Desde el malecón de Buenaventura, la isla Pájaro se ve pacífica. Sus aguas no saben el horror del conflicto armado que ahí se esconde. Rodeada por las inmensidades del estero San Antonio, que flota junto a cientos de árboles que parecen uno solo y donde se presume podría haber más de 1.500 cuerpos de personas dadas por desaparecidas, las profundidades de isla Pájaro, conocida en la tierra de Fredy Rincón como isla Calavera, guardan restos de pescadores, mecánicos, taxistas, hijos, hermanas, esposas y maestras.
El estero San Antonio es fuente de vida para las comunidades negras, pero nadie sabe con certeza cuantas historias se esconden ahí, donde los cuerpos fueron arrojados de manera sistemática por el accionar de los grupos armados. En la amplitud del mar Pacífico descasan las esperanzas de cientos de familias para encontrar a sus seres queridos. En Buenaventura esta historia continúa.
Testimonios de familias, organizaciones sociales y entidades nacionales dan cuenta que las víctimas, luego de ser torturadas o asesinadas, son dejadas en el estero San Antonio para generar terror y zozobra en la comunidad. Ante los ojos de las autoridades, pues la isla Calavera está a un 1 kilómetro de distancia del malecón, zona administrativa de la ciudad, el mar se fue llenando de cadáveres inocentes.
El estero San Antonio está bordeado por las comunas siete, ocho, once y doce del puerto más importante del Pacífico. La gente que conoce la ciudad sabe que cualquiera de esas casas, ubicadas a pocos metros del estero, podría ser una casa de pique. Estas aguas son sagradas, y más aún, porque guardan la memoria de miles de personas asesinadas y desaparecidas antes, durante y después del Acuerdo Final de Paz.
Luz Dary y su interminable espera
No muy lejos de Buenaventura vive Luz Dary Santiesteban, representante legal de Madres Por la Vida, organización que reúne 85 familias buscadoras de 60 personas dadas por desaparecidas. Luz Dary se sienta en una de las mesas del malecón y mira con tristeza a la bahía. Ella tiene dos hermanos desaparecidos, que tiene la ilusión de encontrar: Luis Alberto y Pedro Manuel Santiesteban.
Del primero dejó de recibir noticias el 23 de noviembre de 1998. Del segundo el 23 de abril de 2000.
Ambos podrían estar en el estero San Antonio.
Aunque habla poco de sus casos personales, Luz Dary admite que el error de uno de sus hermanos fue haber venido a conocer Buenaventura, y, el del otro, haber salido a buscar a una novia. Esta mujer, que come tollo como buena bonaverense, empezó su búsqueda cuando en la ciudad no se sabía nada sobre el fenómeno de la desaparición forzada, era la época, en la que también se recomendaba no hablar mucho de eso.
En un trabajo silencioso, artesano y natural empezó a investigar más casos y a difundir su historia para contagiar de valentía a sus compañeras. De a poco, y muy lentamente, más mujeres se sumaron. A pesar de eso, hoy pide perdón a las víctimas por la indiferencia de años.
“En 2003 no teníamos la conexión clara de lo que era una desaparición forzada. Se hablaba de un secuestro, por eso cuando me contaron lo de mi hermano pensé que era un bochinche de mi papá y mamá. Cuando nos dimos cuenta de que la desaparición existía supimos que era un monstruo gigante e impune”, le dijo Luz Dary a Infobae.
Hay algo que sorprende de Luz Dary, y que se puede percibir cuando se camina con ella por Buenaventura mirando la inmensidad del mar, es que con el paso de los años sus esperanzas de encontrar restos de personas dadas por desaparecidas se hacen más fuerte.
Con los ojos en la isla Calavera sentencia:
“Ahí donde la ve es una fuente de vida para los negros y las negras, pero también es una fuente de dolor y de tristeza, porque si pudiera decir cuántos son los desaparecidos, la diosa del mar nos lo diría, porque ella también es madre y como madre sabe del dolor que sentimos”, repitió ante Infobae desde el malecón de Buenaventura.
Desde hace más de 20 años, Luz Dary trabaja día y noche para encontrar a sus hermanos. Conoce muy bien las dificultades que se presentan para lograr una restitución de derechos a las víctimas de desaparición forzada. Por eso, como nadie, sabe lo que se viene en el caso de Diego Riascos, desaparecido el 31 de marzo de 2023.
Miedo, tristeza, desolación y ganas de ayudar. Eso se viene.
Lo último que se supo de Diego es que fue visto en la noche del viernes 31 de marzo en el barrio El Bosque de Buenaventura, mientras trabajaba en su taxi. Con posterioridad, el vehículo fue hallado en una vía alterna sin rastro de él. Hasta hoy, domingo 9 de abril de 2023, no hay noticias de Diego.
En 2008, Diego Riascos fue víctima de desplazamiento forzado en el municipio de Dagua en el Valle del Cauca. Es el hijo de una mujer asociada a la organización de Madres por la Vida. Detalle clave para la Fundación Nydia Erika Bautista, (FNEB) organización pionera en Colombia en temas de protección de los derechos de las mujeres y familiares víctimas de la desaparición forzada, que acompaña, apoya y asesora a Madres por la Vida en su trabajo.
Una vez se enteró del caso, la FNEB solicitó una acción urgente de protección ante la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas de la ONU.
La fundación encabezada por Yannete Bautista, para Luz Dary, una mujer que inspira, le dijo a la ONU, el 5 de abril, que la información sobre la desaparición de Diego Riascos González se reportó a la Defensoría del Pueblo regional Buenaventura y también a la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, “para que en el marco de sus funciones de impulso a la búsqueda y a la investigación penal realice las acciones pertinentes para dar con el paradero y la suerte del desaparecido”. Hasta el momento, no hay reportes de Diego ni del viajero que lo acompañaba en el taxi cuando despereció.
Salió una mañana y no regresó
Un caso muy similar está viviendo Rosario* madre de Manuel José*, un joven taxista que, el 30 de agosto de 2019, salió a trabajar y no volvió más. Lo última vez que habló con su hijo de 22 años, que en sus ratos libres se dedicaba a la repostería, fue a las 9 de la mañana de ese día. «Sí mamá, todo va a salir bien», le dijo.
Rosario* sintió que las cosas iban mal cuando la novia de Manuel* la llamó para saber el paradero del repostero ocasional. Más de 1.000 días han pasado y lo siguen buscando.
No han servido denuncias ante la Fiscalía, ni peticiones ante la Defensoría del Pueblo para que le den respuesta sobre el avance en la investigación para esclarecer lo que pasó con Manuel*. Rosario*, en su corazón de madre, cree que su hijo está muerto. La esperanza para encontralo con vida le duró 15 días. En sus ojos se ve ese sentimiento de dolor.
Pero no se cansa y sigue insitiendo. Con la ayuda que ha recibido de personas cercanas ha podido reeconstruir las últimas horas de su hijo: Salió cerca de las 9 de la mañana y a las 12 del día lo vieron en compañía de un amigo suyo y patrullero de la Policía Nacional.
“Eso me dio miedo, porque se sabe por aquí que esos policías o patrulleros utilizan a muchos jóvenes, y sobre todo a los jóvenes conductores, para cometer delicuencia. Además es raro que siempre que vamos allá nos meten un cuento diferente. Como una no sospecha cuando ellos no se ponen en los zapatos de las madres, y siempre nos revictimizan. Nuestro miedo es la indiferencia”, denunció triste a Infobae.
Los paramilitares llegaron a desaparecer gente
José Ever Veloza, alias HH, comandante del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fue uno de los primeros en desaparecer personas en Buenaventura y en todo el Pacífico colombiano. En septiembre de 2016, la Fiscalía General le imputó 1.984 reportes de homicidios y desaparición forzada. De estos, más de 700 serían en Buenaventura.
La masacre del Naya es la más conocida que dirigió alias HH. Entre el 10 y el 12 de abril de 2001, paramilitares ingresaron por el río Naya y, en el trayecto de las veredas del Timba hasta San Antonio y Puerto Merizalde, asesinaron a campesinos que eran tildados como colaboradores de la guerrilla.
La comunidad aseguró que más de 100 personas fueron asesinadas, hasta la fecha solo se han recuperado 27 cadáveres.
Por las órdenes de HH más de 3.000 personas salieron desplazadas a varios lugres del Pacífico. En 2019, el Consejo de Estado le ordenó al Ministerio de Defensa pagar seis mil millones de pesos por la omisión de la fuerza pública en la masacre.
Antes de ser extraditado a Estados Unidos, por narcotráfico y lavado de activos, Ever Veloza —nacido en Trujillo, Valle del Cauca— confesó más de 3.000 crímenes como jefe de las AUC, en una de esas audiencias contó haber arrojado los cuerpos de personas asesinadas llenos de piedras en el estero San Antonio.
¿Cuántos desaparecidos hay en Buenaventura?
En Buenaventura, el Registro Único de Víctimas de la Unidad de Atención y Reparación de Víctimas (UARIV) da cuenta de 296.685 víctimas durante el conflicto armado, de estas 2.180 serían de desapariciones forzadas. El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en el informe “Buenaventura un puerto sin comunidad”, registró 475 personas desaparecidas forzadamente entre los años 1996 y 2013.
Todas esas estadísticas quedan en meros subregistros. Números que no dan cuenta de la guerra que viven las comunidades negras del país.
Con la dificultad que significa buscar restos de personas dadas por desaparecidas en puntos subacuáticos —el movimiento natural del mar cambia la posición de los cuerpos—. Desde diciembre de 2021, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) decretó medidas cautelares en el estero San Antonio, “con el fin de garantizar los derechos de las víctimas de desaparición y en consecuencia prohibir cualquier intervención en el estero de San Antonio durante el término de 180 días prorrogables, en especial el dragado y el desarrollo de las obras civiles”.
Un proyecto pone en riesgo la recuparación de restos en el estero San Antonio
En Buenaventura, los únicos que generan pobreza y miedo no son los grupos armados. Como principal puerto de importaciones y exportaciones en el Pacífico, es un punto de interés de las grandes empresas para realizar megaproyectos. Un ejemplo de eso es la ampliación del dragado del puerto, que avanza sin importar las dificultades que esto implica para que las mujeres buscadoras puedan encontrar a sus seres queridos.
En el plan maestro ‘La Buenaventura que nos Merecemos 2050′, presentado en 2015 durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, se explica como y de cuanto sería la inversión para la ampliación del dragado. En total, se tiene previsto invertir 1 billón de pesos para la realización del proyecto que busca “la ampliación del canal del acceso existente y de las zonas de maniobra y atraque para permitir la llegada de buques de mayor envergadura a las terminales portuarias operantes en Buenaventura”, se lee en el documento que conoció Infobae.
En la actualidad, existe un canal de acceso de aproximadamente 185 metros de ancho, con un calado del orden de 13 metros. Con esta iniciativa se pretende ampliar el canal de acceso a un ancho de 360 metros y con un calado de 16 metros. Para llevar a cabo la ampliación del dragado, “se deberán emplear tanto equipos de succión como de corte, dada la presencia del basamento rocoso superficial en ciertos sectores próximos a la línea de costa. Los cortes en los taludes del fondo deberán garantizar estabilidad, por ello se define un corte a 15° en suelos y 45° en rocas”.
Todo eso se traduce en impedimentos para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. El Equipo Eclesial de Paz registró que en 2019 el contrato del plan de ampliación dragado, bajo número 1687-2019, fue autorizado pese a ni siquiera contar con la licencia ambiental de la Dirección General Marítima, por lo que debió ser suspendida y cuyo mantenimiento está a cargo de INVIAS y la empresa Dredging International Services Cyprus LTDA, sucursal Colombia, el contrato volvió a ser suspendido el 30 de noviembre de 2020.
Pese a la suspensión, la preocupación de las familias y organizaciones se mantiene, ya que la obra implica el uso de maquinaria pesada como retroexcavadoras que seguramente van a afectar posibles cuerpos o estructuras óseas que se encuentren en el lugar.
La JEP toma acciones para proteger los restos que podrían estar en el estero San Antonio
En septiembre de 2022, la JEP prorrogó por seis meses las medidas de protección sobre el estero San Antonio. Por ahora, y hasta junio de 2023, no podrán seguir con la ampliación del dragado. Sin embargo, al pasar por el malecón de Buenaventura, se pueden ver las máquinas funcionar.
Para las víctimas, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecida (Ubpd) se ha quedado corta en su planteamiento de búsqueda efectiva para las víctimas en el estero San Antonio.
En su respuesta a Infobae la UBPD destacó que ha estructurado un diseño metodológico asociado a la Investigación Humanitaria y Extrajudicial del estero San Antonio que busca dar respuesta a cinco preguntas estratégicas para el proceso de búsqueda:
1) ¿Quiénes y cuántas son las personas desaparecidas en el estero San Antonio?
2) ¿Dónde están y dónde encontramos a las personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado?
3) ¿Qué les pasó a las personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado?
4) ¿Quiénes buscan a las personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado?
5) ¿Cómo buscamos a las personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado?
¿Qué dicen ante esto los familiares de las víctimas?
Para Luz Dary y Madres por la Vida, todas esas palabras son vagas si no se tiene en cuenta las tradiciones de las comunidades negras al momento de realizar los procesos de búsqueda.
“Nosotras vivimos de la espiritualidad y de la ancestralidad. Cuando ingresamos al territorio debemos hacerle una venia a nuestra Diosa Yemayá, para ustedes la Virgen del Carmen, ella merece su respeto, es nuestra guía y bastón. Además, como madre que representa la fertilidad, la purificación, la maternidad, el origen de la vida, también está buscando a los desparecidos. Somos los sabedores de nuestro territorio y sin nosotras es imposible encontrar restos”, le dijo la represente legal de Madres por la Vida a Infobae.
El Plan Regional de Búsqueda Pacífico Medio de la UBPD estima que en ese punto subacuático se encontrarían 1.136 personas. Ante la magnitud de las cifras, las víctimas, representadas por Madres por la Vida, advierten con preocupación las débiles políticas de las instituciones para el involucramiento en las labores de búsqueda de las organizaciones sociales del Pacífico colombiano, ya que son las familias las únicas que tienen una conexión real y profunda con sus desaparecidos.
La intención de las mujeres buscadoras es no revictimizarse. En consecuencia, piden acciones urgentes y contundentes en beneficio de sus intereses. Aunque la construcción del dragado avance con pasos aterradores, Luz Dary se seguirá preguntando a quien le interesa que la verdad de los desaparecidos nunca se conozca.
“Hay intereses económicos muy fuertes, que no permiten y han dificultado la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. Con los trabajos del dragado es imposible recomponer el tejido social que se rompió en nuestro puerto. El trabajo más duro es dar a entender que esto no es un tema de plata sino de buscar a seres humanos y nosotras tenemos derechos. Derecho a buscar a nuestros seres queridos y encontrarlos. Necesitamos que la voluntad se convierta en resultados y acciones concretas. Hemos insistido en que se nos presente un plan claro de búsqueda en el estero San Antonio y se cumplan con las medidas cautelares de la JEP”, enfatizó a Infobae Colombia.
Según la Fiscalía General de la Nación, el 99% de los casos de desaparición forzada están en total impunidad: hasta 2021 se adelantaban 136.344 procesos judiciales, de esos, el 1% tuvo sentencia, el 0.9% entró en etapa de juicio y el 0,42% al proceso de ejecución de penas. En este marco de impunidad estructural las familias —en particular las mujeres— se ven obligadas a enfrentar el aparato estatal en un estado de total indefensión humanitaria, social y jurídica.
Esta situación la ha constatado la Comisión de la Verdad:
“Los testimonios recogidos dan cuenta de las profundas consecuencias que la desaparición forzada ha tenido en los familiares de las víctimas, al señalar que de algunos casos estudiados el 19% sufrió estigmatización, el 10% vivió escenarios de discriminación y el 13% tuvo obstáculos para presentar la denuncia”.
Las organizaciones, que impulsaron las medidas cautelares en el estero San Antonio, han luchado sin descanso para que se incorporen el enfoque étnico y la cosmovisión de las comunidades negras en las labores de búsqueda.
“Lamentablemente, el Ministerio del Interior dio un concepto negativo al inicio de las medidas cautelares. Eso afectó mucho el inicio de la búsqueda, al decir que no era un territorio negro, cuando al menos el 90% de la población que se busca es afrodescendiente”, le dijo Yanette Bautista, a Infobae en una nota publicada el 31 de dicimbre de 2022, titulada: La dignificación que esperan las mujeres buscadoras de víctimas de desaparición forzada.
El tiempo pasa y las respuestas no llegan
Madres, hijas y nietas de la organización Madres por la Vida llevan demasiado tiempo sin respuesta. El conflicto armado les dejó su fuente de vida con restos que nunca debieron llegar ahí. La crueldad de la desaparición forzada obligó a una comunidad a cambiar sus costumbres.
En el estero San Antonio, lugar para los enamorados, la muerte se instaló para siempre. Unas aguas pacíficas guardan una verdad a que muchos nos les interesa buscar. Luz Dary Santiesteban se aleja de Buenaventura con una reflexión:
“A mí me da mucho coraje y rabia. Coraje de mirar como el conflicto nos arrebató a nuestros seres queridos y rabia de saber que a el Estado no les importa nuestro dolor. El tiempo pasa y nuestro corazón se va poniendo reseco. Nos envejecemos buscando y la impotencia se apodera de nosotras”.