En medio del debate de un proyecto para buscar un enfoque preventivo al consumo de sustancias psicoactivas, dos representantes se retaron a ver quién consumía. Juan Carlos Losada, que ha promovido la despenalización, y José Jaime Uscátegui, que tiene una postura más conservadora respecto a las drogas, llevaron la discusión a sus actividades personales.
El Congreso de la República tiene varios proyectos relacionados con sustancias psicoactivas ante la posibilidad de un cambio de enfoque en el tratamiento a su comercialización y consumo. Pero aún así, la oposición logró hundir una iniciativa enfocada en garantizar la atención en salud y prácticas de cuidado, reducción de riesgos y mitigación de daños en los usos y consumos de sustancias psicoactivas en el territorio nacional.
Uscátegui, representante del Centro Democrático y asiduo defensor de la Policía Nacional, logró convencer a 18 congresistas de la Comisión Primera de la Cámara para archivar el proyecto. “No hagamos de la droga una práctica habitual que hay que promover o fomentar como se está haciendo en este proyecto de ley”, dijo el congresista.
Para él, se trataba de un “cheque en blanco” para el consumo de sustancias psicoactivas, pese a la insistencia de los ponentes en que esa actividad ya se encuentra protegida por pronunciamientos de la Corte Constitucional. Señaló que crear espacios seguros para el consumo era “hacerle un favor al drogadicto” y una alcahuetería.
“Si van a poner un puesto de atención al consumo, que arranquen por ponerlo en el Congreso de la República porque cuando tenemos tanto consumidor habitual, ahora nos va a tocar controlar que en las sesiones no nos lleguen trabados para así poder dar un debate serio”, señaló Uscátegui.
Juan Carlos Losada, representante del partido Liberal que ha buscado eliminar la prohibición del consumo de marihuana, señaló desde el principio que la iniciativa se iba a caer, pero no era un debate inocuo. Señaló que mientras en Colombia es legal cultivar, portar y consumir cannabis, no se puede comercializar lo que genera una contradicción normativa.
Al término de su intervención aceptó un reto que, según él, le había hecho Uscátegui previamente para testear en laboratorio si alguno de los dos consumía sustancias psicoactivas. Pues los defensores de la iniciativa buscaban, con el proyecto, reconocer que ya hay múltiples espacios en los que se consumen drogas de manera habitual como fiestas, festivales e incluso patronales.
“Le compro el reto de ver qué tiene él en la sangre y qué tengo yo”, dijo Losada y agregó: “Le aseguro que a usted le sale el wiskacho (whisky) que no me sale a mí. Es mas, le debe salir el azúcar de los señores que usted defiende, a mí no. Yo hace 15 años que no consumo ninguna sustancia, ni alcohol ni drogas ni marihuana ni nada y, sin embargo, promuevo la libertad que tienen los ciudadanos de ejercer su derecho fundamental al libre desarrollo a la personalidad”.
Mientras tanto, el representante Uscátegui se golpeaba la parte interior del codo, retando a Losada a cumplir con el test. “El que nada debe, nada teme”, escribió después en su cuenta de Twitter, al señalar que aceptaba que ambos se hicieran el examen.
El representante del Centro Democrático se mostró de acuerdo con que se hicieran testeos e incluso señaló a Caracol Radio, que debería existir un examen para todos los congresistas para que “no lleguen trabados”, así como para conocer el historial de Losada.
La discusión entre ambos representantes fue cuestionada en las redes sociales por quienes consideraban que era desviar el debate hacia posiciones personales, más allá de los argumentos. “Las políticas de regulación de consumo de sustancias deben basarse principalmente en criterios de Salud Pública, NO en sí los ponentes consumen o no, ni en discusiones moralistas, o peleítas como esta. Ojalá hubiera más discusiones serias basadas en evidencia, y menos show”, señaló el exdirector de Epidemiología del Ministerio de Salud, Julián Fernández Niño.