Aunque el recrudecimiento de violencia en Colombia se acrecentó desde la mitad del siglo pasado, su connotación fue otra con el auge del tráfico de estupefacientes, que tuvo más de un opositor. Uno de ellos fue Rodrigo Lara Bonilla, quien, en su momento, se desempeñaba como ministro de Justicia, cargo que lo llevó a adelantar una persecución incansable contra los carteles de la droga, razón por la cual fue asesinado bajo las órdenes de Pablo Escobar Gaviria.
El asesinato
Se cumplen 39 años del magnicidio que sacudió al país, era la primera vez que un dignatario en ejercicio era asesinado en Colombia. Una seguidilla de llamadas se convirtió en una constante para la casa de la familia Lara Restrepo, razón por la que las autoridades intentaron cambiar las líneas telefónicas. Las amenazas acabaron con la tranquilidad del político liberal y sus allegados, que, hasta su último día de vida, estuvo bajo una total incertidumbre.
La sentencia de muerte
Rodrigo Lara Bonilla fue caracterizado como líder innato desde sus inicios, pues tan solo con 23 años logró ser alcalde de su natal Neiva. Estos rasgos lo llevaron a adentrase en otros cargos diplomáticos y expandir sus estudios en el exterior: en su llegada al territorio colombiano logró ser senador, no obstante, sus diferencias con el Partido Liberal lo llevaron a desistir de seguir en la colectividad.
Por la anterior razón se unió a Luis Carlos Galán Sarmiento y fundaron el Nuevo Liberalismo, con el que participaron en las elecciones presidenciales del año 1982 y consiguieron la tercera votación con casi 800.000 sufragios. Lara ya empezaba a perfilarse como un prospecto de importancia.
Su carácter instó a que el entonces presidente Belisario Betancourt lo nombrara como ministro de Justicia, cartera desde la que se convirtió en el acérrimo rival del ascenso del narcotráfico y la bonanza marimbera: sus criticas eran contundentes y promovía constantemente el concepto de la extradición.
Cuando Pablo Escobar llegó al Senado, la molestia de Lara fue evidente, pues cuestionó el desarrollo económico del narco antioqueño, quien se defendió y le exigió pruebas al entonces ministro. Uno de los mejores aliados de asesinado líder político fue el también asesinado director del diario El Espectador, Guillermo Cano, quien, tras las denuncias de Lara, resucitó una noticia de varios años atrás, en donde señalaban a Escobar de haber sido capturado por posesión de drogas.
Posteriormente, este tipo de señalamientos llevó a Pablo Escobar a desaparecer del congreso, pues se exigió la perdida de investidura del mismo ante la insistencia del ministro. La respuesta del narco fue que a Lara lo habían financiado con dineros ilícitos desde la Amazonía, no obstante, esto nunca se confirmó y parecía ser una trampa en contra del dignatario.
Rodrigo Lara Bonilla acentuó un golpe contundente al Cartel de Medellín, con la desarticulación de ‘Tranquilandia’, uno de los laboratorios de coca más importantes del esquema de Pablo Escobar, razón que desató la ira del extraditable y terminó convertido en un objetivo de la organización terrorista
Al día de hoy, aún falta claridad sobre su muerte. Surgen dudas sobre el origen de algunos proyectiles que se alojaron en el pecho del exministro y, además, se señala al Estado de no haber otorgado un vehículo con condiciones óptimas de seguridad, teniendo en cuenta que desde Estados Unidos se le ofreció apoyo a Lara, pero él lo rechazó por no provenir del Gobierno Nacional. Entretanto, algunas de sus relaciones con el Nuevo Liberalismo no terminaron de la mejor manera, pues muchos en su momento le dieron la espalda al líder que tomó como suya una lucha de todos los colombianos.