Mitú tocará por partida doble en el Festival Estéreo Picnic

Infobae Colombia habló con Julián Salazar, responsable del proyecto que se presentará jueves y viernes, convirtiéndose en el primer artista en toda la historia del evento en hacerlo

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Mitú se presentará dos veces en el Festival Estereo Picnic: el jueves 23 de marzo y el viernes 24 (Mitú/Facebook)
Mitú se presentará dos veces en el Festival Estereo Picnic: el jueves 23 de marzo y el viernes 24 (Mitú/Facebook)

Desde su creación en los primeros años del 2010, Mitú no tardó en convertirse en una propuesta con la suficiente solidez por sí misma para que su fundador, Julián Salazar, se inclinara por desvincularse de Bomba Estéreo para darle prioridad a su sociedad con Franklin Tejedor.

Apostando por una mezcla entre elementos electrónicos y acústicos donde los ritmos del Pacífico y del Caribe colombiano convivían con una forma de entender la música electrónica más experimental y desafiante, sus conciertos se convirtieron en una colisión entre lo vanguardista y el disfrute de salir de rumba un fin de semana.

Cinco álbumes de estudio después, se ha convertido en uno de los proyectos independientes colombianos con mayor proyección internacional, al punto que tuvo la oportunidad de ser el acto de apertura para New Order en el Alexandria Palace de Londres en 2018, en el que fue el único concierto en Reino Unido de la agrupación inglesa ese año.

Muchas cosas cambiaron desde entonces. El ritmo prolífico del dúo se cortó en seco debido a la pandemia de covid-19, durante la cual Julián se mudó a Santa Marta y comenzó a concebir una renovación en el sonido del grupo, que redujo el uso de sintetizadores para favorecer instrumentos más tradicionales. La guitarra, en particular, se hace notar más en Nene y Yodo, los sencillos que sirven como anticipo de su álbum Astra, que se espera sea lanzado a mediados de abril en las plataformas digitales.

Antes de eso, Mitú se presentará dos veces en el Festival Estéreo Picnic. El jueves 23 de marzo será la primera presentación a las 8:30 p. m. en el Escenario Flamin’ Hot., tal y como estaba pactado desde que se hizo la revelación del cartel.

La segunda presentación será el viernes 24 en ese mismo escenario a partir de las 8:45 p. m., convirtiéndose así en el primer artista (nacional o internacional) que se presenta dos veces en una misma edición del Estéreo Picnic.

En un primer momento se pensó que el motivo por el que se les agendó para dar dos presentaciones fue la cancelación de Willow Smith, a pocas semanas de que comenzara la acción en el Campo de Golf de Sopó, lo que habría obligado a la organización a recurrir a ellos como opción de último minuto. Sin embargo, esta información fue desmentida por el propio grupo, señalando que la sorpresa ya estaba pactada de antemano, pero al anunciarse el mismo día de la cancelación hubo un malentendido al respecto.

Lo cierto es que para Mitú representa una oportunidad muy peculiar desde lo creativo. Así lo expresó Julián durante la entrevista que le concedió a Infobae Colombia, hablando sobre estos dos shows, los temas recién estrenados, y lo que podrán esperar los asistentes a “un mundo distinto” de la dupla que ya se había presentado en la edición del 2015.

Mitú será el primer acto que se presente dos veces, en días distintos, en una misma edición del Estéreo Picnic. Más allá de las circunstancias que motivaron esa decisión por parte del festival, ¿Cómo se sienten?

Muy bien. Venimos preparando un show muy especial para el Estereo Picnic. Siento que también esto va a estar bueno porque nos da la libertad de poder hacer dos shows diferentes en cada una de las noches. Pienso que la música dicta hacia dónde debe ir el show, cómo debe ser ejecutado. Además, las energías y la atmósfera de cada situación cambian. Uno no es el mismo en todo momento, entonces la musicalidad debe variar y los shows deben variar. Está muy bueno contar con dos espacios. Son dos chances de hacer un directo muy fuerte y que sean diferentes el uno del otro.

La primera vez que se presentaron en el Estéreo Picnic fue en 2015. ¿Qué recuerda de ese show? ¿Cuáles fueron las sensaciones?

Ese show pertenecía un poco al segundo álbum. Fue muy bonito porque fue bien entrada la noche y previo hubo una serie de fuegos artificiales, entonces fue una gran antesala antes de empezar a tocar. Hacía mucho frío y el viento estaba pegando de frente al escenario. Pero siempre es grato volver al festival y reencontrarse con un espacio que lo acoge a uno como músico, donde vamos representados los puntos de inflexión en nuestra carrera como artistas.

¿Cambia mucho el hecho de tocar en un festival frente a los conciertos donde saben que van a verlos a ustedes? ¿Cambia el enfoque o la forma de encarar las presentaciones?

Ahora estamos lanzando un nuevo álbum después de un buen rato de no sacar música. Tenemos un repertorio más amplio. Entonces, creo que va más por el momento que por un cambio en tocar en una sala o en un festival.

Aunque el cambio para mi entre las dos cosas, y siempre lo he experimentado de esa forma, es que cuando tocas en una sala sabes que es un show largo, que tiene una curva dinámica que puede variar mucho a lo largo de todo el espectáculo. Como que tienes esa preparación a qué va a ir y venir, o que esa curva puede sufrir cambios. Si el show se desarrolla de un modo puede terminar de otro, o que si empieza de otro modo el final pueda terminar distinto.

Para mí, tocar en un festival o sale bien o sale mal, desde un primer momento. Por eso tienes que tener mucha concentración y hacerlo bien desde el principio.

Las nuevas canciones Nene y Yodo tienen sus respectivos videos y comparten ese gusto por hacer un plano fijo, pero transmiten cosas radicalmente opuestas. ¿Cuál fue la historia detrás de estos videos?

Yo creo que más allá de un concepto, había una limitante, quizás. Cuando ya estábamos próximos al lanzamiento del álbum vi que hacía falta tener unas piezas musicales que acompañaran la nueva música. Pensé que no quería meterme como en la gran empresa de hacer un videoclip y contratar una productora, de sacar un guion y un montón de cosas que van a significar más desgaste y no una visión tan cercana a lo que quería. Entonces dije “lo voy a hacer yo”.

En el primer video quiero tener esta chica que danza y canta la canción, y como que se mezcla muy bien con letra de la canción. Y en el segundo, tenía a Marsh (Waris), la cantante de la canción en sí. Quería tenerla a ella como este personaje que es un poco como la víctima de una posesión, que es un poco lo que habla de la letra, del amor en su fase más posesiva.

Días antes, previo a la grabación de cada video, se me venía como lo quería hacer. Uno es un marco de un paisaje a color, tranquilo, casi como un cuadro. Y el otro es este personaje en un plano muy cerrado que habla directamente a la cámara y habla de este amor posesivo. Pero más que el concepto, diría que los define la limitante. Soy músico, no soy videógrafo, y así fue que se me ocurrió.

Igual, visto así, como limitante es un buen concepto ¿no? Es una especie de aplicación del “menos es más”

Si, de hecho yo aplico mucho esto a mi forma de componer música. La hago con aparatos reales, no con software. Para mi es lo mismo. El aparato tiene un rango de cosas que te permite hacer, y hasta ahí llega. Pero como aprendes y sabes lo que es, le sacas más provecho a ese rango y no te inventas cosas mucho más allá de lo que es, entonces te enfocas en lo que sabe hacer, y hacerlo bien.

El próximo lanzamiento de Mitú, ¿Será un nuevo álbum, un EP? ¿Cuándo lo escucharemos completo?

Es un álbum, saldrá a mediados de abril y se llamará Astra.

En Yodo la voz la pone Marsh Waris, que viene en ascenso en los últimos tiempos en el ámbito independiente en Colombia, mientras que en Nene lo hace Yiset Pérez, que ya había colaborado antes con ustedes. ¿Cómo es trabajar con ellas en el estudio de grabación?

Con ambas ya hemos hecho dos grabaciones en dos discos, en este que está por salir y en Tándem en 2019. Es un proceso muy rápido en su composición, porque yo pienso mucho en la música, pero en letras me cuesta un gran trabajo hacerlo, entonces la letra, siento que la hago mejor a presión. Como que sigo este método de organizar la sesión de grabación sin tener la letra ya hecha. Entonces cuando yo hago esto, sale la letra sin saber muy bien qué le voy a pedir a la cantante. Solamente imaginando como que el timbre de una u otra en particular va a ser lo apropiado al track que estoy pidiendo para trabajar.

Ya con ellas el proceso es muy bonito porque ambas saben a esta altura cómo es trabajar con nosotros y saben lo que les voy a pedir vocalmente que hagan. Entonces es un proceso muy tranquilo, muy fresco. Es cómo pedirle que sean ellas mismas pero adaptándose un poco a la música de nosotros, sin tener que fingir ser un personaje que no son.

Mitú siempre tuvo ese gusto por las percusiones del Pacífico y el Caribe colombiano, pero comparado con lo que se escuchaba en Mirow hace dos años, el cambio en las nuevas canciones es evidente. Son más orgánicas en comparación y al sumar las voces son estas las que llevan mucho del peso ¿Qué los llevó a decidirse por esta dirección creativa?

Para mí son dos cosas fundamentalmente. Una, es mi cambio de residencia. Hasta finales de 2020 estuve viviendo en Bogotá y en el 2021 empecé a vivir en Santa Marta. Desde entonces he llevado una vida al lado del mar y eso influye en la forma de componer. Estas dos canciones como el resto del álbum se vieron compuestas y desarrolladas en Santa Marta.

El otro aspecto es que desde hace un rato venía con la curiosidad de cambiar un poco la instrumentación habitual con la que trabajamos, que ha sido siempre muy electrónica, de máquinas. Quería probar hacerlo más acústico o eléctrico. Esta estancia y poder tomar mucho más tiempo entre la grabación anterior y esta fue clave. Usualmente estábamos produciendo al menos un álbum por año o año y medio y después presentándolo en vivo. Tuve mucho más tiempo para hacer esto y me dio pie para decir “ya no quiero hacer beats, quiero tocar batería”, entonces conseguí una batería y me puse a tocarla. Ahora ya no quiero más las líneas de bajo desde un sintetizador y me puse a tocar bajo eléctrico.

Pero fundamentalmente, y más allá de todo eso, fue el deseo de volver a tocar mucho la guitarra y la volví a tener como mi instrumento número uno. Volvió al primer plano luego de tenerla en el pasado como algo que complementaba un poco todo el paisaje sonoro que producían las máquinas. Ahora este álbum va a ser muy de guitarra. Entonces, es acertado decir que hay otra sonoridad que parte de una búsqueda, de la curiosidad de ver cómo suena Mitú con otra instrumentación.

¿Por qué hay que ver dos veces a Mitú en Estéreo Picnic?

Porque van a ser dos shows diferentes, incluso en su formato. Con este nuevo álbum vamos a mostrar un repertorio íntegro que muestra la madurez en la que estamos en este momento.

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