Cuatro mujeres de la unidad de trabajo del concejal Julio González Villa renunciaron, aparentemente, junto con denuncias sobre maltrato por parte del político y comportamientos machistas. Aunque él niega las razones, ya se han anunciado investigaciones sobre los hechos.
El partido Centro Democrático emitió un comunicado en el que rechazó “la conducta denunciada contra el concejal de Medellín” y anunciaron que iniciarán “de inmediato una investigación disciplinaria. Seremos implacables sancionando las conductas que se ejerzan contra cualquier mujer”.
Primero habría renunciado una trabajadora del concejal, quien denunció malos tratos por su parte y luego se habrían sumado otras denuncias por hechos similares. Las víctimas serían mujeres que trabajaron con González Villa desde el 2021, según conoció la revista Semana.
El concejal confirmó, en diálogo con El Colombiano, que sí renunciaron cuatro personas de su unidad de trabajo y aunque negó los maltratos, sí aseguró que ha sido “muy exigente” con quienes le han prestado esos servicios para su trabajo como cabildante.
Sin embargo, las denunciantes señalan que también se ven obligadas a colaborar en el despacho de abogado, pese a que la contratación corresponde para el apoyo en sus labores como concejal. Allí aseguran que se presentaron los gritos, golpes en las mesas, exigencias de labores más allá de las funciones, entre otras situaciones.
“Teníamos que cumplirle un horario en el edificio de El Poblado. Allá era donde más se enfurecía. Le daba puños a la mesa mientras nos miraba y gritaba”, dijo a la revista Semana una de las denunciantes.
“Nos enteramos del episodio de violencia machista que tuvo el concejal Julio González Villa con mujeres de su equipo de trabajo. Lo lamentamos, pero no sorprende de parte de un personaje que ha sido violento verbalmente con mujeres en reiteradas ocasiones al interior del recinto”, señaló la concejal Dora Saldarriaga del movimiento Estamos Listas.
Las mujeres señalan que tenían que cumplir horarios excesivos, además de presiones no solamente por parte del concejal, sino también a través de sus hijas. Aunque aseguran que presentaron sus quejas ante el concejal, este las acusó de formar sindicato y se habría negado a cualquier tipo de retractación porque, según dicen las denunciantes, señalaba que era su actitud natural y que si se sentían inconformes podrían irse.
El concejal González Villa negó que se tratara de situaciones de acoso y, en cambio, sí de exigencia por la oposición que ejerce a la alcaldía de Daniel Quintero. Por esa razón, según él, ha sido exigente con las personas que hacen parte de su unidad de trabajo, de las cuales la mayoría son mujeres.
“Cuando alguien se equivoca, uno tiene que hablarle como corresponde. A veces, hay que hablar duro. Hay personas que han trabajado por primera vez y no han sentido una voz que les hable duro, pero eso no puede considerarse como maltrato”, dijo el concejal a Semana.
Sostuvo que de las cuatro denuncias que se habrían presentado a su despacho el 21 de abril, solo una de ellas denunció acoso laboral por su parte. “Maltrato no ha habido y hay gente muy joven que apenas está empezando su vida de trabajo entonces, de pronto, no están acostumbrados a esos ritmos”, sostuvo a González Villa a Blu Radio.
“Una cosa es ser exigente y otra cosa es maltrato”, dijo el concejal. Mientras tanto, la concejal feminista Saldarriaga, con quien ya ha tenido algunos choques por aparentes comportamientos discriminatorios contra la población diversa, le exigió al concejo de Medellín implementar un protocolo que permita responder a denuncias de ese tipo y brindará acompañamiento a las denunciantes para que se tomen las acciones correspondientes frente a las autoridades.