Angelly Moncayo es actriz, escritora y coach en salud y bienestar. Su carrera en la televisión colombiana comenzó a finales de la década de los noventa y se proyectaba como una de las más prometedora. La actriz, como muchas, se hizo algunos retoques estéticos, entre estos un implante de prótesis mamarias para aumentar la talla de su busto. Con el tiempo, su cuerpo comenzó a rechazar la silicona implantada, y tras muchos exámenes, fue diagnosticada con el síndrome de ASIA (autoimune inducido por adyuvantes).
Debido a esta experiencia se convirtió en activista y fundó el proyecto ASIA Recovery, que se convirtió en un movimiento internacional con el que se ha logrado ayudar a salvar a muchas mujeres poniendo al descubierto este síndrome silencioso entre los profesionales de la salud.
Una enfermedad solitaria que está cobrando la salud de muchas de las miles de mujeres que deciden realizarse un aumento de pecho con implantes mamarios. No se conocen hasta el momento los datos reales de las muertes que cobra el Síndrome de ASIA y las graves secuelas que deja en la salud de quienes en algún momento decidieron invadir su cuerpo con siliconas. Este es el documental que abrirá la gran caja de Pandora.
El documental, que se encuentra en producción, tendrá su preestreno en diciembre de 2023, según le contó a Infobae Colombia Christian Ossa, director del documental, cineasta, gestor cultural colombiano, director de la Fundación Cine Social, una organización especializada en la industria de la comunicación mediática y audiovisual, caracterizada por crear escenarios de bienestar social, a través del desarrollo de procesos de creación, formación y circulación de productos y servicios comunicativos y cinematográficos.
Infobae Colombia habló con Angelly Moncayo y con Christian Ossa para conocer en qué va el proceso de producción del documental, cómo nació el proyecto y sobre la historia que retrata el largometraje.
Angelly, ¿cómo nació la idea de hacer un documental? ¿Cómo se dio ese encuentro entre ustedes para empezar a darle forma a este proyecto y contar esta historia?
Esta es la primera vez que nos preguntan esto, que es muy importante, porque esas pequeñas casualidades nunca se dan. Yo creo que son más bien diosidencias. La vida nos pone en un momento en común, yo creo también, como arrastrando un poco esa primera idea, o esa energía, que yo le puse a todo desde el mismo momento en el que yo me entero de todo lo que estaba pasando conmigo.
De esas primeras cosas que pensé, en ese momento, fue que, pues que gracias a Dios me estaba dando cuenta de lo que estaba pasando con mi salud; pero en lo segundo que pensé obviamente viniendo del mundo del entretenimiento, fue porque en Colombia, que es un país mundialmente conocido por la cirugía plástica, no se está hablando de este tema. Entonces, lo que se me vino a la cabeza fue que debería existir un documental sobre este tema.
Nos devolvemos a ese momento —que fue aproximadamente diciembre de 2019, enero de 2020— y empiezo a buscar amigos en el medio, a los que me acerqué, les comenté de qué se trataba todo esto, pero a nadie le interesó. Todo el mundo me dijo en ese momento «esto no le interesa a nadie, esto nunca le va a interesar a nadie, no pasa nada», y bueno, fue cuando yo decido grabarme con mi celular y subir un primer video a YouTube, y en ese camino, después aparece Fundación Cine Social, por una persona que tenemos en común, que es justo la suegra de Christian, que se entera de todo esto que me está pasando, y llegamos a ellos, porque ellos, por su lado, también empiezan a enterarse y preguntan bueno, qué es todo esto. Esto es importante, obviamente, que desde el cine que hacen con sentido social y ahí nos ponemos en contacto, empezamos a trabajar en Tetas Grandes, el documental.
Christian, cuéntenos ¿qué fue eso que lo motivó a hacer parte de este proyecto?
El tema no es cualquier tema. Creo que cualquier persona que pueda entender la dimensión de lo que estamos hablando, debería sumar aportes desde cualquier área de la vida; porque es un tema de salud pública, es un tema que desde las diferentes ópticas que lo veamos, desde la rama política, desde la sociedad civil organizada, desde los movimientos sociales, desde la lucha de la mujer, desde la lucha de las familias y bueno en especial desde la cinematografía, en nuestro caso, pues es que hay unas cifras absolutamente alarmantes y que se ha vuelto cotidiano el panorama de entender el implante como un procedimiento, que permite una aceptación social, por ejemplo, y que está bien hacerlo, y satanizado como hemos visto en las últimas semanas la decisión del explante.
Entonces, al ser un tema tan fundamental, que puede al visibilizarse y tener una repercusión en la toma de decisiones informadas de las personas y que también puede tener, en ese mismo camino, una incidencia en la política pública, a mí me pareció apasionante.
Además de todos los rasgos personales de lo que significa Angelly, de cómo ha sido la evolución también del activismo que se tiene en la humanidad y cómo se encarna también Angelly, porque deja de ser, hace mucho tiempo, una posibilidad que tenemos los seres humanos, a ser de verdad una necesidad de que tenemos que volvernos seres activistas y yo creo que el camino que ha tenido Angelly es fantástico, sin arrogancia y con empoderamiento del de verdad.
Entonces, a mí me pareció como una gran oportunidad de empezar a ser parte del proyecto, acompañarla. Porque realmente esto, por más de que podamos decir personas alrededor, lo que queramos decir esto es una lucha de Angelly, primero, y también una necesidad de una gran porción de la humanidad. Desde muchas ópticas es muy importante.
Angelly, usted es una de las abanderadas de lucha para mitigar los efectos del síndrome de ASIA. En las últimas semanas han habido quienes han criticado la decisión de la explantación como una medida para mitigar el síndrome, creándose como un falso dilema en el que se ven bien los implantes, pero mal explantarlos. ¿Cómo ve esta discusión?
Mira, yo creo que la desinformación, desde cualquier punto de vista, no solamente en este caso hablando de los de los implantes, puede llegar a ser negativa, incluso peligrosa. Lo primero que yo creo que tenemos que hacer, y creo que es un deber para todos, antes de entrar a opinar sobre algo es investigarlo, informarnos. Es lo que yo he venido haciendo desde hace casi tres años. Yo no soy médico. Todo esto lo hablo a raíz de mi propio testimonio, pero siento que tengo una responsabilidad si voy a comunicar algo, pues, en informarme, tratar de educarme para poder pasar la información correcta, que como te digo, es lo que he tratado de hacer.
Aparte de lo que yo misma he podido investigar, he podido leer, pues han sido muchos médicos a mi alrededor que han tejido una gran red de apoyo para poder asesorarme y explicarme a modo dummie, pues no soy médico y respeto mucho a la comunidad médica, qué es lo que pasa dentro de nuestro cuerpo y por qué sí es una reacción, que es absolutamente natural. El cuerpo tiene una reacción inflamatoria frente a cualquier cuerpo extraño y eso no solamente pasa con los implantes. Entonces, hay que abordar el tema con con un poco de conocimiento.
Yo sé que es un tema nuevo para muchos, y como siempre lo digo, al final, allá afuera hay muchos que tienen títulos, que yo respeto, pero yo fui la que pasé la experiencia. Yo tengo en mi piel esas marcas de esa experiencia y creo que eso me da todo el derecho a hablar y a comunicar lo que me pasó, porque si vamos a temas tan triviales como el hecho de que hoy en día, por ejemplo, se usen las redes sociales para hacer cualquier cantidad de recomendaciones, por qué no puedo hacer lo mismo yo, con algo que yo pasé y que siento puede ayudar a muchas personas que están allá afuera buscando información y que, a lo mejor, están en este momento como estaba yo desesperada tratando de encontrar respuestas a mis problemas de salud.
Mi posición no es la que se imagina mucha gente de que estoy en la calle evangelizando a todas las mujeres para que se quiten los implantes. Yo tengo un profundo respeto por la mujer, justamente debido a lo que pasé y creo que es tu cuerpo, es tu decisión y tú, mientras estés informado, puedes hacer con tu cuerpo lo que lo que creas que es mejor para ti.
Ahora, para poder hacer lo que es mejor para ti, me parece, que como seres humanos tenemos el derecho de tener el conocimiento absoluto, no fragmentado. Entonces, si ya tienes ese conocimiento sobre la mesa, pues entonces puedes tomar decisiones mucho más sabías, mucho más responsables.
No veo, entonces el porqué de cierto ataque con este tema, cuando esto mismo se ha presentado con muchas otras cosas en la historia y cuando como lo decían estos días y ustedes, por ejemplo, aún siendo hombres, mañana van y los tienen que operar de algo o se tienen que tomar algún medicamento, pues lo normal es que el médico les hable sobre los riesgos, en el caso de la medicina con las contraindicaciones, ¿no? Es lo usual, ¿por qué en este caso es diferente? Y yo creo que la respuesta es bastante obvia.
Entonces, mi posición es neutra, y quiero que la gente lo entienda, o sea, yo soy un ser humano que pasó algo, que fue lo suficientemente fuerte, y que creo que es muy responsabilidad, hoy en día mucho más estando al frente de ASIA Recovery, y comunicarlo. No estoy tratando de convencer a nadie nada, porque esos procesos internos los hace cada uno.
Christian, desde lo cinematográfico, ¿cómo se abordará la historia de Angelly, no solo para contarla, sino para que el documental sirva como material pedagógico para que la gente pueda tomar decisiones más informadas?
Cada proyecto cinematográfico tiene unas características muy especiales para promover diferentes fines. Estamos acostumbrados, por la tradición que ha construido la industria, de que el cine genera un espacio de entretenimiento, normalmente, de confort y eso, en este caso y en el caso de lo que significa el cine social, pues es un gran apalancamiento para que esa misma posibilidad, que tenemos de contar historias que sean agradables de ver para la mayor cantidad de personas, también pueda construir la posibilidad de generar el pensamiento crítico frente a una circunstancias muy particulares y muy especiales.
En este caso, como bien lo menciona Angelly —el objetivo del documental al igual que la misión de ASIA Recovery, y que se alinean perfectamente con la Fundación Cine Social— es generar información valiosa, información verificada, información que permita acercarnos a la construcción de la verdad o a la construcción de una toma de decisiones, por lo menos responsable.
Los retos cinematográficos son diferentes también, porque no solamente se hace un documental, o se hace una producción fílmica. En estos tiempos en los que el mundo del TikTok, YouTube y todas las plataformas han generado maneras de interpretar los contenidos y de que las audiencias lo reciban masivamente, pues hay que innovar también para que el conocimiento no se estanque desde una producción audiovisual.
Este ha sido un trabajo colectivo muy bello, en el que tenemos que permitirnos, desde el cine y desde esas innovaciones contemporáneas que tenemos y también artísticamente, el cómo llevamos esta historia que le aporte a la historia del cine, que le aporte a la construcción del conocimiento, que sea una herramienta fidedigna para que nos informemos.
Es un cúmulo de varias situaciones, que son un reto fílmico, pero una gran oportunidad para masificar la información y generar esas conmociones interiores en los espectadores, para que la toma de decisiones sea clara, y que seamos una posible fuente para engrosar las que tienen Angelly y ASIA Recovery.
Este documental va a funcionar muy bien para eso, porque existe mucha información alrededor del tema, Angelly y ASIA Recovery han permitido que muchas mujeres, de este lado del mundo, puedan acceder a lo que está pasando. Ese es otro de los retos, que también es algo muy importante de la construcción del documental y la manera en que queremos proyectarlo al mundo.
Angelly, ¿cómo ha sido contar su historia en el documental?, pues no es lo mismo hacer una publicación en redes, en las que uno controla qué contar y cómo contarlo, a contarla en un formato y un dispositivo más grande como lo es el documental.
Hay dos cosas. Una yo he sido muy celosa de mi vida personal, lo cual para mí no hace fácil todo el proceso de exposición. No fue fácil, desde el principio, grabarme en momentos tan vulnerables.
La gente normalmente asume que cuando tú eres artista entonces te es muy fácil pararte frente a la gente hablar o grabarte con un celular o exponer tus cosas. Para mí, particularmente no lo es, yo creo que muchos artistas somos bastante celosos de nuestra privacidad y pues yo lo he sido toda mi vida, entonces en ese momento quien me animó bastante fue mi esposo, en ese momento cuando me dijo «grábate, súbelo» y claro, dentro de mí lo que sentía era esa gran necesidad de servicio, porque si alguien decide compartir su información en estas plataformas, pues por qué no lo voy a hacer con los demás. Ahora, eso mismo va a pasar después de estar ya unos años frente a un proyecto, que es un puente entre las personas que cursan ASIA y la información o los profesionales idóneos, entonces para mí ha ido cambiando, porque hoy en día mi interés para ayudar, pues obviamente ha crecido muchísimo, comparado con ese primer momento en el que me entero de toda esta situación.
Para mí ya se ha convertido en una necesidad. En una necesidad de contar mi historia, de llegar a cada rincón del mundo para que todas esas mujeres, que a lo mejor no se meten a las redes sociales por x o y motivo, puedan tener acceso al documental y de pronto encontrar una respuesta a sus problemas de salud.
Pero, mucho más allá de eso, lo decía Christian, para mí se volvió fundamental que nosotros podamos empezar a hacer cambios en nuestro país. Empecemos por Colombia a ver cómo podemos incidir en las políticas públicas, qué podemos empezar a cambiar y cómo esto va a impactar al final a todas aquellas mujeres en sus decisiones.
Entonces, ya va mucho más allá de quién soy yo y de mi propia historia. Esa historia que vamos a ver, puede ser la historia de cualquier persona, de cualquier mujer allá afuera. Entonces, cambié mucho mi perspectiva de cómo veo el exponer mi vida y todo lo que me pasó, porque además no solamente vamos a hablar de mí, vamos a hablar de otras mujeres que también transitaron a todo el síndrome de ASIA, que han quedado muy y pues algunas que, desafortunadamente, han perdido la vida en este camino, a quienes les prometimos que sus historias iban a ser contadas. Entonces, también tenemos un compromiso grande frente a ellas.
Christian, el documental aún está en producción, ¿en qué etapa están y cuándo vería la luz?
La normalidad de un proceso de producción cinematográfico documental puede estar alrededor de los cinco años, digamos que es como un estándar en nuestro lado del mundo. Obviamente, la industria en diferentes lugares del mundo tiene otras dinámicas para abordar el documental. Otras formas de verlo. En este caso, dada la cantidad de información que ha venido construyendo juiciosamente ASIA Recovery y la cantidad de personas en el mundo también que han acompañado Angelly y al proyecto, nos ha permitido avanzar un poco más rápido de lo que normalmente un documental se construye.
Por la cantidad de información verificada que existe, por el movimiento social que existe alrededor y por la profunda decisión de quererlo hacer bien, y que cada día que pase, somos conscientes, el equipo de producción, de que pueden estar pasando o dejando de existir personas, que no hemos visto en el documental, niñas y mujeres que se han ido, que hemos visto en cámara su proceso de defunción; eso pone una presión adicional. Entre más rápido tengamos información que permita al documental llevarla y permita ser eficaces en la toma de decisiones, estamos hablando de salvar vidas.
Estamos en la etapa de producción, nos encontramos en este momento en esta fase, muy avanzados, evidentemente siempre hay altibajos narrativos, tenemos que buscar, entender, interpretar, pero nuestra meta es estar haciendo el preestreno en el mes de diciembre. Esa es la meta, que para los tiempos del cine es muy corta, para las expectativas de la comunicación asertiva que queremos dar creemos que estamos haciendo el trabajo con espacios también como este.