Consumo y venta de drogas en Cundinamarca: un problema que todos conocen pero que no tiene una hoja de ruta para hacerle frente

Soacha, Zipaquirá, Fusagasugá, Facatativá, Girardot, Chía, Madrid, Tocancipá, Guaduas y Mosquera, los municipios en donde más se comercializan sustancias psicoactivas

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La marihuana es una de las sustancias que más se venden y consumen en el departamento de Cundinamarca (Cortesía)
La marihuana es una de las sustancias que más se venden y consumen en el departamento de Cundinamarca (Cortesía)

El departamento de Cundinamarca, en el que se circunscribe la ciudad de Bogotá, tiene un problema latente de consumo y venta de drogas, a través de microtráfico que mueven sustancias tales como la marihuana, el bazuco y la cocaína (con sus respectivos derivados). Todas ellas, las drogas más apetecidas por los cundinamarqueses.

Estas sustancias, y esto ya está identificado, se venden sobre todo en los parques, las zonas comerciales, las discotecas, cercanías a las carrileras y, ahora, están cogiendo bastante fuerza las entregas a domicilio.

De acuerdo con datos de la Gobernación de Cundinamarca, los 10 municipios en los que más se vende y consume droga son los municipios de Soacha, Zipaquirá, Fusagasugá, Facatativá, Girardot, Chía, Madrid, Tocancipá, Guaduas y Mosquera, todos ellos habidos en la órbita de la capital.

En el marco de un análisis que adelanto el periódico El Tiempo, en donde fue citada la Secretaría de Gobierno de Cundinamarca, se sostiene una hipótesis: si bien es ampliamente conocido cuáles son los lugares en donde hay mayor demanda, no hay una radiografía clara sobre cómo abordar este problema.

”Se trata de mercados ilegales a los cuales no es fácil hacerles un seguimiento, y en la actualidad no se cuenta con un estudio serio al respecto. Pero la Fuerza Pública viene adelantando acciones en todo el territorio con el fin de atacar dichos comercios de drogas, logrando incautaciones en los municipios y en los corredores viales”, indicó al medio citado la Secretaría de Gobierno de Cundinamarca.

La entidad gubernamental advirtió que, en lo corrido de los últimos dos años de pospandemia, entre el 2021 y el 2022 se desmantelaron 22 organizaciones criminales y la captura y judicialización de 165 de sus integrantes, a través del programa de recompensas, de la colaboración de la ciudadanía y por acción de la Fuerza Pública. También precisó que fueron ocupados cuatro inmuebles, fueron capturaron 1.432 expendedores y desmantelados seis laboratorios o cristalizaderos de cocaína,

Es importante tener en cuenta que actualmente la dosis mínima permitida en Colombia es equivalente a los 20 gramos, para el caso de la marihuana, y un gramo para la cocaína y sus derivados, según la Ley 30 de 1986.

Ojo con la adolescencia

Punto aparte, de acuerdo con la Policía de Cundinamarca, en los municipios de Girardot, Fusagasugá y Ubaté se han identificado como las tres regiones en las que hay más demanda de estupefacientes, con un promedio de edad de los consumidores entre los 16 y los 25 años. Y atentos al dato: las redes de microtráfico no solo buscan involucrar a los menores de edad como consumidores, sino como expendedores.

En este orden de ideas, precisó el medio de comunicación ya referido, en lo transcurrido del 2023, en los 86 municipios han sido capturadas más de 170 personas por el delito de porte, tráfico o fabricación de estupefacientes.

”Hemos visto que en la actualidad los expendedores de estupefacientes están intentando involucrar a adolescentes y jóvenes; por eso, últimamente se han realizado planes en entornos escolares, donde se han intervenido más de 100 colegios”, aseguró el coronel Edwin Urrego Pedraza, comandante del Departamento de Policía Cundinamarca, quien agregó que aunque la tendencia mundial muestra un incremento del consumo, este se da más en los territorios poblados de las grandes ciudades, como serían los municipios con esta problemática.

Y otros municipios identificados, de acuerdo con el Comando Especial Sabana Norte, en donde más se distribuyen y consumen drogas, son los municipios de Tocancipá, Gachancipá, Chía y Zipaquirá.

”Establecer una cifra exacta de consumo en los municipios de la jurisdicción no es posible, teniendo en cuenta que todos los días las cifras de consumo tienden a aumentar; abonado a esto, aquellas personas que consumen la dosis mínima permitida no están en las estadísticas delictivas u operativas institucionales”, explicó a El Tiempo el teniente coronel Juan Felipe Mantilla, comandante del Comando Especial Sabana Norte.

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