la consideraba como su madre. Dice que trató de protegerla, pero los problemas vinieron tras involucrarse con Santiago Medina, tesorero de la campaña del expresidente. Sánchez Cristancho dice que sí aportó a la colecta con la compra de un cuadro de un pintor famoso, pero que el recibo nunca apareció y no recuerda cuánto dinero entregó.

A raíz de esos crímenes a los que fue señalado de ser el autor intelectual, habría terminado en México y, posteriormente, según dice, se entregó a las autoridades norteamericanas. Solo cumplió cuatro años de pena, y regresó a Colombia en 2007, con los agentes norteamericanos aún en la espalda, aunque no se dio cuenta. Siguió delinquiendo. Montó un esquema ilegal para ocultar lujosas propiedades en Florida y diseñó un plan para robar dos entidades financieras.

Estafó a los bancos en más de 722 mil euros, a través de falsas solicitudes para obtener préstamos hipotecarios para la compra de bienes inmuebles. Estados Unidos emitió circular roja de Interpol, y fue capturado el pasado 27 de marzo de 2018 en una lujosa finca en la vereda San Rafael de Facatativá, departamento de Cundinamarca. Fue procesado por fraude bancario y lavado de activos del narcotráfico mediante la compra de varios bienes en el sur de Florida.

El capo se declaró culpable y recibió sentencia de ocho años de cárcel, tres años de libertad condicional y a restituir USD$722.000. Ahora se encuentra nuevamente en Colombia donde aspira a crear una ONG para atención de personas desplazadas, y aunque dice tener las deudas pagas con la justicia, en la mafia sabe que aún hay personas que lo persiguen.

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