Continúan las investigaciones para esclarecer la extraña muerte de Javier Eduardo González Pertuz, el sacerdote que fue encontrado sin vida el 3 de febrero en un bar de la calle 70, en el barrio Laureles de Medellín (Antioquia).
En esta ocasión, la Fiscalía General de la Nación reveló un nuevo detalle que podría ayudar a determinar con más exactitud las circunstancias del hecho: “Hasta el momento nos arroja un exceso grado de alcohol”, aseguró Ricardo Romero, director Seccional de la Fiscalía en la capital de Antioquia, quien añadió que “estamos pendientes de los otros exámenes de este tipo que es de donde depende tomar decisiones de fondo sobre el caso”.
Pistas de la muerte del sacerdote
El sacerdote estaba en compañía de otro hombre. Departían y bebían, supuestamente debido al partido entre la selección Colombia y Paraguay por la fecha dos del hexagonal final del Suramericano sub-20 que se disputa en Bogotá, pero luego de varias horas y que el sujeto abandonó del establecimiento comercial, los dueños del local se percataron de que González Pertuz no reaccionaba.
En primera instancia pensaron que estaba borracho, pero cuando se le acercaron corroboraron que estaba sin vida y llamaron a las autoridades para que hicieran el respectivo levantamiento. El cadáver no tenía signos de violencia, por lo que evaluó primero una posible intoxicación con escopolamina o una afectación cardiaca.
Los reflectores de la investigación están sobre el sujeto que acompañaba al sacerdote debido a que sería pieza clave de su muerte. Empezando porque las autoridades señalaron que la primera hipótesis que se tenía respecto al motivo por el cual estaban en el bar, ver el partido debido a la gran pasión por el fútbol del presbítero, fue descartada porque ambos sujetos llegaron a altas horas de la madrugada.
“El administrador del bar nos dice que él llegó en compañía de otra persona, que consumen algunas bebidas y que la persona que se encontraba con él se retira media hora después. Los hechos se presentan entre una y una y media de la mañana. La persona se va más o menos a las 2 de la mañana”, indicó en el coronel José Miranda, comandante de la Policía de Medellín a Blu Radio.
Otro de los puntos confusos del caso es que el sacerdote fue hallado sin sus pertenencias personales, por lo que no se descarta que el sujeto que compartió con Javier Eduardo los hubiese hurtado.
“Dentro de las primeras evidencias que tenemos, sabemos que si fue objeto de hurto. El robo fue dentro del bar. Le roban el celular, los documentos y un reloj”, comentó el coronel Miranda.
Vida del sacerdote
El sacerdote González Pertuz nació en Planeta Rica (Córdoba). Sin embargo, en la infancia residió en el sector La Matecaña, en el barrio La Esperanza, en la comuna seis (Doce de Octubre) de Medellín, donde llegó con los papás y dos hermanos.
Uno de los familiares del religioso aseguró a El Colombiano que se formó como sacerdote desde hace ocho años, luego de haber pasado por el seminario en dos etapas.
“Desde muy joven tuvo la vocación religiosa porque siempre fue una persona muy amable, dispuesta a ayudar”, comentó el pariente.
Para los vecinos del barrio que lo vio crecer y convertirse de niño a sacerdote, como para los feligreses que lo conocieron, es una pérdida lamentable porque lo recuerdan como una persona muy noble.
El padre Javier Eduardo estaba a cargo de la parroquia Jesús de la Buena Esperanza y en ocasiones daba misa en la iglesia Santo Evangelio del barrio Castilla, por lo que era reconocido por feligreses del sector. Sin embargo, esa no era la única labor que desarrollaba.
También se desempeñó como formador en el Seminario Misionero San José, ubicado en el barrio Córdoba, en el noroccidente de la capital antioqueña. Dicha institución religiosa envió mensajes de condolencias por el fallecimiento de González Pertúz y en las eucaristías del domingo 5 de febrero hicieron oraciones para honrar su obra y vida.