Cuatro libros de música que se pueden encontrar en la Filbo 2023 y que los melómanos no se deberían perder

La música y los libros tienen un vínculo maravilloso, basado en la capacidad de la literatura de plasmar historias relacionadas con las canciones favoritas de millones de personas, muchas de las cuales han protagonizado más de un best seller captando nuevos seguidores, tanto para los libros como para las canciones.

Independientemente de que sean (o no) relatos sobre artistas o escenas musicales ya asimiladas por el gran público o un nicho específico, lo cierto es que siempre hay algo más para contar. De ahí el encanto de este sector de la literatura. Infobae Leamos recomienda cuatro producciones que podrá encontrar entre los pabellones y puestos de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Manuel Sevilla, Félix Domingo Cabezas Prado y Paola Andrea Cano Molina nos presentan la segunda edición de esta guía (la primera se publicó en el 2016), que ofrece al lector una mirada profunda y a conciencia del surgimiento, transformación y consolidación del Festival de Música del Pacífico “Petronio Álvarez” a lo largo de sus 25 años de historia. Publicada con el apoyo de la Universidad Javeriana de Cali y la Alcaldìa de la ciudad, incluye información acerca de agrupa­ciones participantes, ganadores en las diferentes modalidades, escenarios, jurados, una compilación de los afiches promocionales y elementos de contexto sobre los distintas versiones del festival. De igual manera, realiza análisis puntuales sobre aspectos como las zonales regionales, las dinámicas de internacionalización, los componentes de virtualidad y la relevancia adquirida por el Petro­nio como importante espacio de encuentro de múltiples formas de patrimo­nio cultural, así como un vehículo para generar memoria en la ciudad, la región y el país.

Julio Ernesto Estrada, más conocido por todos los colombianos por su ya legendario alias de Fruko, forma parte de los grandes nombres que ha dejado la música colombiana. Temas que marcaron a fuego la historia de la salsa en el país desde los años setenta como El Ausente, El Preso, Pa Borinquen, Tania o Manyoma destacaron tanto por sus lìrícas y su irresistible invitación al baile, como por la curiosidad del maestro por estar buscando la siguiente gran novedad.

A lo largo de 250 páginas, que incluyen reportajes, crónicas, entrevistas y material fotográfico, “Fruko, salsa y tesura”, aborda 50 años de carrera desde los inicios de Fruko en Los Corraleros de Majagual, la orquesta con la que pudo llegar a Nueva York y ser testigo de primera mano del surgimiento de la salsa, de la mano de personajes como Willie Colón o Héctor Lavoe. Fue su ejemplo el que lo motivó a crear Fruko y sus Tesos, la orquesta que lo inmortalizó en la historia de la música colombiana. Es el relato de cómo pasó de mensajero a director artístico de Discos Fuentes, una de las principales disqueras colombianas, de los cantantes colombianos que lanzó a la fama, de su paso por la cienciología, su vida durante más de 20 años en los Estados Unidos y los líos jurídicos que debió afrontar por los derechos de sus creaciones.

Contar la historia del rock es un desafío enorme. Un género musical que se ha reinventado y expandido en tantas direcciones, explorado tantas formas, tecnologías y aprovechando lo que otros géneros musicales hacían para reinventarse a sí mismo convierte la tarea en una muy compleja. Si a eso se le suma la subjetividad inherente a esa clase de ejercicios, el resultado normal es que haya millones de formas de contarla.

Andrés Durán eligió contarla por medio de una suerte de enciclopedia por partes, y esta empieza en el mismo punto donde la mayoría de historias del rock inician: en el blues. El prestigioso locutor y periodista musical nos cuenta cómo uno de los movimientos más importantes del siglo XX inició con la Gran Migración Afroamericana de dicha comunidad, su tránsito desde las leyendas rurales como Robert Johnson o Leadbelly, hasta las leyendas ya asentadas en las ciudades como Howlin’ Wolf y Muddy Waters. Reseña cómo las mujeres tuvieron el protagonismo inicial de la escena, así como la expansión del género por todo el mundo y los distintos subgéneros a los que dio lugar.

Del rock argentino hay muchas historias que se cuentan desde la literatura. Pero esta destaca porque se centra en la creación de una de las revistas esenciales para difundir lo que pasaba en el país con esta música. En febrero de 1970, en un sótano nacía de la mano de Daniel Ripoll y algunos amigos de profesión, la revista Pelo. Denominado Juan Manuel Cibeira, autor de este libro, señala que la publicación fue “el banco de la memoria cultural de una generación”. Durante las siguientes dos décadas se convirtió en el cronista de un momento convulso entre dictadura, democracia, guerras, fútbol y vaivenes económicos donde la música fue el hilo conductor con el que se rigió esta revista, todavía hoy muy recordada en su país por darle impulso a los propios cambios que protagonizó el rock durante ese lapso.