13 estaciones de TransMilenio con historias paranormales

A diario, un poco más de 2 millones 900 mil pasajeros se movilizan en el sistema de transporte público de Bogotá, TransMilenio. A pesar de las quejas por su alto precio, la demora de su servicio, el acoso a mujeres y la inseguridad, es el servicio de transporte que mueve a la gran mayoría de bogotanos, pero según un creador de contenido se dio a la tarea de demostrar que estas problemáticas no son la única pesadilla del TransMilenio, también tiene sus propias historias paranormales.

Se trata de un video que realizó el youtuber Howard Gutiérrez, quien logró recopilar 13 historias urbanas paranormales que tienen en común que el lugar de los hechos son estaciones de TransMilenio.

Según el relato de un joven, en ese lugar fue donde descubrió que era vidente y podía ver a fantasmas y seres que no están en este plano. Su tía, que tiene el mismo don, notó un día que estaban juntos que los fantasmas los estaban rodeando y cuando él le manifestó que algo muy raro estaba pasando con todas las personas de la estación, la mujer le explicó que lo que veía era fantasmas que al notar que alguien puede verlos se acercan por instinto.

El portal de la Autopista Norte, según quienes han estado ahí a altas horas de la noche, es uno de los sitios con mayor presencia de fantasmas y seres malignos que bromean con quienes están allí.

Algunos aseguran que en este Portal hay un fantasma que se lleva las cosas de quienes pasan por ahí, reclamando lo que le robaron. Según se conoció, todo es culpa de un hombre que robó las flores de una tumba de un cementerio cercano y sembró algunas en los terrenos de la estación.

La historia paranormal de esta estación, ubicada por la calle 10 del centro de Bogotá, fue narrada por el familiar de una joven que fue asesinada en la estación. Lo que estas personas cuentan es que, cuando pasaban por esta estación rumbo a casa, alguien se les acercaba con una nota que, aparentemente, se las enviaba una mujer vestida de blanco y con cabello castaño. En el papel se dibujaba una medalla con la figura de un ángel que portaba la joven.

En horas de la noche, cuando el servicio de TransMilenio ya no está operando, dos mujeres que trabajan en la limpieza de la estación en la troncal 80 se encontraron con un hombre que preguntaba por los buses, pero ellas se le burlaron y no le ayudaron. Aparentemente, se trata de una entidad maligna que se lleva las almas de las personas, pues se enojó al ver a una de ellas riéndose de él, por lo que la arrojó al suelo y le decía “su alma es mía” y desapareció.

Personas que han pasado por esta zona a altas horas de la noche se han encontrado con una mujer que, aparentemente, tiene poderes sobrenaturales, pues a quienes la molestan les hala con mucha fuerza hacia el caño que está cerca de la estación.

Un vigilante que perdió a su hijo de cinco años por una enfermedad y al poco tiempo a su esposa, señaló que cuando trabajó en esa estación en horas de la noche su esposa se le aparecía en sueños diciéndole preocupada que su hijo estaba perdido, que no había ido al cielo con ella. Una noche, vio a su hijo sentado dentro de la estación, parecía vivo, pero lo que el niño le dijo lo impactó, “dijo que quería descansar, que lo dejara ir”.

Personas que realizan labor de vigilancia en el túnel de la estación de Ricaurte, por el que pasan miles de pasajeros cada día, han señalado que en horas de la noche este es un sitio en el que hacen presencia seres demoniacos, de los que son advertidos por una niña pequeña que pasa corriendo y les dice “ya vienen por ti”.

Según algunas personas que han estado en esa estación a altas horas de la noche, cuando está más sola, se les aparece un vigilante que, aparentemente, fue asesinado por un delincuente en la estación de la Autonorte hace algunos años y que, por motivos desconocidos, su fantasma no ha trascendido.

La historia que conoció Gutiérrez sobre esta estación está relacionada, aparentemente, por un joven que hace algunos años murió en el carril de TransMilenio, atropellado por un bus de TransMilenio que cubría la ruta J23. Según un hombre que trabaja en horas de la noche en seguridad, pasaba por ahí y un vio a un joven que en medio de la calle le pedía ayuda.

Cuando el hombre se detuvo y habló con el joven este le dijo que estaba herido y necesitaba avisarle a su mamá, pero que no podía irse de ese lugar. “Anoté la dirección en una agenta, el mensaje y el nombre del ‘chino’. ‘Dígale que rece por mí para que pueda salir y encontrarme con mis abuelos, dígale que no me tiré, sino que me empujaron. Que vaya al banco y reclame un seguro de vida que yo estaba pagando’”. Efectivamente, la madre del joven le confirmó al hombre que su hijo había muerto en esa estación, atropellado por un articulado.

La historia de esta estación, narrada por un anónimo, tiene la particularidad de que ocurrió a plena luz del día, cuando la estación estaba más llena de pasajeros. La persona contó que acordó encontrarse con su hermano en esa estación, pero lo encontró casi muerto y rodeado por una multitud de personas; su familiar no sobrevivió, pero desde entonces se le aparece en sueños diciéndole que no se aparezca por esa estación, que es una zona de maldad en la que aparentemente hay muchas almas perdidas en los dominios de un demonio.

Habitantes del sector han asegurado que antes de que se construyera el Portal 20 de julio, en la zona verde del lote, a veces veían a una criatura muy pequeña que corría de lado a lado y que señalaron de ser un duende que les escondía sus objetos personales a los vecinos. Algunos aseguran que incluso después de construido el Portal lo han visto por los alrededores.

Según lo que pudo establecer el creador de contenido; en esta estación algunas personas han podido encontrarse con una niña que, aparentemente, protege a otras mujeres para que no les ocurra nada. En la historia narrada por una mujer anónima, un taxista estaba a punto de robarla y abusarla, pero cuando pasaron frente a esta estación el hombre empezó a hablarle muy asustado a una niña que apareció al lado de ella -aunque ella no la veía-. En medio del susto el hombre la dejó bajar del vehículo.

La joven corrió hacia la estación y ahí vio a la niña, a quien ella intentó ayudar pensando que estaba perdida. “No te preocupes, yo vivo aquí. Aquí ayudo a mujeres como tú, no quiero que les pase lo que me pasó a mí cuando estaba viva”, le dijo la menor y le prometió que estaría bien.