El juez 35 administrativo de Bogotá decidió que Daniel Bernal Martínez, estudiante que fue agredido por un uniformado del Esmad, tendrá que recibir una indemnización luego de que, a causa de la gravedad de la lesión, perdiera uno de sus ojos. Según la autoridad, el comportamiento del funcionario de la fuerza pública fue “excesivo, injusto e imprudente”. Los hechos se dieron el 18 de febrero del 2016, cuando el Escuadrón Móvil Antidisturbios se tomó la Universidad Pedagógica en medio de las protestas en contra del incremento de las tarifas de Transmilenio.
Según el relato del caso, Bernal se encontraba evacuando las instalaciones de aquella institución educativa cuando se dieron cuenta de que agentes del Esmad estaban disparando con bolas de paintball. Uno de esos artefactos, contó la víctima y testigos de los hechos, golpeó su ojo derecho, lo que le generó un “trauma con hematoma y herida profusa”.
“Deformidad física que afecta el rostro de carácter permanente, perturbación funcional del órgano de la visión de carácter permanente”, detalló, específicamente, Medicina Legal. El juez 35 administrativo de Bogotá declaró, entonces, que la Policía desconoció “los principios de precaución y proporcionalidad para evitar que se ocasionaran daños a los manifestantes y, en particular, a los no manifestantes, como fue el caso de Daniel Bernal Martínez”.
Según el juez, el agente del Esmad actuó de manera “excesiva, injusta e imprudente” al “disparar objetos contundentes en forma indiscriminada contra quienes no estaban siendo parte de la protesta social”. “Aunque no fue individualizado el uniformado que disparó el elemento que causó la herida al demandante, no hay duda de que fue la conducta del Esmad de la Policía, y no otra circunstancia, la causa del daño”, se añade en la determinación.
“Para mí fue muy difícil, porque todo lo que escuchó mi familia en ese momento era que no podíamos visibilizar lo ocurrido. Era un silencio total después de los actos de violencia, todo lo veíamos con miedo: las relaciones, la vida, los estudios. No volví a la universidad porque tenía mucho miedo de que la gente supiera lo que me había ocurrido”, comentó la víctima de los hechos en una conversación con el diario El Espectador. El joven, es de resaltar, se retiró de la Universidad Pedagógica y se fue a la Javeriana, institución de la que se graduó.
“Cuando escucho que la gente muere, como con Dilan Cruz, me siento morir. Es como si esa violencia que vemos constantemente la ejercieran una y otra vez sobre mí”, sentenció. De acuerdo con lo que se conoció, el joven tendrá que recibir una cifra equivalente a los 200 salarios mínimos legales.
Las lesiones en el ojo izquierdo de Daniel Antonio Bernal, según el dictamen de la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá y Cundinamarca, la víctima tuvo una disminución de la capacidad laboral del 58.66%.
“Las autoridades estaban en el deber de conjurar el desorden causado por el motín realizado por encapuchados en los alrededores de la Universidad Pedagógica Nacional, pero siempre teniendo en cuenta el imperativo de respetar y proteger la vida, la dignidad y seguridad de todas las personas”, dice el fallo.
“El uso de las armas disuasivas deben ser el último recurso para controlar el orden público (…) De no ser así, se estaría deslegitimando y reprimiendo el derecho a la protesta social. Debe tenerse en cuenta que la protesta social, además de ser un derecho legítimo como medio para manifestarse la ciudadanía, debe ser fomentado para robustecer la democracia”, destaca el documento en el que se estableció lo que procede en el caso de Daniel Bernal Martínez.
“Por tal razón, a la Policía le corresponde manejar con esmerado equilibrio su papel de acompañar a los manifestantes para que se puedan manifestar libremente, dentro del orden, pero también actuar diligentemente para controlar los desmanes que se presenten para restablecer el orden público”, añade.