La historia de la música colombiana en el siglo XXI (y particularmente en el ámbito independiente) es la de fusionar ritmos contemporáneos o de origen anglosajón con la música tradicional colombiana. Aunque buena parte del protagonismo se lo llevaron grupos como Bomba Estéreo o Chocquibtown con su actualización de los ritmos del Caribe y el Pacífico colombiano, respectivamente; la música del interior no fue ajena a esa tendencia. Uno de los ejemplos más populares en este sentido es, sin duda, el de Los Rolling Ruanas.
Concebidos como un guiño al rock clásico, pero también a la tradición musical del altiplano cundiboyacense, el cuarteto fusionó las guitarras de The Rolling Stones, The Beatles o hasta Kiss con las guitarras y tiples de Jorge Veloza. Sus primeras producciones, La Balada Del Carranguero, Sangre Caliente y La Casa de la Abuela mostraban esa amalgama en su propuesta musical que se extendió a lo visual, casi al punto de volver el costumbrismo del interior de Colombia un sello de identidad no tan distinto al de Kiss. El cambio es que mientras los neoyorkinos buscaban llevar la fantasía a la realidad, los Ruanas buscan exhibir sus raices y volverlas parte de algo más grande.
Con su más reciente sencillo, Con Otros Ojos, el cuarteto dio un paso clave en esa misión. Grabada en colaboración con la mítica banda de cumbia peruana Los Mirlos, es fiel reflejo de que Los Rolling Ruanas atraviesan un momento donde quieren ver hasta donde los puede llevar la curiosidad por ir más allá de esa carranga-rock con la que se ganaron el cariño de un sector del público en Colombia. Ya a finales del 2022 grabaron Guaguita con el nariñense Lucio Feuillet, en la que probaban con un huaino propio de esta región.
Infobae Colombia habló con Juan Diego Moreno (Voz y Guacharaca), Fernando Cely (Requinto y Coros), Luis Guillermo González (Guitarra y Coros) y Jorge Mario Vinasco (Tiple y Coros) sobre Con Otros Ojos, la friendzone, Kiss y lo que se viene en su quinto álbum de estudio que, prometieron, estará lleno de colaboraciones.
¿Cómo se hizo este contacto con Los Mirlos para que colaboraran en la grabación de “Con Otros Ojos”?
Fernando: Nosotros tenemos una agregadora digital, Altafonte, y Los Mirlos también trabajan con ellos. Fue muy chévere ver que los teníamos tan cerca en cierto modo, porque por medio de la agregadora quisimos hacer el contacto porque queríamos que la canción tuviera ese toque de chicha o de cumbia amazónica. Lo que nos imaginamos que iba a pasar, pasó. Fue muy lindo ver el resultado y nos sentimos muy agradecidos porque la vida prácticamente nos puso a Los Mirlos en bandeja de plata. Ellos creo que ya nos conocían, nos pegaron una buena stalkeada a lo que hacemos nosotros y llegaron a conectarse mucho con la canción. Al final como que querían mandar más tracks y decían “¿y qué tal si le metemos esto?”. Se emocionaron un montón, y eso hace parte de la magia de la canción.
¿Por qué se inclinaron por hacer que sonara con ese ritmo cumbiero?
Jorge Mario: La parte instrumental en principio se hizo con Fer. Estábamos en el estudio y tocando cosas sueltas. Él tenía la guitarra y yo tenía una quena, que es la que suena en la parte del principio. Fue algo inusual porque nosotros siempre componemos con el formato carranguero y esta vez decidimos hacer algo con otro instrumento. De ahí salió la armonía y la melodía de la introducción. Ahí llegó Juan Diego con la letra, aportó la melodía vocal y Memito puso su magia en la guitarra. En teoría es una ronda carranguera, pero suena bastante sureña con la quena, bastante andina. Entonces se decidió buscar a Los Mirlos porque evocaba bastante a esa chicha peruana. Ellos han sonado bastante en las fiestas de diciembre igual que Grupo Néctar, que también son peruanos. Entonces esa guitarra en trémolo y la percusión propia de ellos terminó de concretarse esa idea. El resultado entonces es bien fiestero, bien bailable.
¿Los Rolling Ruanas siempre han sido tan románticos? ¿O Juan Diego siempre lo ha sido?
Fernando: Él sí. Los Rolling Ruanas no, pero él sí es un romántico (risas).
Juan Diego: En todo el tiempo que hemos estado escribiendo canciones no hemos pensado que tengamos que escribirle necesariamente al amor. Pero creo que si hemos ido entendiendo que es un lenguaje que dentro de las canciones que venimos escribiendo desde hace un tiempo ha cobrado más importancia. Lo que pasa es que no hemos escrito desde ese lugar simple o chicludo de “te amo”, “te extraño” y “cómo estás de linda”, sino desde muchas formas que el amor también tiene de expresar en Colombia y América Latina.
De hecho, en Guaguita ya veníamos haciendo una forma de amor de carnaval. De hecho, el enamorado y ahora arrejuntado Fernando hizo Chinita en pandemia, y esa creo que es una expresión que habla desde un lugar muy bonito, poético, sencillo, que habla del amor muy propio de la pandemia.
Ahora Con Otros Ojos es un lenguaje que tiene nombre y apellido: friendzone. Es desde el lugar del friendzoneado que quiere que lo miren con otros ojos, queriendo que nos paren bolas. Que la cosa cambie, pero que en el fondo uno sabe que cuando lo miran como amigo ya quedó con ese estigma por el resto de la vida. Eso es algo que seguramente ha pasado siempre, pero ahora tiene nombre y es un modelo de algo que pasa con el amor muy propio de nuestros días.
Hace unas semanas se presentaron en el Teatro Colsubsidio con una convocatoria bastante grande, ¿Cómo se sintieron? ¿Cuáles fueron sus impresiones del show?
Luis Guillermo: Estuvimos muy felices, no te imaginas. Para este show preparamos algo nuevo porque teníamos Con Otros Ojos y Guaguita en nuestro repertorio y que son la antesala de la nueva producción de los Ruanas. Pero más allá de eso también quisimos mostrar algo bien distinto a lo que veníamos mostrando hasta ahora. Sabemos que hay muchas personas a las que les encanta repetir el show de los Ruanas, y de hecho cuando salimos a tomarnos las fotos con la gente se mostró muy agradecida porque se dieron cuenta, precisamente, que les mostramos algo diferente. Incluso hubo un par de canciones en las que nos quitamos la ruana, que es algo que no pasaba hace mucho. También tocamos con muchos amigos, y de hecho en Guaguita éramos como catorce músicos en escena. Fue un momento muy especial.
Con relación a lo de quitarse la ruana ¿No es como Kiss cuando se quita el maquillaje?
Juan Diego: Igual al final el mundo terminó aplaudiendo la figura de los roqueros que no eran galanes o papuchitos preciosos, sino que eran tremendos guazacos los cuatro (risas) ¡Es que no se puede rescatar a ninguno! Toca apreciar la belleza masculina, pero entendimos que el maquillaje era para evitarnos ese susto tan berraco. Pero de ahí nos dimos cuenta que a la larga Kiss es una banda legendaria por su música, sus canciones, y al final es lo que hemos querido nosotros con los Ruanas. Que la ruana sea un patrimonio musical de la cultura a lo que representamos, a lo que le cantamos, pero que no necesariamente se porte cuando se tiene la ruana, sino que en todo momento nos acompañe. Dar ese paso implica mostrar otra faceta de nuestra música, de nuestra estética, porque ahora lo visual se ha vuelto muy importante para nosotros, pero que no necesariamente deja de ser los Rolling Ruanas por quitarse la ruana.
El año pasado publicaron En El Espejo, que está muy influida por la ranchera. Le siguieron Guaguita y Con Otros Ojos. ¿Podemos esperar esa misma variedad de estilos en su próximo álbum?
Jorge Mario: Si, igual nosotros desde siempre hemos estado explorando con otras músicas, sin querer queriendo. En un principio nos conocieron con esa mezcla de rock and roll y carranga. Luego gracias a las influencias musicales de cada uno, dentro de las composiciones que se han hecho, las sonoridades que se han venido reflejando son más globales. En algún momento nos han inspirado un torbellino, una rajaleña, un porro, una cumbia, un vallenato, un son sureño... evidenciar eso en nuestra música se da de forma natural. También tendrá tintes carrangueros a nuestro estilo, y al final esa es la música de los Rolling Ruanas: es global, y apuntándole siempre a todo el mundo, escribiéndole a todo el mundo y haciéndole guiños a todo el mundo para recorrer todo el mundo.
¿Cómo va la grabación del nuevo álbum?
Fernando: Esta en el horno, en un punto donde si uno se devuelve a contestar una llamada se le quema (risas).
Jorge Mario: Donde se le eche más leña se le quema (risas).
Fernando: Es un tiempo de compartir nuestra música con otra gente, con artistas increíbles que nos han acompañado en esta aventura de lanzarnos más allá, de tomar cosas de otros géneros, de tomar cosas para enriquecer la carranga. Quizá haya gente que diga “ustedes ya no hacen carranga”. Lo que nosotros sentimos, en realidad desde hace muchos años solo que ahora con más intensidad, es que siempre somos músicos inquietos. Nunca nos conformamos con decir “esto funcionó, hagamos siete discos de lo mismo”. Ni siquiera lo hacemos con ánimo de sorprender al público, sino a nosotros mismos, como de decir “y si le metemos esto” o “hagamos un tema así”. Ese ha sido el proceso de esa producción, el trabajo de estos cuatro universos, siempre aportando ideas y conectados siempre con el concepto de los Rolling Ruanas.
De hecho, aprovechamos que será un álbum repleto de colaboraciones y tomamos prestado de los géneros a los que pertenecen los artistas con los que estamos haciendo canciones. Eso es enriquecedor para los Ruanas, para nosotros como músicos, y para mí como productor. Ha sido increíble, realmente.