Agentes de la policía fueron recibidos con disparos y botellazos al atender una denuncia por exceso de ruido

Uno de ellos recibió un impacto de bala y el otro terminó con una fractura

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En el barrio El Bosque, al suroccidente de Barranquilla, de poco valió en una reunión con picó la advertencia de la Policía Metropolitana, que se vio obligada a presentarse ante las denuncias por exceso de ruido.

Y es que, una vez se presentaron los dos primeros agentes, para solicitar que bajaran el volumen, organizadores y asistentes no tuvieron problema en desfundar un arma y disparar en contra de los patrulleros.

Testigos señalan que los agresores se encontraban en estado de alicoramiento. Pero, con todo y eso, lograron herir a la subteniente Doris Meza Ávila.

Según la institución, Ávila, de tan solo 25 años, recibió un impacto de bala en el brazo derecho, por lo que tuvo que ser trasladada de urgencia a la Clínica de la Costa, en donde fue estabilizada y se recupera satisfactoriamente.

Dicha agresión generó una alerta aún mayor, que obligó a la Policía a enviar un nuevo grupo de agentes que, pese a la gravedad de lo que había ocurrido unas horas antes, fueron recibidos a punta de piedras y botellazos que, lograron herir al patrullero Giovany Salcedo Orozco.

Un golpe contundente con uno de los objetos arrojados bastó para generarle una fractura en un diente; por lo que, de nuevo, los oficiales se vieron obligados a abandonar el lugar y trasladar al patrullero a la Clínica de la Policía. Dejando, hasta lo que se sabe, impunes a quienes participaron de la peligrosa reunión.

Meses atrás una mujer fue atacada a mordiscos tras pedirle a sus vecinos que bajaran el volumen

Desesperados, una pareja de esposos que vive en la localidad de Kennedy, tras seis meses de ruido excesivo, decidieron que no podían seguir soportando la música a todo volumen que generaba un bar clandestino, que fue instalado en la casa ubicada justo detrás de la suya.

Según Guillermo Guerrero, vecino del sector, era imposible conciliar el sueño por culpa del ruido y las vibraciones en las paredes, que causaban los bajos de su equipo de sonido. Algo que, según él, sucedía incluso entre semana.

De ahí que, él y su esposa decidieran llamar a la línea de atención dispuesta para este tipo de situaciones. Sin embargo, según el relato que Guerrero en una entrevista concedida para CityTv, llegaron las seis de la mañana y el ruido aún se sentía.

Entonces, llamó a la Policía del cuadrante para conseguir ayuda y, la desesperación era tal que fue personalmente a recoger las pruebas necesarias, de modo que no desestimaran su denuncia. La decisión de los agentes fue sellar el establecimiento, aunque quienes estaban departiendo en el lugar golpearon a los denunciantes.

La pareja, víctima de una agresión brutal, denunció ante los medios de comunicación que hubo irregularidades en el sellamiento y que no les proporcionaron los números de cédula de los propietarios, necesarios para interponer una denuncia formal.

Sin embargo, una vez la Policía se retiró del lugar, Guerrero y su esposa, Isabel Goncalves, se fueron a su casa. Sin percatarse de que estaban siendo seguidos por los asistentes al bar, quienes ya los habían amenazado a ellos y a sus allegados por la denuncia.

Uno de ellos se ensañó con el señor Guerrero, mientras, otras tres personas —dos hombres y una mujer— se abalanzaron sobre Goncalves para llenarla golpes y mordiscos. La mujer terminó con moretones en todo el rostro, un maxilar dislocado y una semana de incapacidad, dictada por Medicina Legal.

Por lo que el comandante de la Policía de Kennedy, mayor Andrés Betancourt, en diálogos con Noticias Caracol, se vio obligado a aclarar que el establecimiento fue sellado y los propietarios multados por extensión del horario permitido. Y sostuvo: “vamos a estar brindando todo el apoyo para que este tipo de situaciones se vuelvan a presentar”, además de acompañamiento a la pareja afectada.

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