Negro Ober: el cuaderno de visitas será la clave para descubrir quién dejó ingresar los celulares a la celda

Debido a los videos intimidatorios el criminal fue trasladado de prisión, y el director de la cárcel de Girón ya fue destituido tras ser declarado insubsistente

La Procuraduría adelanta una investigación para conocer como ingresaron los teléfonos a la cárcel de Girón. Archivo

El escándalo que se desencadenó tras la exposición de los videos del Negro Ober amenazando a fiscales, uniformados y comerciantes tras la captura de su esposa aún no termina. Tras el traslado del criminal a la cárcel de máxima seguridad en La Dorada, la Procuraduría continúa investigando los presuntos beneficios que tenía el líder de los Rastrojos Costeños en la prisión de Girón.

Luego de la filtración de los videos del criminal, su celda fue allanada por orden del director del Inpec. Allí le fueron encontrados varios elementos prohibidos, incluyendo joyas, teléfonos celulares y hasta sustancias alucinógenas, por lo que más de 10 trabajadores de la cárcel de máxima seguridad de Palogordo en Girón se encuentran siendo investigados. El primer anuncio fue la destitución de Jorge Alberto Contreras, director de esta prisión.

“Tomamos la decisión de remover del cargo al director del establecimiento de Girón, toda vez que los funcionarios públicos estamos obligados a responder por acción y por omisión. De esta manera estamos demostrando la lucha contra la corrupción y todo el Instituto Penitenciario que esto no se puede presentar de ninguna manera”, fueron las palabras del director del Inpec, coronel Daniel Gutiérrez.

Como paso siguiente para continuar con el esclarecimiento de los hechos, RCN Radio reveló que el director del Inpec habría pedido individualizar a cada uno de los guardias del centro penitenciario que hubieran estado a cargo de cuidar la celda del Negro Ober, con el fin de ayudar en la investigación que es adelantada por la Procuraduría General de la Nación, en la cual se ha analizado cada segundo de los videos intimidatorios del criminal para determinar qué otros elementos prohibidos tenía en su poder.

Dentro de los análisis solicitados por la Procuraduría estaría la revisión del cuaderno de visitas del Negro Ober, para identificar a los guardias que estaban cuidando la celda en el momento en el que ingresaron los teléfonos, además de una inspección al protocolo de seguridad

De la misma forma, el Inpec deberá justificar por qué el Negro Ober ha sido trasladado en tres oportunidades de prisión en el último año, en las que presuntamente continuaba teniendo algunos beneficios que el mismo criminal ha relatado.

Tras su llegada a la cárcel de máxima seguridad en La Dorada, el líder de los Rastrojos Costeños manifestó su inconformidad por no tener un televisor dentro de su celda, detallando que cuando se encontraba en la cárcel de La Picota en Bogotá, se le había permitido el ingreso de uno.

“Me tiene aquí sin televisor, ¿A quién se lo solicito? ¿A quién se lo solicito?, el patio de Bogotá lo tuvieron así seis meses pero me dejaron entrar un televisor”, fueron las palabras del Negro Ober tras ingresar a su celda en la cárcel de La Dorada.

El líder de los Rastrojos Costeños manifestó su indignación por no contar con un televisor dentro de su celda. Créditos: @oscarmrueda/Twitter

La difusión de los videos del Negro Ober amenazando se registraron luego de que las autoridades capturaran a su esposa, Julieth Vanessa Martínez Cantillo, alias Johanna, quien sería la encargada de cobrar el dinero a las personas que eran extorsionadas por el líder de los Rastrojos Costeños y sus hombres. En el momento de su arresto, la mujer se encontraba en la ciudad de Bogotá, en donde estaría invirtiendo parte de las ganancias del grupo criminal.

Dentro de la vivienda en la que fue capturada alias Johanna, las autoridades encontraron un teléfono celular y un computador en los que habría información que incrimina a la mujer con las acciones delictivas que hacía su esposo dentro de prisión

Además se descubrió que Julieth Martínez era estudiante de la Universidad del Área Andina, en donde cursaba un posgrado que era pagado con el dinero de las extorsiones.