José Antonio Ocampo se refirió al ministro de Hacienda y al cumplimiento de la estabilidad macroeconómica de Colombia

El exfuncionario celebró que Ricardo Bonilla tenga como uno de los objetivos principales cumplir con la regla fiscal

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José Antonio Ocampo, exministro de
José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda y Crédito Público. Bloomberg

Sin dudas, la salida de José Antonio Ocampo del Ministerio de Hacienda y Crédito Público en medio del remezón del gabinete ministerial del presidente Gustavo Petro resultó como una de las más inesperadas por los colombianos. Esto, principalmente, debido a que los analistas y expertos en finanzas lo veían como el polo a tierra del Gobierno nacional.

Ocampo, entre otras cosas, durante su desempeño en el cargo tomó medidas como la desindexación de productos y el alza en las tasas de interés para contrarrestar el alza de la inflación, la cual llegó a registros históricos y golpeó el bolsillo de los colombianos. Asimismo, ante desinformaciones de otros ministros que afectaron el precio del dólar, calmó a los mercados y a los inversionistas con mensajes oportunos.

De igual forma, su mayor logro, y del actual gobierno, fue la aprobación del proyecto de reforma tributaria, con la cual se busca recaudar $20 billones en el primer año. También, el ahora exfuncionario se encargó también de darle una estabilidad a la política macroeconómica del país.

A esto se refirió el 7 de mayo en una columna de opinión para El Tiempo, allí afirmó que uno de los grandes avances de la política económica es el firme compromiso con la estabilidad macroeconómica, en particular después de meses complejos al inicio de la administración Petro.

Anotó que los resultados de este compromiso son sobresalientes, ya que después de alcanzar más de $5.000 por dólar en las dos primeras semanas de noviembre de 2022, la tasa de cambio se apreció a cerca de $4.400 a mediados del pasado mes de abril.

Por su parte, indicó que las tasas de interés de los bonos de deuda pública (TES) se redujeron en casi cuatro puntos porcentuales entre su peor momento, el 20 de octubre de 2022, y el pasado 25 de abril. Por ejemplo, la de TES con vencimiento en noviembre de 2025 se redujo del 14,7% al 10,8 %, muy por debajo de la tasa de intervención del Banco de la República.

En cuanto a la estabilidad macroeconómica, aseguró que para esta se implicó, en primer término, el claro cumplimento de la regla fiscal y la reducción del déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (Fepc).

“Lo primero se traduce en un superávit primario del Gobierno nacional (un superávit antes del pago de intereses), el cual es fundamental para reducir gradualmente la deuda pública, que sigue estando en uno de los niveles más altos de la historia del país. Lo segundo es esencial para las finanzas de Ecopetrol, ya que esta empresa tiene que cubrir inicialmente el alto subsidio a los precios de combustibles que dejó la administración Duque”, subrayó Ocampo.

Anotó que gracias a la reforma tributaria el ajuste fiscal no es incompatible con el aumento del gasto social. Según él, esta reforma, por lo demás la única económica y social aprobada bajo la administración Petro, permitirá aumentar el gasto social en un 26% con la adición presupuestal radicada, con fuertes incrementos en diversos sectores, especialmente en múltiples programas para los pequeños municipios y las áreas rurales.

“La reforma hizo, además, más progresiva la estructura tributaria del país y creó una contribución extraordinaria a dos sectores que experimentan un auge de precios internacionales: el petróleo y el carbón”, enfatizó.

Agregó que, de la mano de la responsabilidad fiscal, el compromiso con el ajuste macroeconómico incluye también la reducción del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, que alcanzó el año pasado uno de los niveles más altos de la historia. De acuerdo con Ocampo, esta es un área en la cual se comenzó a avanzar desde el último trimestre de 2022, gracias al fin del auge de importaciones experimentadas.

Inflación, tarea difícil

Como tercer elemento señaló en la columna que la reducción de la inflación resultó como el más difícil de combatir por los múltiples choques adversos en la oferta de alimentos, la devaluación y la “indización” de precios.

“Ha llevado al Banco de la República a adoptar una política de altas tasas de interés, que ha comenzado a afectar la actividad económica. Genera también riesgos sobre el sistema financiero, pero estos han sido afortunadamente muy bien manejados por la Superintendencia Financiera”, precisó.

De paso, celebró que en el actual contexto político el nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, haya anunciado la continuidad de las políticas de estabilidad macroeconómica y cumplimiento de la regla fiscal que él (José Antonio Ocampo) adoptó como ministro de Hacienda.

“Esta decisión ya se evidencia en algunos resultados: después de la devaluación y el aumento de las tasas de los TES que se produjo en la última semana de abril y primeros días de mayo, ambas tendencias se han moderado”, escribió.

También celebró la reducción de la inflación al consumidor en abril.

“Sucede, además, a la baja de la inflación de alimentos y para hogares pobres desde comienzos del año, y los aumentos moderados de precios al productor de marzo y abril. Es la corrección del tercer elemento de la estabilidad macroeconómica, el que había sido más renuente a comportarse en la dirección correcta”, concluyó.

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