Mujer indígena le ganó la batalla a la Registraduría: logró conservar su nombre en la cédula en su lengua nativa

Por el carácter «ɨ», la entidad le habría negado retirar el nombre impuesto, Olga Viviana Merchán García, y con el que la mujer alegaba no sentirse identificada

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Por el carácter «ɨ», la entidad le habría negado retirar el nombre impuesto y con el que la mujer alegaba no sentirse identificadaFoto: Registraduría Nacional
Por el carácter «ɨ», la entidad le habría negado retirar el nombre impuesto y con el que la mujer alegaba no sentirse identificadaFoto: Registraduría Nacional

Tras casi dos años de haber iniciado el proceso judicial y haber tutelado a la Registraduría General de la Nación, Paknam Kɨma, perteneciente al resguardo indígena ɨnkal Awá Katsa tɨ de Villagarzón, en Putumayo, pudo mantener su nombre ancestral en su documento de identidad.

Fue así que el Consejo de Estado dio la orden a la Registraduría Nacional para que reconocieran su nombre a la mujer indígena en el documento. En el documento declaraba que la entidad violó sus derechos por no reconocer los caracteres indígenas, y posteriormente, solicitó la entrega de su documento en un máximo de tres meses.

Paknam Kɨma llevaba más de 30 años con un nombre con el que no se sentía identificada en su documento, Olga Viviana Merchán García, y que la Registraduría había tomado la decisión de no modificar, presuntamente, porque tendría que agregar una letra que solo existe en esta cultura indígena.

En declaraciones con Noticias Caracol, mencionó que:

“Cuando a mí me decían mi nombre Viviana, era como sí, ahí está por como te tienen que decir, pero cuando me decían Paknam Kɨma, era esa conexión que tienes con todo el territorio, con todo lo que eres, con todo lo que sientes”.

Su nombre, al que pudo regresar tras la batalla, corresponde a la unión de dos nombres de mujeres que representan la conexión cielo y tierra dentro de su cabildo, y que le fue asignado por la comunidad indígena el día de su nacimiento. Sin embargo, no había podido llevarlo en su documento y desapareció cuando solicitaron el registro de nacimiento.

Quién es Paknam Kɨma

La mujer pertenece al pueblo indígena awás, uno de los 115 que se encuentran en la región y que, además, han sido perseguidos y violentados históricamente en nuestra nación. Ella es, junto a su hermana, las únicas mujeres de su comunidad que salieron de allí para iniciar una carrera universitaria.

Así, Paknam Kɨma ingresó a la Universidad Antonio Nariño para iniciar sus estudios en Derecho, pregrado en el que fue beneficiada con una beca para acceder a un programa de posgrado en la Universidad Andina Simón Bolívar en Ecuador, así como a la maestría en Antropología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Flacso en ese mismo país.

En conversación con El Espectador, Paknam Kɨma indicó que su principal motivación para estudiar esa carrera se debía a que quería emprender una lucha en contra de la discriminación de las comunidades indígenas, situación que también ha experimentado y en el curso, el cuestionamiento por su identidad también hizo su aparición.

Fue así que logró ganar la tutela ante el Consejo de Estado que le ordenó a la entidad emitir la cédula con su nombre ancestral. Además, también hizo un llamado para que el Estado considere en sus bases de datos los idiomas indígenas y de esta forma, reconozca el derecho a tener sus documentos en su lengua originaria, reconociendo la diversidad lingüística de los pueblos.

El camino que le permitió ganarle la batalla a la Registraduría

Hacia el mes de julio de 2022, Paknam, inició el trámite que le devolvería su identidad ancestral. Se dirigió hasta la Registraduría Nacional de Villagarzón, donde solicitó la modificación de sus documentos. Esto fue posible gracias a que los funcionarios de la entidad pudieron escribir el carácter «ɨ» en una máquina de escribir antigua, signo que reclamaba la mujer.

Para el mes de agosto, Paknam realizó una nueva solicitud para obtener una nueva cédula. Sin embargo, en este caso la entidad no procesó la petición, según indicaron, porque en las bases de datos no estaba la letra especial que se requería para la escritura de su nombre ancestral. Incluso se dirigió a Moca y allí también le negaron el proceso.

Debido a esto, decidió presentar y derecho de petición que derivó en tutela contra la Registraduría y el Gobierno, para garantizar su derecho al nombre poniendo sus herramientas tecnológicas en trabajo de ello. Fue así que el trámite avanzó y hoy tiene su documento con la identidad de sus raíces.

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