Uno de los puntos que más ha desatado discusión de la reforma laboral que presentó el Gobierno nacional es la regulación del trabajo en plataformas digitales tecnológicas de reparto. Rappi, la empresa líder del sector en Colombia, ha hecho entender que su modelo de negocio no tendría futuro con las condiciones planteadas, mientras que los domiciliarios, al menos un gran número de ellos, considera que es la oportunidad de tener mejores condiciones.
En el 2020 se creó la Unión de Trabajadores de Plataformas (Unidapp), el primer sindicato digital para la defensa de las personas que empezaron a encontrar una opción de ingresos en las aplicaciones de servicios. Representan a unos 1.600 domiciliarios y a la fecha tienen sedes en Medellín, Santa Marta, Barranquilla y Bogotá.
Inicialmente se organizaron para manifestarse en contra de las tarifas y, durante la pandemia, decidieron formar el sindicato, debido a que las empresas habían iniciado a bloquear a los repartidores Buscaron apoyo jurídico para reintegrar a los compañeros, demostrando la ausencia de representación para sus demandas ocasionado por una relación laboral inexistente.
Jhonniell Colina, vicepresidente de Unidapp y uno de sus fundadores, habló con Infobae Colombia sobre la reforma laboral. Él trabaja desde hace cuatro años como domiciliario, participó con el Ministerio del Trabajo en la formulación del proyecto, desmiente a los representantes de Rappi y está convencido que la ley que se propone es necesaria para ese tipo de trabajos.
Asegura que le han presentado 11 derechos de petición sin respuesta y un pliego de peticiones que fue rechazado completamente porque no había relación laboral. Tienen una querella por negativa a negociar y otra por incumplimiento de normativa laboral ante el Ministerio del Trabajo, pero solo hasta la presentación de la reforma, se han interesado más en sus peticiones.
Rappi se define como la más grande empresa de domicilios en Latinoamérica y ofrece a sus repartidores la autogestión de sus ganancias y resultados, como el control de sus órdenes a través de la aplicación. Sin embargo, para los domiciliarios, la relación no es del todo independiente.
“Ellos dicen que no hay subordinación, que uno es independiente, que somos autónomos, pero este trabajo –ya está estudiado– si no hay subordinación, no puede funcionar”, sostiene Colina. “Yo tengo un jefe que es el que me dice dónde voy, dónde voy a retirar. Tengo un jefe que me dice dónde voy a entregar. Tengo un jefe que es el que le pone precio a mi trabajo, porque yo no decido por cuánto voy a llevar al domicilio, ellos automática y remotamente son los que dicen cuánto vale el domicilio y a mí no me consultan si yo lo quiero llevar por dos mil, por tres mil pesos; o lo lleva o lo lleva”, agrega.
El precio que reciben por domicilio, en ocasiones, no se corresponde con el esfuerzo que deben realizar los repartidores en términos de kilómetros recorridos para cumplir con la entrega. El mínimo es $2.800. Pero no pueden decir “por allá no voy”, porque la aplicación los sanciona. Estas penalidades pueden ir de horas a de manera permanente, sin explicaciones ni posibilidad de apelar, lo que ha ocasionado que algunas personas trabajen con perfiles ‘alquilados’.
Pese a todas las condiciones, las empresas como Rappi consideran a los repartidores como usuarios. “Pero el usuario es el domiciliario, el usuario es el restaurante, el usuario es el cliente; pero el usuario que se lleva la peor parte se llama domiciliario”, sostiene el vicepresidente de Unidapp.
“Este modelo de trabajo no funciona sin subordinación, pero ahora con la reforma laboral ya va a ser legal, porque aquí hay subordinación por donde tú lo quieras ver. Ellos lo disfrazan bajo un contrato de prestación de servicios, pero las partes deben llegar a acuerdos de cómo sería el pago de tu trabajo, cuánto sería el valor de tu trabajo; pero aquí no, aquí las empresas de plataformas ponen las reglas del juego a su conveniencia. A mí no me consultan nada, yo tengo un contrato de trabajo, que se llama términos y condiciones que sí o sí, yo debo aceptarlo para poder trabajar en la aplicación”, agrega.
Básicamente, los domiciliarios sostienen que, si las empresas pueden poner sus condiciones, los trabajadores también. Las últimas movilizaciones han sido por derechos laborales. De estos se incluyeron los dos principales en la reforma laboral: la seguridad social por parte de las empresas y la transparencia algorítmica. Esto último es que los trabajadores conozcan cómo se toman las decisiones que los afectan, por ejemplo, los bloqueos o los incentivos.
“Si yo antes trabajaba 14 horas para hacerme $100.000 - $120.000 pesos. Ahora lo voy a poder hacer en 10 horas porque mediante la reforma laboral yo voy a poder negociar con la empresa las tarifas, si quiero que me paguen por kilometraje, si quiero que me paguen por orden o si quiero que me paguen por tiempo de conexión”, explica Colina.
El vicepresidente de Unidapp sostiene que trabaja 14 horas diarias, tiempo el que realiza alrededor de 15 domicilios; seis días a la semana, con lo que logra entre $2′200.000 y $2′500.000 al mes. A estos descuenta alrededor de $420.000 pesos por gasolina y plan de datos. Sostiene que un trabajo formal no le permitiría el mismo nivel de ingresos y pagar seguridad social como independiente tiene un costo muy alto.
“Lastimosamente hay un pequeño grupo que está patrocinado por este tipo de plataformas. Otros que le han dado una lectura errónea a este a esta reforma, porque tú te pones a hablar con cualquiera de esos que se dicen llamar al orden, solamente tienen dos argumentos: salario mínimo y 8 horas de trabajo, cuando eso no dice por ningún lado la reforma laboral. Aquí nadie está hablando de salario mínimo ni de contrato de trabajo”, asegura Colina.
El vicepresidente de Unidapp no cree en las cifras de personas que perderían una opción de ingresos con la nueva regulación. Rappi y Alianza In sostienen que sería por el rango de 130.000 colaboradores que quedarían por fuera del margen de ganancias de las empresas si tuvieran que pagar seguridad social.
“Digamos que tienen 300.000 domiciliarios, Rappi que es la empresa que tiene el 80% del monopolio en el país de domicilio. Si tiene 10.000 restaurantes con contrato exclusivo, Rappi te factura cuatro millones de órdenes, mínimo por mes. Dividido entre 300.000 domiciliarios, te da menos de una orden por domiciliario. Cada uno hace mínimo 10, lo que da 40.000 domiciliarios activos. En pandemia, que fue el pico más alto porque la gente buscó ese trabajo como medio de ingreso cuando se quedó sin trabajo, éramos 30.000, ahora resulta que somos 300.000. Creo que la cuenta no les da”, asegura Colina.
La reforma laboral iniciará los debates en el Congreso de la República, donde deberá continuar la discusión de si esta es la mejor forma de regular ese tipo de empleos que nacieron con el desarrollo de la tecnología o, si, por el contrario, afectan el desarrollo de nuevos escenarios.