María Matamba, la esclava que luchó por mantener su apellido y su vínculo ancestral

Conozca algunos datos sobre la esclavitud en Colombia en el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos

Guardar
Los investigadores e historiadores estiman que no hubo menos de 250.000 esclavos en el país. Biblioteca Luis Ángel Arango.
Los investigadores e historiadores estiman que no hubo menos de 250.000 esclavos en el país. Biblioteca Luis Ángel Arango.

Más de 15 millones de personas fueron víctimas de la trata o asiento, entre el siglo XVI y el XIX, según los datos de la ONU, en 400 años, hombres, mujeres y niños de origen africano fueron sometidos a los más crueles tratos, desde la captura, transporte y esclavitud en América. En recuerdo de este lamentable episodio, de la historia de la humanidad, cada 25 de marzo se conmemora el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos.

No es posible establecer con exactitud cuantos esclavos ingresaron a Colombia, entonces conocida como Nueva Granada, pero los investigadores e historiadores saben que esta cifra no es inferior a 250.000 personas, en 1778 Bogotá era habitada por 16.000 personas.

Desde el Archivo General de la Nación se explica que el precio de un esclavo dependía de su edad, salud y condiciones físicas para el trabajo. Estiman que a comienzos del S. XVIII se podía pagar entre 150 y 200 por un esclavo entre los 16 y 18 años, mientras que “‘casa de tapia y teja baja con una tienda’ se vendía en Santafé en 900 pesos”.

El lucrativo negocio de la trata fue reglamentado por la Corona española, que autorizaba a los contratistas o “asentistas”, por el nombre del contrato que se debía firmar. Aquellos que no sabían hablar español eran llamados como bozal, mientras que los que ya habían padecido el cautivo por un largo tiempo y manejaban el idioma eran llamados ladinos.

Los principales “usos” para los esclavos africanos era la extracción de minerales, en jornadas de más de 18 horas, principalmente en las regiones del Pacífico; también en tareas pesadas en plantaciones y haciendas, mientras que las mujeres esclavas eran sometidas a tareas domésticas, labores de cuidado y violencia sexual.

Contrato de venta de una niña negra esclava de 1736. Archivo General de la Nación.
Contrato de venta de una niña negra esclava de 1736. Archivo General de la Nación.

Pero la historia de la trata también está marcada por la resistencia, de miles de negros que escaparon de sus captores. Llegando a fundar rochelas y palenques en parajes libres del control del Estado, en donde la esclavitud estaba proscrita.

El más famoso de ellos es San Basilio de Palenque, en el actual departamento de Bolívar, que en 1691 se convirtió en el primer lugar libre de todo el continente americano, motivo de que haya sido declarado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, en el 2005, por parte de la Unesco.

Pero no se trató del único caso, uno de los expedientes mejor documentados es el de una esclava en Honda, que lucho por su identidad mediante su firma, se trata de Ana María Matamba (1720-1810), esta mujer negra estuvo al servicio del hacendado Justo Layos, lucho por preservar su nombre, las prácticas de la época indicaban que debía apellidarse como su amo.

Sin embargo, cada vez que podía, firmaba con su nombre angolés “Matamba”, este acto, aunque pueda parecer sencillo, refleja una profunda actitud de desafío a las autoridades coloniales. Antropólogos e historiadores explican que imponer el apellido del amo era forma de cortar el vínculo ancestral de los esclavos con sus culturas natales.

Minas del Chocó: Relación de los negros esclavos que trabajan en ellas, con nominación de los dueños de unos y otros. Archivo General de la Nación.
Minas del Chocó: Relación de los negros esclavos que trabajan en ellas, con nominación de los dueños de unos y otros. Archivo General de la Nación.

Si bien, la historia de la esclavitud y la trata en Colombia no fue igual que en otras latitudes del planeta, como en Cuba, Brasil o los Estados Unidos, ello no implica que no se tratara de un destino cruel, carente de humanidad y uno de los peores legados de la humanidad.

Por ello, es importante que como sociedad se inviertan más recursos en investigar, apropiar y difundir la historia y memoria negra del país, mayor voluntad ciudadana en propiciar la vista a espacios como San Basilio, así como en cuestionar a las instituciones y espacios cotidianos por la presencia de las personas afrodescendientes.

Busto conmemorativo de Ana María Matamba. Museo Nacional de Colombia.
Busto conmemorativo de Ana María Matamba. Museo Nacional de Colombia.
Guardar