Tener relaciones sexuales y quedarse pegados es uno de los mitos más comunes en el imaginario de las personas cuando llega la Semana Santa. La creencia popular data de décadas y, hasta ahora, no se conocen casos reales, por lo menos en Colombia.
Que hacer el amor o tener sexo durante los días santos sea pecado y lo castigue Dios, ya es otra cosa y, con seguridad, quienes incurran en esto pagarán cuando les llegue el día del juicio final. Lo que sí es cierto es que muchas personas, sobre todo creyentes, valga la redundancia, creen en esto, tanto así que se abstienen de hacerlo.
Infobae Colombia habló con la directora ejecutiva de la Asociacion Nacional de Moteles y Hoteles de Colombia (Asomoteles), Sonia Pérez, quien dio detalles de lo que pasa en estos días santos, donde las diabluras pueden pagarse muy caras en este u otro mundo.
De acuerdo con Pérez, las ventas disminuyen en estos días, pero no tanto por esa creencia, sino que hay varios factores que lo acreditan.
”Es más porque la mayoría de personas salen a pasear por el tema religioso. O sea, hay personas que tienen sus creencias y sus religiones y para ellos no es una semana propicia para ir de rumba, de diversión, sino de esparcimiento, de estar en sus puntos de concentración”, explicó.
Indicó que las ventas del sector siempre bajan bastante para esta época, cerca del 50%, en específico, en dos días.
”Baja el Jueves Santo y Viernes Santo. Ya el Sábado Santo vuelve a la normalidad, pero más que todo es porque son días de estar en familia, en que no se está en Bogotá, por ejemplo, entonces no es tanto por la creencia de que se van a quedar pegados, sino que son días de recogimiento o días de estar en familia o días que definitivamente está en la casa”, enfatizó Pérez.
Según ella, eso es a nivel general, pues, por ejemplo, Bogotá está muy sola en esos días. En cuanto a los hoteles, dijo que la ocupación es más alta entre semana que el fin de semana, debido a los movimientos circunstanciales de temporada. Además, dio a conocer que la mejor época del año es septiembre porque se celebra el mes de Amor y Amistad.
Mientras tanto, diciembre, por Navidad, en parte sí, pero hay mucha gente de vacaciones, al igual que enero. Otro momento difícil es cuando hay paros.
La pandemia del covid-19 y los moteles
La directora ejecutiva de Asomoteles lamentó que esta época de Semana Santa pasa, precisamente, cuando el sector aún no se recupera de la pandemia del covid-19.
”La pandemia fue difícil. Todo negocio se cerró y bajaron las ventas muchísimo. Fuera de todo, después de la pandemia, se generó una crisis económica en la cual no se ha permitido que los establecimientos se recuperen al 100%”, resaltó.
Señaló que la recuperación económica del sector todavía está muy lenta, tanto así que a estas alturas está en alrededor del 60% debido a que muchas personas aún no tienen dinero para invertir y también a que las oficinas y las universidades ya no trabajan al 100% presencial, sino que prevalece el trabajo en modalidad virtual, entonces eso también impacta.
Precisó que hoy en día el precio de la hora de motel depende de la categoría. El más alto puede estar en $60.000, pero hay otros de menores categorías.
De igual forma, insistió que el temor a la inseguridad también es otro fenómeno.
Reforma laboral, otro golpe
Sonia Pérez también se refirió al proyecto de reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro, el cual ya se presentó al Congreso de la República y será debatido en los próximos días. Aseguró que ahí también hay un golpe para los moteles, ya que implica un aumento en la carga de la nómina por el nuevo horario de trabajo de las noches (ya no empezaría a las 10:00 p. m., sino a las 6:00 p. m.), así como la forma de contratación.
”Mientras que el sector no se ha recuperado totalmente viene una reforma en la que hay incremento en los costos laborales del 30%. Obvio, esto no da para llegar a un punto de equilibrio. No vemos conveniente esta reforma”, aseveró.