En esta nueva edición del Desafío The Box una de las particularidades del programa ha sido que no todos los participantes que ingresaron a la competencia son deportistas, pues ahora también le dieron la oportunidad a personas con otras profesiones como panadero, cantante, conductor de TransMilenio u odontólogo. Recientemente, Mateus, practicante de parkour e integrante de Gamma, reveló los difíciles momentos que enfrentó por caer en “el vicio”.
David Stiven Mateus Gavilán es un joven bogotano de 22 años que se ha ganado el afecto de los televidentes por el papel que juega en su equipo Gamma como el más joven, pues aunque al principio no era tan bueno en las pruebas, ha demostrado su fuerza y divertido con su acento que él mismo califica como “ñero” a lo largo del programa. En medio de una entrevista con La Red y en un diálogo con su compañero Kaboom, Mateus recordó duros momentos que su vida en el barrio Guacamayas, en el sur oriente de la capital, le han dejado.
Mateus practica profesionalmente en las calles de Bogotá parkour, un deporte que consiste en saltar obstáculos en la ciudad, según el mismo participante, un reflejo de lo que ha sido su propia vida. Lo primero que Mateus contó al programa de chismes es que creció con una figura ausente, pues su padre “no fue capaz de responder”. Aún así, el joven bogotano decidió ponerse el apellido de ese hombre para la competencia, con la intención de demostrarle que “lo necesité, pero llegué lejos sin él”.
Cuando le preguntaron por el lugar en el que vive junto a su madre y su hermana el joven recalcó que creció viendo mucha drogadicción y “mucho ñero, por eso mi léxico. Si hablo ñero es porque crecí en Guacamayas, pero no es que sea ñero”. Para Mateus ser ñero es estar “metido en el vicio”, entonces reconoció que “también fui vicioso un tiempo. Fumé marihuana varios meses”.
Para el joven bogotano el consumo de la sustancia psicoactiva llegó a través de las “malas amistades”, convirtiéndose luego él mismo en uno de esos que incitaba a sus amigos a consumir. La situación empezó a tornarse complicada cuando el joven dejó de realizar el deporte que le gustaba, entrenar y estudiar, generando una adicción a la marihuana. “Yo estaba muy paila. Cambié por mi mamá, ella me cambió la manera de ver”, reconoció Mateus.
Recalcó que a pesar de los malos meses que pasó sumergido en la adicción, nunca llego a robar a nadie o cometer delitos, pues siempre recordaba la educación de su madre. El día en que todo cambió su madre lo descubrió bajo los efectos de la droga en su casa y le recordó cuál era su propósito en la vida “me dijo ‘¿no se supone que yo tengo en esta casa a un deportista? Está tirando su sueño por el vicio’. Y sí, mi sueño era ser el número uno en parkour en Colombia, pero dejé de entrenar y practicar durante esos meses”.
Desde ese momento, Mateus se propuso dejar de consumir, logrando salir junto a unos amigos de ese mundo, pero lamentó que “perdí muchos amigos por el vicio”. Pero el participante también recordó que ha vivido momentos de discriminación en la ciudad por su apariencia, su modo de hablar y la actividad que practica. Esto se lo contó a su compañero de equipo Kaboom, quien le preguntó por uno de sus tatuajes a David y este le contó que hacia referencia a la vez que la Policía lo detuvo.
Según el bogotano la fecha que tiene tatuada en su brazo le recuerda uno de los días más difíciles de su vida, cuando decidió practicar parkour en una estación de TransMilenio con unos amigos. “Todo se salió de control porque la gente empezó a gritar ‘ladrón, ladrón’, entonces yo salí corriendo y la gente al final me agarró y me pegaron duro; yo me acuerdo de eso”, reveló el participante.
Durante esos momentos la Policía de Bogotá lo capturó. “Mi mamá llegó llorando y pues claro, verme a mi golpeado cuando ella ya perdió una hija fue duro. Entonces, después de eso nos tocó llamar a mi hermano mayor para que él les explicara que yo hacía ‘parkour’ y todo”, concluyó Mateus señalando que desde entonces se prometió no volver a hacer llorar a su mamá.