Ante el anunció emitido por la Segunda Marquetalia, con relación a la refundación del denominado Frente 53 de las FARC-EP, surgen diferentes emociones, pues entre el miedo y la confusión, surgen dudas sobre la historia del mismo y las acciones que protagonizaron en las épocas más álgidas del conflicto, resaltando que, su presencia fue considerada en su momento como una amenaza para Bogotá, al presumirse de su accionar en la localidad de Sumapaz.
La historia se remonta a la década de los 60, época en donde se empezó a escuchar el nombre del Bloque Oriental, grupo que en algún momento llegó a comandar el desaparecido Víctor Julio Suárez Rojas, también conocido como alias Jorge Briceño o Mono Jojoy. El crecimiento de esta organización, le permitió al mencionado bloque tomar poder y expandirse por gran parte del país, creando frentes que harían presencia en las regiones.
El caso puntual del Frente 53 o también conocido como José Antonio Anzoátegui, en tributo al soldado venezolano del mismo nombre, que hizo parte de la campaña libertadora y fungió como jefe de guardia de Simón Bolívar. La secuela guerrillera en cuestión nació con un fin netamente financiero, pues el Bloque Oriental buscaba fortalecer más que su brazo armado, para esto, requería de un importante musculo económico, pues su expansión no solo pretendía el centro del país, sino, otras zonas del territorio nacional.
La tarea fue encomendada en su momento a Henry Castellanos Garzón, conocido en el bajo mundo como Romaña o Edinson Romaña, pues el Frente 53 pasaba desapercibido en muchas ocasiones a pesar que su zona de acción era de gran importancia. Bajo el mando de José Manuel Sierra Sabogal, alias Zarco Aldinever, y la llegada de Romaña, esta secuela armada tomó un rumbo distinto, encargándose de labores extorsivas en la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio.
Este frente con Romaña al mando incursionó en las denominadas Pescas Milagrosas, acción delincuencial que pretendía retener a ciudadanos que transitaban por las vías seleccionadas, este tipo de hechos tuvo una importante prelación en la vía entre Bogotá y Villavicencio, en donde se ejecutaban retenes ilegales y se procedía con el secuestro de algunos ciudadanos, esto, con el fin de cobrar extorsiones y dineros para la liberación de los aprehendidos.
Asimismo, en esta importante arteria nacional u otras zonas de Cundinamarca y Meta, se ejercían labores de reclutamiento forzado, siendo esta sumada a las extorsiones, las maniobras ilegales más destacadas del grupo armado en cuestión. Algunas personas señalan que Frente 53 no existió, pues que todo así parte del Bloque Oriental como tal, sin embargo, bajo el concepto de refundación se evidencia todo lo contrario.
La “refundación” del Frente 53
Ahora bajo la premisa de ser el Frente Edison Romaña, la Segunda Marquetalia le advirtió a la comunidad de la zona de influencia del Páramo de Sumapaz, Cundinamarca y parte de la Orinoquía, que dio por finalizado el proceso de refundación, incluso, señalaron que abren la puerta a otras organizaciones como el ELN para trabajar por el mismo ideal.
Es importante tener en cuenta que, el seguimiento a este caso tomo mayor importancia en la última semana, teniendo en cuenta que el Páramo de Sumapaz se convierte en la puerta de entrada a Bogotá desde la región de los Llanos Orientales.
La segunda Marquetalia expuso:
“Informamos a la comunidad del Páramo de Sumapaz y Cundinamarca en general, del Meta y Alto Vichada que: después de un largo trasegar por estas pintorescas cordilleras de aguas frescas, musgo y frailejón; la calidez del piedemonte llanero, sabanas y morichales de garzas y gabanes. Hemos culminado con éxito la refundación del Frente 53″.