Luego de que Ultra Air anunciara el cese de sus operaciones desde las 12:00 del medio día, del pasado jueves 30 de marzo, el CEO de la low-cost, William Shaw, se pronunció asegurando que descartaron todas las opciones disponibles para mantener a flote a la aerolínea, pero pese a ello no lograron recibir financiación. La situación fue calificada por el directivo como una “de las más difíciles” que han tenido que enfrentar.
En diálogo con el diario El Tiempo, el CEO de Ultra Air contó cómo desde meses atrás habían intentado acudir a diferentes entidades y empresas para acceder a créditos que permitieran la capitalización de la compañía de bajo costo, pero, en ningún momento, recibieron “recursos frescos”.
Entre las dependencias del Gobierno nacional a las que acudieron estuvieron los ministerios de Transporte, Comercio y Hacienda y el Fondo Nacional de Garantías (FNG) e, incluso, recurrieron a otras empresas y aerolíneas como JetSmart, compañía chilena que presentó su propuesta para adquirir la low-cost, pero luego se retractó.
“Antes de tomar y comunicar la decisión por parte de la asamblea, estuvimos agotando todas las instancias para no suspender la operación comercial en Colombia. Han sido meses en los que trabajamos en distintas opciones; tuvimos más de una oferta para invertir en la aerolínea, y una que hasta se hizo pública”, señaló el directivo de Ultra Air al rotativo bogotano.
Los motivos detrás de la quiebra de Ultra Air
A la falta de recursos para mantener a flote la aerolínea, de acuerdo con Shaw, se le sumó el cese de operaciones de Viva Air. El CEO de la low-cost explicó al medio en mención que, tras la salida del mercado aéreo de la compañía de bajo costo, los arrendatarios de sus seis aviones le expresaron que no creían “en el mercado colombiano como la mejor opción para dejar sus aeronaves”.
“Contamos con recursos suficientes para iniciar la operación de este proyecto, pero hubo un alza sustancial de costos. El 55 por ciento del gasto es el combustible –que se triplicó y se paga en dólares–, el arrendamiento de los aviones también se paga en dólares y el total de los ingresos son en pesos colombianos”, explicó Shaw a El Tiempo.
Así, además de no contar con nuevos recursos, la situación para la aerolínea se complicó pues, según dijo el directivo al mismo medio, tras la suspensión de operaciones de Viva, tanto los arrendadores de sus aviones como los aeropuertos del país comenzaron a solicitarles pagos inmediatos, incluso bajo la modalidad prepago sobre los insumos y servicios para su operación, lo que ocasionó una reducción en “la liquidez de la compañía”.
Shaw aseguró a El Tiempo que, hasta el último minuto, la aerolínea actuó “con la responsabilidad de continuar con la operación” e informando oportunamente a sus pasajeros sobre la situación que atravesaba la empresa.
“La decisión de suspender las operaciones comerciales fue de las más difíciles que se han tenido que tomar en la asamblea de accionistas. El no contar con recursos frescos y solicitar ayuda por todos los medios posibles y ver que estos no llegarían, llevaron a la asamblea a tomar decisiones inmediatas”, indicó el CEO de Ultra Air al mismo medio.
A renglón seguido, el directivo le ofreció “una disculpa (a los pasajeros) por afectar sus planes”. “Esto no fue una decisión fácil”, subrayó Shaw en su entrevista con El Tiempo.
Aunque el alto directivo aseguró que Ultra Air actualmente reporta 89.000 reservaciones activas, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, indicó que son más de 377.000 tiquetes, hasta marzo del 2024, los que alcanzó a vender la low-cost antes de finalizar sus operaciones.
Respecto a las deudas de la compañía de bajo costo, en diálogo con El Tiempo, Shaw reveló que actualmente tienen “una deuda bancaria de ocho millones de dólares y cuentas por pagar por 14 millones de dólares, con ingresos anuales proyectados, para este año, de 100 millones de dólares”.