Corrupción, malversación de fondos públicos, connivencia de las autoridades con estructuras criminales y graves daños al medioambiente, son algunos de los temas que se revelarán este martes 18 de abril acerca de las investigaciones que estaba llevando a cabo el comunicador y líder social Rafael Emiro Moreno, quien fue asesinado en el municipio de Montelíbano (Córdoba), la noche del domingo 16 de octubre de 2022 por cumplir con su deber periodístico.
El anuncio lo hizo la red Forbidden Stories (Historias Prohibidas), que conforman periodistas del mundo que colaboran en continuar con el trabajo de comunicadores que han sido silenciados por amenazas, encarcelamientos o porque les han arrebatado la vida, como fue el caso del cordobés.
“El pasado 16 de octubre, el periodista colombiano Rafael Moreno es asesinado. Lo que sus asesinos ignoran es que había protegido su información compartiéndolas con @FbdnStories. 30 periodistas han continuado su trabajo durante 6 meses. Revelaciones este martes #ProyectoRafael (sic)”, publicaron en su cuenta oficial de Twitter.
Allí también anexaron un video en el que adelantan las participaciones de investigadoras de trayectoria en el país como María Teresa Ronderos y Julieta Duque.
“Era un periodista que se cruzaba todas las líneas sin ningún tipo de temor y denunciaba absolutamente a todos los actores que él consideraba estaban involucrados en temas de corrupción”, expresó Duque.
En su momento, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) denunció que Moreno no contaba con un esquema de protección acorde al nivel del riesgo en el que se encontraba.
“A pesar de que recientemente había recibido amenazas y existían solicitudes para reforzar su esquema de seguridad, la Unidad Nacional de Protección (UNP) no reforzó su esquema. El asesinato de Moreno sería el primero que ocurre bajo la protección del Estado (sic)”, señalaron en su comunicado.
En esa ONG indicaron que el comunicador caribeño estaba siendo víctima de intimidaciones desde el 2019 luego de realizar publicaciones relacionadas con hechos de corrupción y sobre grupos armados ilegales en el departamento en el que trabajaba, por lo que desde la UNP le asignaron un escolta y le entregaron un chaleco antibalas, así como un botón de pánico, pese a ello tuvo que pedir a esa entidad más protección.
“El 12 de julio de 2022 la FLIP informó de dos nuevas amenazas que recibió el periodista al Comité de Evaluación del Riesgo y Recomendación de Medidas –CERREM- de la UNP. A pesar de estos nuevos hechos y de que el periodista expresó la necesidad de un refuerzo de su esquema, la UNP decidió mantener las medidas que ya tenía (sic)”, indicaron.