El lema que el Papa Francisco eligió para su viacrucis del Viernes Santo fue ‘’Voces de paz en un mundo de guerra’', el líder de la Iglesia Católica tuvo que seguir la jornada virtualmente en el Coliseo de Roma, en donde se refirió a las víctimas en países como Ucrania, Rusia y Colombia, los cuales llevaron su mensaje y experiencias.
En la cuarta estación que compone las estaciones del viacrucis, que representa cuando Jesucristo se encuentra con su madre, la virgen María, la lideresa Luz Dary Landázury, de Tumaco, Nariño, compartió su testimonio:
En el 2012 y debido a la explosión de una bomba puesta por los guerrilleros la mujer perdió su pierna, la metralla le provocó decenas de heridas en todo su cuerpo. El recuerdo que tiene, según su relato, es a las personas gritando y sangre por todo el lugar.
Luz Dary comentó que lo que más la atemorizó en el momento fue ver a su hija de siete meses, cubierta de sangre, con muchos trozos de vidrio incrustados en su rostro: ‘’¡Lo que debe haber sido para María ver el rostro de Jesús deformado y ensangrentado!’’, comentó ante más de 20 mil asistentes al evento.
Cabe mencionar que esta no es la primera ocasión en la que el pontífice escucha su testimonio, en el 2017, durante la visita del Papa Francisco al territorio colombiano, la lideresa había participado en un evento en el que relató como las comunidades en el Pacífico han sido resilientes al conflicto armado y como una mina antipersonal destruyó su talón de aquiles en 2012.
Landázury, además, mencionó que fue víctima de la violencia, y comentó la manera como ella confrontó, en un principio tras vivir el duro suceso experimentó una profunda rabia y resentimiento y poco y a poco fue entendiendo que lo que estaba haciendo generaba más violencia. Entendió que las heridas de su alma eran más profundas y dolorosas que las de su cuerpo.
Y, por ello, tomó la decisión de ayudar a otras personas que experimentaron situaciones similares y que necesitaban entender que debían dejar de lado el resentimiento, por ello decidió estudiar y enseñar como prevenir los accidentes causados por las minas que son puestas a lo largo del territorio.
Luz Dary también comentó: “Agradezco a Jesús y a su Madre por haber descubierto que enjugar las lágrimas de los demás no es tiempo perdido, sino la mejor medicina para curarse a uno mismo”.
Crónica de un dolor superado
Cuando Luz Dary Landázury se dirigía desde el casco urbano de Tumaco hacia la vereda Candelillas el 18 de octubre del 2012 fue víctima de una explosión que afectó sus extremidades inferiores (piernas), durante más de dos años estuvo en proceso de recuperación y comenzó a formarse para exigir sus derechos.
En el 2015 comenzó a educar sobre el riesgo de minas, hasta convertirse en la coordinadora regional del Pacífico Sur de Colombia de la Fundación Pro Cirugía Reconstructiva (Cirec), institución que está en funcionamiento desde 1976 y se localiza en la Carrera 54 # 65-25 en la capital del país. Además, también cuenta con sedes en varios puntos a nivel nacional.
Esta se consolida en una entidad sin ánimo de lucro que trabaja en pro de la rehabilitación integral de personas con discapacidad física, relacionada con condiciones músculo esqueléticas, neurológicas y degenerativas. Trabajando en curar el alma, el espíritu y la salud física, a cada uno de los miembros y a sus familiares.
Cabe mencionar que Landázury ha llegado a los lugares más apartados del país para capacitar a las poblaciones que sufren los estragos del conflicto y continúan bajo riesgo por cuenta de minas y otros artefactos.