Pérdidas de hasta 70.000 millones de pesos se denunciaron en los últimos días, ante la prensa nacional, a través de la historia de Felipe Rocha, hombre acusado de haber recibido el dinero de varios ciudadanos, de altos estratos de Bogotá, que decidieron confiarle su dinero bajo la promesa de recibir gruesas ganancias económicas. El hombre aseguraba, a quienes dicen haber sido sus víctimas, que recibirían ganancias hasta del 40% si invertían con él en el jugoso negocio. ¿De qué se trataba el negocio? ¿Cómo funcionaba el modelo? ¿En qué va le proceso?
Rocha, de acuerdo con lo que se conoce sobre el caso, expuso a amigos y conocidos que sus proyectos ganaderos tendrían más rentabilidad si ponían parte de sus dineros en un fondo de compra y venta de ganado gestionado por él. Ser hijo de una familia dedicada a ese sector comercial, y el peso de su nombre dentro de la industria, generó confianza en quienes accedieron a la propuesta. Este negocio, destacó Semana, surgió luego de que, en 2022, la iniciativa comenzara en 2022, cuando Rocha le propuso a amigos de colegio comprar ganado cebú para engordarlo y luego venderlo. Luego de esto fue cuando nació el supuesto fondo.
Los dineros, de hecho, se consignaron a nombre de la agropecuaria Achury. El apellido Rocha era reconocido por la trayectoria de su familia con Toros Achury Viejo. De hecho, Rocha habría entregado un documento a los inversionistas en el que aseguraba que, en caso de su ausencia, el dinero pasaría a manos de María Francisca Medina, su mamá.
“Segmentó a los inversionistas en el grupo con los que hacía los paseos en moto a Anapoima; los del colegio Anglo Colombiano; los del club y los del grupo con los que montaba en bicicleta. A todos nos hacía creer que éramos unos privilegiados por entrar al fondo de Felipe”, comentó uno de los empresarios afectados en una entrevista otorgada al diario El Tiempo sobre el comportamiento del supuesto estafador.
De acuerdo con lo que ha explicado Fabio Humar, abogado que ahora representa a varias de las personas afectadas, quienes terminaron convencidos de la factibilidad del negocio entregaron dinero a Rocha a través de diferentes métodos. Mientras que algunos decidieron consignar y transferir de manera electrónica, otros, incluso, entregaron sus aportes en efectivo. Tal y como lo comentó el abogado en una charla con la W Radio, las inversiones se hicieron siempre con la promesa de que “había un ganado de buena calidad en fincas sofisticadas y que el ganado estaba dando rendimientos”. Tal y como lo dijo Humar, “resulta que nunca hubo una sola vaca”.
“Felipe Rocha, el hijo, logró cautivar a las personas por su cercanía con las víctimas y las buenas referencias sociales (...) Es un esquema en el que las personas entregan dinero bajo la creencia de que habrá un rendimiento, cosa que no sucederá. Sin embargo, para pagar los supuestos lucros, se debe captar otros incautos que con sus aportes irán pagando los rendimientos de los primeros inversionistas, y así sucesivamente”, detalló Humar en testimonios rescatados por el portal Asuntos Legales.
El fructífero negocio terminó siendo lo que se conoce como una pirámide que, para la fecha, tiene a decenas de personas preguntándose de qué manera van a recuperar los recursos que decidieron confiar en manos de Rocha. Dentro de las víctimas, comentaron la revista Semana y el portal informativo Pulzo, se encuentra el hijo mayor del expresidente colombiano Juan Manuel Santos, Martín. Él, dicen ambos medios de comunicación, había entregado a Rocha cerca de 350 millones de pesos.
Las dudas respecto a que había algo raro en el negocio empezaron tiempo después de las primeras transacciones, es decir, en enero de este año. Inicialmente, de hecho, los inversionistas alcanzaron a percibir la llegada de intereses a causa de sus aportes, sin embargo, tiempo más tarde, les fue imposible querer retirar dinero cuando lo querían. Según dijeron, cuando lo intentaron, recibieron excusas por parte de la vocería del fondo con las que, al final, terminaron sin tener respuestas positivas. Así mismo, destacan, Rocha desapareció. Dejó de contestar mensajes y llamadas.
Cuando los inversionistas empezaron a notar que algo no andaba bien, se dieron cuenta que en el fondo no solo habían personas conocidas, sino que, por el contrario, había un grupo de cerca de 80. Según se conoció, los inversionistas llegaron a poner diferentes cantidades en el supuesto fondo, desde 25 millones de pesos hasta $1.500 millones.
Según testimonios expuestos por Asuntos Legales, lo que procede en el caso, ahora, es que el supuesto estafador aparezca y entregue el dinero que tomó, si no lo hace, tendría que afrontar a la justicia por delitos como captación de dinero, no reintegro de capital, estafa y falsedades documentales.
“Lo que procede ahora es dar un compás de espera para ver si hay pagos. De lo contrario, se procederá con la acciones penales y mercantiles”, dijo el abogado. “Es un poco iluso creer que se recupera el 100% de la inversión y los intereses, pero creemos que se puede recuperar algo importante”, añadió en una entrevista ofrecida, en la mañana de este martes, a Blu Radio.