En la noche del martes 11 de abril se reportó un aparatoso accidente de tránsito en el que murió uno de los hipopótamos que importó en la década de 1980 Pablo Escobar.
El siniestro ocurrió en el municipio de Puerto Triunfo, en el oriente del departamento de Antioquia, en inmediaciones de la Hacienda Nápoles, antigua guarida del máximo jefe narcotraficante del Cartel de Medellín.
De acuerdo con la información preliminar que obtuvieron en la cuenta de Twitter Denuncias Antioquia, donde también anexaron imágenes de lo ocurrido, el animal habría escapado de los terrenos de la antigua morada del capo colombiano y en su huida una camioneta Renault Duster lo embistió.
El hipopótamo perdió la vida tras el fuerte choque con el vehículo, que quedó destrozado en su parte delantera, mientras que los ocupantes del automotor están siendo atendidos por personal médico, aunque no habrían sufrido heridas de consideración.
Estos animales originarios de África fueron importados por el peor criminal de la historia del país como un capricho de sus exóticos gustos en la década de 1980, cuando se dio el apogeo de su grupo narcotraficante y terrorista. Su sueño era tener un safari en los predios de la Hacienda, por lo que entre los múltiples animales salvajes que trajo estaban tres hembras y un macho.
Sin embargo, una vez fue abatido Escobar en diciembre de 1993, los animales quedaron a su suerte y encontraron en esta región del Magdalena Medio un sitio con condiciones similares a las de su continente de origen, lo que les permitió reproducirse exitosamente, al punto de convertirse de que su población se convirtió en un problema para el ecosistema de esa zona en el centro de Colombia.
En marzo de 2022, el Ministerio de Ambiente los declaró como una especie invasora con lo que buscaban controlar su población, que incluso ha tenido como consecuencia la muerte de campesinos que los han avistado, ya que estos animales son bastante agresivos y territoriales.
Pero, el pasado 8 de abril el abogado animalista Luis Domingo Gómez Maldonado demando ante el Consejo de Estado esa decisión porque no se tuvo en cuenta la ley 1774 expedida en 2016, que legalmente impediría la caza o el sacrificio de los hipopótamos.
“Yo no considero que la declaración de la especie como invasora esté mal, sino que debe tener en cuenta esta, que es una ley superior. El Ministerio de Ambiente debe reformular la resolución”, declaró el jurista en el periódico El Espectador.
A finales de marzo de este año también se conoció la noticia de que 10 de estos animales serían enviados a México y otros 60 a la India, tras un pacto que firmaron la Gobernación de Antioquia, la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Ministerio de Ambiente y la productora estadounidense RPM para implementar planes para el manejo de esta especie en el país.