El fantasma de una asamblea constituyente volvió a pasearse por el Congreso colombiano, luego de que la senadora del Pacto Histórico Piedad Córdoba la propusiera como un mecanismo para, de una vez por todas y en vista del hundimiento de la reforma política el 23 de marzo, reformar la política colombiana. En el texto que publicó en Twitter, la senadora planteó “una Asamblea Nacional Constituyente para una nueva reforma política”.
“El proyecto de reforma tomaba aspectos parciales y no lograba romper el odiado sistema clientelar, ni lograba superar la corrupción y la incapacidad del régimen político para responder seriamente a los desafíos de nuevos sujetos sociales”, trinó la senadora Córdoba, acompañando el texto en el que argumenta el porqué habría que convocar una Asamblea Nacional Constituyente.
Al no lograr estos objetivos, la senadora señaló que el Gobierno nacional, “al retirarla, tiene la opción de corregir los errores y superar sus falencias para volverla a presentar en un nuevo escenario, esta vez, sí con propuestas transformadoras que sean coherentes con las necesidades de Colombia y de la democracia que este gobierno se comprometió reconstruir”.
La senadora también responsabilizó a Roy Barreras y al ministro del Interior, Alfonso Prada, del fracaso de la reforma, pues argumentó que el hecho de que ellos lideraran la concepción del texto de la reforma era una señal de que esta “en nada reflejaba la propuesta transformadora del ejercicio político y por ende democrático propuesto por el presidente en la campaña electoral”, todo esto a raíz de que Barreras y Prada son “políticos de corte tradicional”, escribió la senadora Córdoba, que también advirtió que “los voceros del gobierno no tuvieron la visión que el momento requería para plantearle al país una reforma a las alturas de las necesidades”.
La senadora recordó que desde octubre de 2022 se ha opuesto al artículo que permitía que los congresistas fueran nombrados ministros, y una vez terminada su misión ministerial pudieran regresar a su curul. También criticó que se haya caído la obligatoriedad de las listas cerradas y cremallera, la financiación estatal de las campañas electorales y la restructuración del Consejo Nacional Electoral.
La senadora también habló del retiro de la reforma que pidió el Gobierno nacional y reparó en que “queda en el aire la sensación de que no hay coordinación, ni seguimiento a las discusiones que se formulan en los diversos escenarios políticos”.
También escribió que pareciera que tampoco hay “rigurosidad o coherencia con los compromisos adquiridos con al gente que apostó p o runa forma de gobernar Colombia en oposición al modelo tradicional”.
Córdoba señaló que es evidente la incapacidad del actual Congreso para “liderar transformaciones estructurales en materia política”, recordando que “todos los intentos de reforma han sucumbido en las cómodas estrategias conservadoras y perversas de cada partido o en las aguas heladas del cálculo personal”.
La senadora concluyó que para que se pueda materializar una reforma política en Colombia esta debe hacerse por “fuera de la institucionalidad del Congreso y fuera de los pactos de cúpula”, es decir, una Asamblea Nacional Constituyente.
“La nueva reforma política que genere transformaciones debe estar por fuera de la institucionalidad del Congreso y fuera de los pactos de cúpula, una nueva reforma política, tendrá que ser fruto de una Asamblea Nacional Constituyente que se haga para ese tema en particular y que recoja el sentir de los partidos, pero también de los movimientos sociales y del pueblo”, comentó.
La senadora finalizó planteando que esa reforma política, que cree debería nacer de la Asamblea Nacional Constituyente, “no solo dé cuenta de los aspectos mecánicos electorales, sino de construir la base social de un nuevo proyecto político de país que revolucione las constumbres políticas y apunte hacia una nueva cultura política democrática”.