El 22 de marzo una de las tumbas de San Agustín fue vandalizada, el responsable fue un hombre de 26 años que escribió su nombre y el de su pareja con una navaja en el bien patrimonial. El responsable fue capturado por agentes de la Policía Turística.
Duván quería inmortalizar su relación amorosa, por lo que le sugirió a su pareja, Deisi, que se hicieran un tatuaje. La mujer rechazó la idea, pero el novio convencido de la pertinencia de la ocasión, optó por dejar una marca de amor permanente en una de las tumbas del Parque Arqueológico de San Agustín.
“Duván y Deisi” fue lo que escribió el joven en la tumba, cuando estaba por terminar fue capturado por miembros de la Policía Nacional del grupo de Protección al Turismo y Patrimonio Nacional, que hacen presencia en el parque. El hombre es oriundo de Isnos, Hulia, municipio vecino del sitio arqueológico, tiene 26 años y no finalizó la escuela, según explicaron las autoridades del departamento a Infobae Colombia.
Debido a sus acciones quedó en el poder de la Fiscalía General de la Nación, le será imputado el delito de daño a bien ajeno, con circunstancias de agravación punitiva, por tratarse de un objeto de interés patrimonial; tal como se estipula en los artículos 265 y 266 del Código Penal Colombiano.
Desde este medio hemos buscado repuesta de los administradores del Parque San Agustín, que es administrado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), con el fin de conocer el impacto de la intervención, los planes de restauración y acciones que se están desarrollando para mitigar este tipo de acciones, pero al cierre de esta nota se cuenta con respuesta.
San Agustín es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Colombia, fue declarado patrimonio de la humanidad en 1995; por lo que se trata de un espacio de referencia para el turismo cultural del país, principalmente para el departamento del Huila.
Desde 2008 el parque cuenta con un Plan de Manejo Arqueológico, aprobado por el Icanh. En este documento se explica que el municipio de Isnos es principalmente rural, y aunque existe oferta turística, esta no es tan grande debido a las dificultades para acceder al parque desde el pueblo.
El Icanh emitió en 2012 el documento Determinación de la capacidad de carga aceptable del Parque Arqueológico San Agustín, en el que se indica que el vandalismo es causado por: “Deficiencias en el manejo de grupos por parte del guía y falta de sensibilización al visitante. Deficiencias en la adecuación del sendero y la vigilancia”, lo que genera una presión alta en el mantenimiento de los bienes patrimoniales.
Para mitigar la situación se propone la vigilancia permanente en los senderos, la divulgación del reglamento a los visitantes y volver las guías obligatorias, medidas que parecen no haberse implementado en este caso.
Este tipo de situaciones también evidencian la necesidad de fomentar acciones de socialización y apropiación del patrimonio cultural en las poblaciones vecinas del parque y sus habitantes.
Una situación similar ya había sido denunciada en febrero del 2023, cuando individuos ingresaron a los petroglifos del Encanto, en Florencia, Caquetá. Respecto de esos actos, el investigador Diego Martínez Celis sostuvo que estas intervenciones son producto del desconocimiento de la ciudadanía y la ausencia de planes de manejo.
“Es clave regular el acceso a los espacios arqueológicos y tener control sobre los visitantes. En la actualidad, la mayoría no está regulado y son visitados por cualquier persona, es aquí cuando se presentan los actos vandálicos”, aseguró el experto.
Sin embargo, Martínez advirtió que este no es el problema principal, sino la promoción que se suele hacer de los sitios arqueológicos como atractivos turísticos, sin efectuar los inventarios previos o con los planes de manejo requeridos.