Nairo Quintana es uno de los deportistas de mayor trascendencia en la historia reciente del país. El boyacense hizo vibrar al país en su primera participación en un Tour de Francia, en donde no solo quedó subcampeón por detrás de Chris Froome, también fue Rey de la Montaña y lideró la clasificación de los jóvenes. Desde ese momento todos en el país sabían que el ciclista de Cómbita (Boyacá) iba a dar de qué hablar en el futuro, y así fue.
El pedalista de 33 años de edad es el ciclista latinoamericano con más victorias UCI en la historia y entre su palmarés destacan los títulos del Giro de Italia 2014 y la Vuelta a España 2016. En algo más de diez años de carrera, Quintana ha sumado 51 triunfos, de los cuales 28 fueron victorias de etapa y 20 fueron clasificaciones generales.
Lo sucedido con el colombiano no fue de la noche a la mañana, desde muy pequeño Nairo Quintana demostró unos enormes dotes sobre la bicicleta y en la alta montaña se mostró muy fuerte. Rusbel Yecid Achagua, su primer entrenador, recordó con Infobae algunos de los momentos de ese pequeño corredor que se convirtió en uno de los ciclistas más importantes de la historia del país.
Nairo Quintana empezó su vida deportiva en el Arcabuco es Ciclismo y ahí demostró su enorme potencial sobre las dos ruedas, un talento que fue desarrollando prácticamente por obligación debido a que tenía que recorrer 36 kilómetros aproximadamente de su casa al colegio y viceversa. Fue en esta escuela donde Rusbel empezó el proceso de formación de un pedalista que, sin imaginarlo, escribiría su nombre en letras doradas en el ciclismo mundial
Los inicios de Nairo Quintana
¿Cómo conoció a Nairo Quintana?
- “Por allá en la época del 2004 estaba trabajando en la Alcaldía de Arcabuco como coordinador de deportes, me dieron la orden de innovar otros deportes que no fueran los tradicionales e innové con el ciclismo. Entonces yo fui al colegio donde estudiaba Nairo para hacer la convocatoria y pues me salieron poquitos alumnos porque en la época tener una bicicleta era demasiado difícil”.
- “Nairo tenía la ruta de la casa al colegio que más o menos marcan 18 kilómetros, 36 de ida y vuelta y pues los padres de él no pudieron pagar la ruta del bus, él se consiguió una bicicleta muy viejita y ahí se transportaba a su colegio y viceversa. A veces cuando tenía tiempo le alcanzaba para hacer otros kilómetros más y llegar a su colegio, a veces mojado por la lluvia o empapado por del sudor, así empezó, ahí nos fuimos conociendo y le dije que si quería entrar al equipo del municipio de Arcabuco”.
¿Y cómo era Nairo de pequeño?
- “Ahorita para sacarle una palabra es complicado, ha estado en varios lugares del mundo y ya sabe cómo expresarse, pero en esa época era un joven muy callado, de campo, muy humilde, no pobre. Para sacarle una palabra a él era muy difícil. Cuando empezamos a competir se le vieron las ganas de surgir, o como decimos por aquí, las ganas de sacar la pata del barro. Le tocaba ayudar con los quehaceres de la casa, ayudar a la agricultura, el papá tenía un puesto de frutas y verduras y ayudaba hasta tarde en la noche yendo de casa a casa vendiendo los productos. Ese era el Nairo de la época”
¿Y desde ese entonces demostró un gran talento?
- “En la época ya había equipos profesionales en Boyacá, cuando salíamos a entrenar él se le pegaba al grupo de ciclistas profesionales, lógicamente que ellos con sus buenas bicicletas con un aluminio más liviano o Carbono, pero Nairo tenía en una bicicleta de hierro puro, muy pesada, pero él siempre tuvo las ganas de surgir y por eso se les pegaba a la rueda, la fortaleza de él era cuando llegaba a la montaña y los otros ciclistas veían que ese chico seguía ahí, no se despegaba y que les daba guerra, fue cuando vimos esas cualidades y empezamos a competir en intercolegiados, a nivel de Boyacá y Santander, se fue haciendo un poquito más conocido y pues ya le tenían respeto”.
Nairo no se desvinculó de la escuela
En el caso de Nairo, él ha gestionado muchas cosas con el programa ‘Boyacá, raza de campeones’ y nos tienen trabajando a 20 monitores en todo el departamento, en mi caso yo tomo una provincia que es Arcabuco y Moniquirá o Gachancipá o Villa de Leyva, ya uno les brinda el conocimiento y el aporte de poderlos dirigir. El programa les da unos uniformes y se les ve el rendimiento día a día. Nairo gestiona unas bicicletas, no para todas las escuelas, pero hace esa gestión en su escuela y uno se las va dando a los muchachos que uno va viendo. Hemos sacado muchísimas figuras, incluso para Europa”.
“Hay una serie de muchachos que inclusive, Nairo cuando viene de Europa, los cita y nos vamos a entrenar con él y en el mismo grupo, en el lote, les va enseñando. Yo siempre defenderé a Nairo porque él nos ha traído cosas muy bonitas para Colombia, para el país. Los padres de familia quieren meter a sus hijos a entrenar, pero como les digo, toca trabajar duro, porque así Nairo haya salido de esta escuela, no quiere decir que yo tengo la varita mágica y los convierto en campeones, eso es de mucho trabajo, sacrificio y constancia.
El sueño cumplido de correr en Europa
¿Y ya soñaba con competir fuera del país?
- “En ese entonces me decía ‘profesor yo le demuestro a usted con mis piernas, pero yo sí quiero llegar a Europa, competir y tal vez ganar alguna de las grandes’. Él es un muchacho que le tocaba entrenar, madrugar muy temprano, estudiar, competir y llegaba a altas horas de la noche, pero él no lo demostraba, Nairo nunca ha sido de los que se rinde fácilmente”.
- “Recuerdo que en una competencia me dijo que era él contra todo un equipo, porque nosotros no teníamos los recursos, eran muy escasos y no podíamos tener todo un staff, pero él luchaba contra todos y así mismo fuimos haciendo las estrategias y fue haciéndose respetar dentro del lote. Incluso llegó a decirme jocosamente, porque nunca llegamos a hacer eso, que si iba mal en una competencia y era necesario, que si yo tenía que quitarme la correa, que lo hiciera. Pero afortunadamente no llegamos a eso (risas)”.
¿Cómo se gestó esa transición de competir en Colombia a hacerlo en Europa?
- “La transición de Nairo empezó en el equipo Arcabuco Ciclismo y luego pasó a un equipo que se llamaba Boyacá es para Vivirla, de ahí ya prácticamente se lanzó al estrellato, cuando se fue del equipo que era Colombia es Pasión, allá ya empiezan los primeros títulos de Europa. Uno ve ese cambio de aquí al de Europa.
Me imagino que se notó mucho la diferencia...
- “Es una gran diferencia de lo que se hace aquí en Latinoamérica, muchos son lo que quieren surgir, pero son pocos los que van a Europa. Hace algunos días Rigo (Urán) decía que ‘ya no estaban saliendo buenos ciclistas’, es mentira, lo que pasa es que lo que hace falta mucho apoyo”.
El primer Tour de Francia de Nairo, histórico
¿Qué sintió al verlo competir en Europa?
- “Verlo por televisión y decir que ese muchacho que está triunfando, que está saliendo campeón algún día lo tuve aquí en mi escuela, que inclusive se alojó en mi casa, que a veces le di comida y hasta consejos… para mí es un orgullo. Después empezó a crecer más y crecer más.
Y me imagino que el primer Tour de Francia fue especial...
“Fue campeón de la montaña y subió al podio, metía unos ataques que ni siquiera miraba atrás, sino que salía de una y era atacar para poder estar en los puestos de privilegio. En el recibimiento que se le hizo en Bogotá, los padres de él me invitaron, fui con ellos en el bus de dos pisos por toda Bogotá, fue muy agradable porque nunca me imaginé estar en esa gran lista, estar allá con él, yo no lo creía, era un sueño que se hizo realidad”
Nairo no se rinde
¿Cree que Nairo está frustrado por no ganar el Tour de Francia?
- “Siempre hemos tenido el Sueño Amarillo, pero a veces faltó equipo, como en otros días cuando tenía equipo como en el Movistar Team, las estrategias le favorecían a otros. Con lo del año pasado con un equipo de media tabla, por así decirlo, alcanzó a estar en el sexto puesto en su podio y pues todo lo que pasó. De pronto si hay un poquito de frustración porque él siempre ha querido demostrar lo que es y pues el cuerpo se va agotando y alcanzar esos sueños es complicado”
Pero cree que él no abandona ese sueño...
- “Aún lo tenemos, pero lo primero es que nos dejen participar, porque sin la participación de este año ahí sí podría ser frustrante para Nairo, siempre ha querido entregar todo y así no tenga equipo, siempre la mentalidad que tiene es de estar en forma, de demostrarle a Colombia que sí puede, como lo hizo en los Campeonatos Nacionales que las personas se volcaron hacia él y nunca se le había visto llorar en público. El sueño está presente, pero cada día se van aminorando las fuerzas”.
- “Si lo dejan seguir trabajando lo va a demostrar y él quiere retirarse por la puerta grande y no como algunas organizaciones lo quiere ver entregarse y eso no va a ser tan fácil porque yo tengo el convencimiento de que si Nairo está en Europa ahorita es para poder luchar para tener un equipo en el WorldTour para competir, de resto él, como en sus competencias, no se entrega tan fácil”.
Nairo no se rinde…
- “Siempre, desde pequeño tiene esas ganas de surgir. Él no se rinde tan fácil porque en las carreras que yo lo acompañé quería dar lo mejor, la madurez que tiene en el ciclismo no le permite retirarse, no es una opción ahorita. Si en Europa no se puede de pronto sigue en otro equipo en Colombia. Eso nos ha dejado Nairo, ser un luchador”
¿Qué le diría usted que hiciera si no encuentra equipo?
- “Agotar todos los recursos en Europa porque allá están los equipos WorldTour, mientras que en Latinoamérica lo máximo que hay en equipos son continental que van a disputar carreras, pero no son de tanto nivel. Como dicen por ahí, esos equipos están vetados para que contraten a Nairo y si ya agotó todo eso, venir a disputar carreras con un equipo continental, aunque no va a tener el nivel que a él le interesa. Yo no le veo opción de venir a terminar su carrera aquí en Colombia, no lo veo”.