El 1 de diciembre del 2022 se conoció que Colombia le pidió de manera formal a Estados Unidos, por medio de la Oficina del Representante de Comercio, que es una organización adscrita a la Casa Blanca, la revisión de algunos puntos del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países y puso sobre la mesa un cronograma específico de reuniones que está en estudio y abarcaría el 2023.
Y es que dicho país es el principal socio comercial de Colombia y en el 2022 se cumplieron los primeros diez años del tratado entre ambos países.
Tras dar a conocer la información de la revisión, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña Mendoza, aseguró que durante el 2023 se harán las comisiones administradoras de cada uno de los capítulos en donde se podrán analizar esos equilibrios y desequilibrios, y llegar a acuerdos sobre cómo mejorar algunas condiciones.
Entre los capítulos sobre los cuales Colombia quiere revisiones están el segundo (acceso a los mercados), el cuarto (reglas de origen), el décimo (inversión) y el decimosexto (propiedad intelectual).
Revisión en vez de renegociación
Precisamente, sobre la revisión de este TLC entre Colombia y Estados Unidos, luego de tres meses de la solicitud de revisión hecha, Infobae Colombia habló con el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex), Javier Díaz Molina, y dio detalles de la importancia sobre hacerle revisión a este.
Anotó que cuando llegó el Gobierno de Gustavo Petro se abrieron comisiones de empalme y se habló de la posibilidad de renegociar y se dijo que no parecía la oportunidad para renegociar debido a varias circunstancias.
“El momento político de Estados Unidos no es el mejor para una renegociación. Miremos la experiencia de México. A México no le fue bien en esa renegociación. Perdió cosas que tenía. Los ministros aceptaron que no se podía hablar de renegociación, sino de revisión. La revisión sí se puede hacer en los términos en que está previsto el acuerdo”, afirmó.
A su vez, aclaró que la revisión se hace al interior del acuerdo con las normas que están previstas en el mismo. En cambio, una renegociación es abrir el acuerdo para cambiar las cosas que están previstas y modificar necesariamente lo que salga. Ahí tiene que haber nuevamente aprobación del Congreso de la República, tanto de Estados Unidos como en Colombia.
Anotó que hay una comisión administradora del acuerdo que no ha sido muy activa y que por lo tanto debería tener un trabajo mucho más activo en evaluar los acuerdos, ver cómo ha funcionado, qué cosas se pueden mejorar.
El instrumento que Colombia no utilizó
Con respecto a si Colombia ganó o perdió con el TLC, adujo que este es un instrumento para utilizar e hizo una comparación.
“Es como si usted se comprara la mejor bicicleta del mundo, pero si usted no entrena, pues no va a poder competir. Ahí el problema no es de la bicicleta, el problema suyo. Entonces, cuando uno mira por qué Colombia no aprovechó de la mejor manera el acuerdo, uno dice porque no hicimos la tarea”, explicó.
Puntualizó que rodo el tema de la agenda interna que se planteó para los acuerdos no se llevó a cabo.
“Se plantearon unos temas, por ejemplo, el tema agrícola y eso terminó en corrupción. Todo el tema de Agro Ingreso Seguro (AIS) lo que quería hacer era ayudar a los campesinos a adecuar su infraestructura productiva para competir y eso terminó en el escándalo porque los recursos se fueron lejos. Qué pasó con la infraestructura vial. Es que no se hizo. Hasta ahora estamos haciendo las carreteras de doble vía. Eso no es culpa del TLC, sino nuestra, que no lo hicimos”, lamentó.
También recordó que se centró la actividad económica en petróleo, carbón, ferroniquel y oro y se tuvo la enfermedad holandesa que castigó a los exportadores. Además, que la revaluación del peso llevó a que la rentabilidad de la actividad económica no sea transable internacionalmente y entonces no era rentable exportar y eso no es culpa del TLC, sino de las deducciones monetarias y cambiarias que se asumieron en Colombia.