Esta es la historia del desaparecido Engelberto Cárdenas Toloza, cuyos restos fueron recuperados en Vichada

Los tres años de mayor ocurrencia de las desapariciones fueron 2000, 2002 y 2007

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El primer cuerpo podría corresponder a Engelberto Cárdenas Toloza, un comerciante independiente oriundo de Boyacá, quien desapareció a mediados de octubre de 1999
El primer cuerpo podría corresponder a Engelberto Cárdenas Toloza, un comerciante independiente oriundo de Boyacá, quien desapareció a mediados de octubre de 1999

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (Ubpd) adelantó sus primeras acciones humanitarias en el departamento de Vichada para encontrar restos de personas dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado en esa zona de los Llanos Orientales colombianos.

En los trabajos de la entidad se intervinieron puntos de interés forense para la recuperación de cuerpos de personas presuntamente desaparecidas en el municipio de Cumaribo, el más extenso de Colombia y habitado por indígenas de diferentes pueblos.

En una de esas acciones, la Upbd recuperó un cuerpo al interior del Resguardo Indígena de Alto Unuma, donde habitan indígenas de los pueblos sikuani y piapoco y otro cuerpo en un punto de la cabecera de la vereda Puerto Oriente, cercana al resguardo.

Según la investigación humanitaria y extrajudicial de la entidad nacida del Acuerdo de Paz, el primer cuerpo podría corresponder a Engelberto Cárdenas Toloza, un comerciante independiente oriundo de Boyacá, que desapareció a mediados de octubre de 1999.

La última información que obtuvo su familia fue que viajó hacia el Vichada para realizar un negocio y luego no volvió a saber nada más acerca de su paradero.

En la acción humanitaria estuvo Omar Arnulfo Cárdena Toloza, uno de los hermanos de Engelberto, que desde que no volvió a tener noticias de él emprendió su búsqueda viajando hacia Cumaribo con el fin de encontrar a alguien que tuviese información sobre la suerte de su hermano de 28 años.

Un residente de la vereda Puerto Oriente le contó que había conocido a Engelberto y que, al parecer, había sido asesinado por un grupo guerrillero. También le contó que la comunidad había pedido ayuda para rescatar y enterrar el cuerpo del comerciante y le indicó que conocía el sitio donde posiblemente estaría enterrado: dentro del Resguardo Indígena Alto Unuma.

Cuando la familia de Engelberto le contó a la Ubpd esta información, la entidad recolectó nuevos detalles sobre el caso y logró ubicar el sitio exacto en el marco de la investigación de búsqueda de personas desaparecidas en el municipio de Cumaribo, sobre todo de personas provenientes de los departamentos de Boyacá, Meta y Casanare.

“Para uno de familiar, psicológicamente, es durito el momento de la recuperación porque uno siente la pérdida de un ser querido. Y más que todo, de un hermano. Pero ya gracias a Dios cumplimos el objetivo”, comentó Omar Arnulfo luego de la acción humanitaria.

El cuerpo de Engelberto fue entregado al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para el proceso de identificación, ahora su familia quedó a la espera los resultados.

Para el capitán Ramón González, una de las autoridades sikuani del resguardo, fue importante para su pueblo participar en este proceso de búsqueda.

“Cuántos estarán buscando a esta hora a sus seres queridos. Sería bueno que nos ayudemos entre las partes, los indígenas y los hermanos colonos. Sería bueno colaborar porque vivimos una guerra en los años pasados, un conflicto tremendo aquí en el Vichada. Muchos hijos se han quedado y muchos padres de familia han llorado”, aseguró.

De acuerdo con el universo de personas dadas por desaparecidas que construye la Ubpd, a la fecha se registran 630 casos en el departamento de Vichada, de los cuales 284 corresponden al municipio de Cumaribo. Los tres años de mayor ocurrencia de las desapariciones son 2007, 2002 y 2000.

Como cierre de las acciones humanitarias, la familia Cárdenas Toloza realizó un acto religioso en Villavicencio donde agradeció la recuperación del cuerpo que podría corresponder a su ser querido. “Uno de familiar quiere tener el descanso de sus seres queridos en un campo santo y no dejarlos abandonados,” concluyó Omar Arnulfo.

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