Expectativa por un cese al fuego con el ELN en el tercer ciclo de diálogos de paz en La Habana (Cuba)

Alias Pablo Beltrán indicó que el cese de hostilidades tienen que ser medibles y evaluables

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Pablo Beltran, top negotiator for Colombia's National Liberation Army (ELN) rebel group, speaks during a news conference in Havana, Cuba, May 1, 2023. REUTERS/Alexandre Meneghini
Pablo Beltran, top negotiator for Colombia's National Liberation Army (ELN) rebel group, speaks during a news conference in Havana, Cuba, May 1, 2023. REUTERS/Alexandre Meneghini

Para este martes 2 de mayo se tiene programado el inicio del tercer ciclo de diálogos de paz entre el Gobierno del presidente Gustavo Petro y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) donde hay una gran expectativa para que se llegue a un cese al fuego.

Para el grupo insurgente, de darse un cese de hostilidades tiene que ser realista y medible, según declaró el negociador de los subversivo alias Pablo Beltrán.

“La opinión que tenemos nosotros es que tenemos que pactar un cese (que sea) totalmente lograble, medible y evaluable. (...) Cese preliminar, no de fin de conflicto. Nos interesa que funcione 100 por 100 ciento sin errores, que no sea tan elemental... Pero tampoco que sea tan pesado y tan complejo que sea difícil de cumplir”, sostuvo el jefe insurgente.

Para lograrlo, explicó Beltrán, partirán de la experiencia de un alto al fuego temporal realizado por el ELN en 2017 cuando el Papa visitó el país.

El objetivo es que, dado que hay tanta suspicacia en la sociedad colombiana sobre un proceso de paz, se pueda contribuir a construir confianza para avances mayores.

Este será el tercer ciclo de las conversaciones, luego de pasar por Venezuela y México en los meses anteriores y los objetivos que se trazó la mesa de diálogo, cuya continuidad en la isla se anunció desde mediados de abril, son trabajar sobre la participación de la sociedad civil en el proceso de paz, las acciones humanitarias y este eventual acuerdo de cese de acciones armadas.

Parte de la desconfianza en el avance del proceso creció luego de que las autoridades colombianas cuestionaran al ELN su voluntad política real, después de un ataque con explosivos en marzo pasado a miembros del Ejército que mató a nueve uniformados.

Según Beltrán, un convenio para el alto de acciones realmente cumplible va “a demostrar la capacidad de la mesa para hacer acuerdos con realismo”.

Beltrán también reiteró que para venir a Cuba se hicieron dos reuniones con todos y cada uno de los frentes guerrilleros y con ellos se acordó una serie de parámetros para abordar en este ciclo sobre el acuerdo de cese al fuego y sobre la participación de la sociedad civil.

El actual proceso de paz con el ELN se reanudó en noviembre del año pasado, luego de más de cuatro años de suspensión, cuando el entonces presidente Iván Duque interrumpió los diálogos iniciados por su predecesor Juan Manuel Santos, y tras un ataque de la guerrilla a una escuela de policías.

Las expectativas en este nuevo ciclo son altas, ya que los diálogos pasan por un momento crítico, ya que el 31 de marzo el grupo subversivo perpetró un ataque contra base del corregimiento de Guamalito del municipio de El Carmen (Norte de Santander) en el que murieron 10 uniformados, ocho de ellos jóvenes soldados que prestaban su servicio militar obligatorio.

Desde entonces, por parte de esa estructura insurgente solo han manifestado hostilidad en contra del gobierno Nacional, pese a la insistencia de continuar con el diálogo.

El jefe subversivo alias Antonio García ha protagonizado todos estos episodios, donde el primero fue cuando justificó en su cuenta de Twitter que el mencionado ataque contra los miembros de la Fuerza Pública era legítimo, ya que los operativos en su contra no habían cesado.

Incluso hizo señalamientos amenazantes en contra de las periodistas María Alejandra Villamizar y Vicky Dávila, que finalmente le costó el cierre de su perfil en esa red social, aunque posteriormente sostuvo que se trató solo de una broma y que no se trataba de una intimidación contra las reconocidas comunicadoras.

(Con información de agencias)

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