El primer gran proyecto de ley aprobado al Gobierno de Gustavo Petro fue el de la reforma tributaria, con la cual se busca recaudar $20 billones el primer año para invertir en proyectos sociales. El mismo lo lideró el ya exministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo.
Dicha reforma empezó a regir en enero pasado y antes de ser aprobada por el Congreso de la República y sancionada por el presidente como ley generó un crudo debate por los nuevos impuestos que trajo, entre ellos, para el sector petrolero y el del los impuestos saludables.
Antes de ser aprobada, Ocampo mencionó que el Gobierno nacional impulsaría una nueva reforma tributaria, aunque sería para alcaldías y gobernaciones.
A finales de noviembre, Ocampo confirmó que esta sería para impuestos departamentales y municipales, pero aclaró que sería más como una racionalización de un sistema que es muy complejo, casi caótico, en algunos casos para tener un único sistema mejor.
Explicó que hay una diferencia en los impuestos regionales, como el de industria y comercio (ICA) o los prediales, y que en la teoría deberían estar unificados.
De igual manera, precisó que no significaba que subirá la carga de impuestos, sino de organizar los niveles fiscales en las regiones.
Bueno, seis meses después y tras el cambio en el gabinete ministerial del presidente Gustavo Petro, se volvió a hablar de la nueva reforma. El ahora ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, dio luces de lo que sería esta.
En un encuentro con medios de comunicación afirmó que esta sigue en los planes del Gobierno nacional, pero no se presentaría en 2023.
“La reforma territorial sigue en los planes, pero no necesariamente para el segundo semestre. Queremos, realmente, hacer unas mesas técnicas bien importantes con los gobernantes salientes y los entrantes, porque en última instancia a quienes más les va a interesar qué es lo que se haga ahí es a los entrantes, y los entrantes van a quedar elegidos en octubre”, informó.
De igual manera, precisó que se seguirán las discusiones técnicas.
“De esto hay varios diagnósticos. Debemos reducir la ‘maraña’ de 16 o 17 impuestos territoriales en Alcaldías y Gobernaciones, de los cuales, mas de la mitad son ineficientes en recaudo”, indicó Bonilla.
Reformas coherentes con la regla fiscal
Antes de su salida, el exministro José Antonio Ocampo aseguró que dejó al país una “reforma tributaria progresiva” y afirmó, el 13 de febrero del 2023, que todas las reformas del Gobierno de Gustavo Petro que están en curso, como son la agraria, a la salud, la laboral y la del sistema pensional, tendrán que ser coherentes con la regla fiscal, que es una norma que se debe acatar, ya que le indica al Gobierno central hasta dónde puede gastar, dependiendo de los ingresos que recibe.
La salida de Ocampo
Sobre la salida de José Antonio Ocampo se dijeron varias cosas. Una de ellas es que representaba la cuota del liberalismo dentro de la bancada de Gobierno, que se rompió finalmente por cuenta del proyecto de reforma a la salud presentada por la ministra de Salud, Carolina Corcho. Sería por un documento donde desde la cartera de Hacienda se advertía el costo de la transformación que pretende el presidente hacerle al sistema de salud.
De igual manera, Gustavo Petro explicó que la salida de Ocampo de la cartera se dio por varios episodios relacionados a la confianza. Entre estos se refirió a la determinación de haber dado el aval a Germán Bahamón como gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Seguido a esto, el presidente confirmó que buscó de manera permanente la unidad del gremio, pero que esperaba que Felipe Robayo quedara al frente de la federación, porque para el momento había sido gerente comercial y contaba con aval del Gobierno nacional para lograr el máximo cargo.