La comunidad que integra el resguardo indígena de Cañamomo y Lomaprieta recibió una buena noticia fruto de la incansable lucha que lleva por años por la conservación de su territorio en Riosucio, (Caldas), al ser parte de los registros mundiales de Territorios de Vida.
El 27 de marzo a través una misiva por parte de Neville Ash, director del Centro Mundial para el Seguimiento de la Conservación, el resguardo indígena de Cañamomo y Lomaprieta fue notificado que ahora está en la base de datos de TICCA (territorios y áreas conservados por pueblos indígenas y comunidades locales) o Territorios de Vida.
Uno de los logros de esta comunidad fue sembrar más de 100 mil árboles, sumado a la plantación y conservación de áreas forestales. Del mismo modo, han contribuido a la preservación de 182 hectáreas de su territorio y la ampliación de 415 nacimientos de agua en una zona que comprende una extensión de más 4.000 hectáreas.
En declaraciones recogidas por el diario El Espectador, Héctor Jaime Vinasco, líder indígena que ha llevado a cabo la iniciativa para el cuidado del medio ambiente, remarcó la importancia de la gestión que ha hecho junto al resguardo que fue reconocida a nivel internacional y que esperan seguir llevando a cabo.
“Lo que esto implica es que tenemos muy poca tierra para muchísima gente, a pesar de esto en lo ambiental hemos dejado 182 hectáreas única y exclusivamente para protección de nuestros ecosistemas y hemos logrado restablecer los corredores biológicos en el territorio”.
A lo largo de la historia el resguardo indígena de Cañamomo y Lomaprieta ha sido objetivo de disputa lo que los ha llevado a una lucha constante por su territorio que ha sido azotado por la violencia y el desplazamiento forzado de sus habitantes como lo señaló para el mismo medio Vinasco.
“Hay una serie de sentencias y litigios jurídicos que han llevado a que gran parte de la historia del resguardo de Cañamomo y Lomaprieta sea la historia de la defensa territorial, por el derecho colectivo a la tierra, a una identidad étnica, y el ejercicio de gobierno”.
Y agregó: “Con este reconocimiento vamos a ahuyentar, eso que se vuelve como un espanto (…) las multinacionales que puedan interesarse en hacer explotación a gran escala en nuestro territorio, pues van a encontrarse con que esta es una comunidad registrada como área conservada, lo más seguro es que van a desistir, no van a ver interesante este territorio”.
El resguardo Cañamomo y Lomaprieta está situado entre Riosucio y Supía (Caldas), es considerado uno de los más antiguos del país. Su creación data del 10 de marzo de 1540 y es una de las seis comunidades indígenas del departamento de Caldas, legalmente constituidas desde 1953.
Cabe recordar que en septiembre de 2015 se presentó un incendio en el cerro Carbunco, que afectó cerca de 100 hectáreas de la montaña lo que fue interpretado por los indígenas más longevos de Cañamomo y Lomaprieta, como una señal del abandono de esta zona por parte de las comunidades como lo indicó Ricardo Agudelo, funcionario de la Corporación Autónoma de Caldas.
“Para ellos fue una manifestación del cerro sobre lo que estaba pasando en el territorio: una señal en términos de la debilidad organizativa de las comunidades que estaban ahí (...) allí están los espíritus con los que las autoridades tradicionales conversan, pero también tiene un alto significado político y organizativo”.