Recientemente, las autoridades locales dieron a conocer el caso de una menor de edad (7 años de edad) en el barrio María Paz en la localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá, que fue empalada por su padrastro, originándole ruptura en varios órganos.
A través de las líneas de emergencia, se solicitó una ambulancia para que estabilizara y trasladara a la menor de edad, por lo que la Crue, Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, designó un vehículo por la alerta blanca (violencia sexual).
Al llegar el grupo de paramédicos se dieron cuenta que la menor de edad presentaba una hemorragia incontrolable, por lo que era imperante el traslado a un centro asistencial.
Ya una vez la menor de edad estaba en la ambulancia, empezó a tener un paro cardiaco, por lo que los paramédicos procedieron a conectar el monitor de signos vitales y el succionador de sangre, pero el vehículo se apagó por completo, por lo cual no pudieron arrancar; minutos después, la la menor de edad murió.
Al parecer, de acuerdo a investigaciones de la Revista Semana, este tipo de fallas son muy frecuentes en las ambulancias nuevas que son del Distrito, pues un hombre que tuvo problemas del corazón en Arborizadora Alta (localidad de Ciudad Bolívar) murió debido a que la ambulancia llegó tarde por problemas eléctricos, incluso, los paramédicos intentaron prenderla empujándola.
Otro caso fue el de una mujer en estado de embarazo que era trasladada desde la cárcel El Buen Pastor hacia un centro asistencial; allí, los paramédicos tuvieron que salirse del vehículo y empujarla para intentarla prenderla.
También un grupo de paramédicos señaló que las ambulancias tienen problemas de seguridad, y esto fue evidente cuando en una ocasión fueron a atender un paro cardiorrespiratorio en el barrio San José de la localidad de Bosa; allí el grupo médico entró a una vivienda a estabilizar al hombre, mientras, unos delincuentes entraron al vehículo y se hicieron con algunos de los aparatos. “Con una misma llave fácilmente se pueden abrir varias ambulancias, o pasa lo contrario, la cerradura se traba y nunca abre”, le señalaron a la Revista Semana.
La Secretaría de Salud de Bogotá señala que el problema es cómo se utilizan las ambulancias
Sobre esta serie de inconvenientes, la Secretaría de Salud del Distrito se pronunció y señaló que el problema de las nuevas ambulancias radica en que el conductor y el equipo de paramédicos dejan demasiado tiempo prendida, por lo que se descargan y genera problemas en las baterías del vehículo.
“Los vehículos permanecen encendidos en un periodo superior al 87 por ciento del tiempo, lo cual genera un alto consumo de corriente con el motor en mínimas revoluciones (por debajo de las 800rpm) y completamente detenidos. Por esa razón, el alternador no puede generar la energía necesaria y, por lo tanto, las baterías nunca se cargan completamente. Esto recorta la vida útil de la batería y dejando una reserva inferior a la necesaria para el momento de encender el vehículo”. señaló la Secretaría de Salud a la Revista Semana.
A pesar de que no es solo un caso el que se registra por problemas con la red de energía de estos vehículos, el Distrito señaló que a la hora de la adquisición de los vehículos se cercioraron que estos cumplieran con la normatividad exigida.
“Las ambulancias adquiridas cumplen con la Norma Técnica Colombiana NTC 3729, versión 2018 y la Resolución 3100 del 25 de noviembre del 2019 del Ministerio de Salud”, le señalaron a ese medio de comunicación sobre la normatividad de estos vehículos de emergencia.