En la mañana del domingo 19 de marzo, la concesionaria Vía 40 express informó sobre el cierre total de la vía Bogotá-Girardot, por cuenta de un deslizamiento a la altura del atractivo turístico conocido como ‘La Nariz del Diablo’.
“Se registra cierre total de la vía sentido Bogotá-Girardot en el sector de la Nariz del Diablo a la altura del km 38 por caída de rocas y material. Unidades de la Concesión atendiendo la emergencia numeral 767″, anunció la concesión en sus redes sociales.
De acuerdo con RCN Radio, la administración vial está a la espera de que la empresa de energía desconecte las vías eléctricas del sector para empezar con los trabajos de remoción de rocas y material vegetal que obstruyen el paso a vehículos.
“Las unidades de la concesión están a la espera de la empresa de energía para desenergizar la zona y poder empezar con las respectivas labores de limpieza”, informó Vía 40.
Sin embargo, para evitar mayores afectaciones a la movilidad, en este, el único puente festivo del mes de marzo, en acompañamiento de la Policía, manejarán el tráfico con un pare y siga constante por el túnel Guillermo León Valencia para mantener el flujo en ambos sentidos.
“Con apoyo de la Policía, se realiza Pare y Siga el túnel Sumapaz, para mantener la movilidad en ambos sentidos de la vía, mientras se llevan a cabo las labores de limpieza de material y rocas en el sector de la Nariz del Diablo”.
Y agregaron que seguirán trabajando “intensivamente para habilitar la vía en el menor tiempo posible. Siempre y cuando se den las condiciones de seguridad para los usuarios”.
24 horas antes; es decir, en la mañana del sábado, 18 de marzo, afectaciones, a la misma altura (Nariz del Diablo) fueron registradas, por cuenta de un derramamiento de combustible en la vía. Sin embargo, tras media hora lograron reestablecer el tránsito, hasta la mañana del domingo, cuando, a raíz de las lluvias, parte de la montaña se vino abajo.
Las lluvias no dan tregua en Cundinamarca
En la tarde del sábado, 18 de marzo, fuertes lluvias, especialmente en la zona centro del país, colapsaron el sistema de emergencias. Y Cundinamarca no fue la excepción, con más de diez municipios que resultaron afectados por cuenta del clima adverso que generó gran congestión vehicular.
Entre los municipios afectados están Tocancipá y Gachancipá, donde las fuertes lluvias ocasionaron el desbordamiento de la quebrada La Esmeralda, que terminó inundando un tramo de la vía Bogotá-Tunja, lo que, a su vez, obligó a Invías a realizar el cierre total de este corredor.
Como si fuera poco, en otros municipios, además de la lluvia, se registraron fuertes granizadas y complicaciones meteorológicas. En La Calera, por ejemplo, el desbordamiento de las corrientes hídricas terminó afectando gravemente a la avenida Zumaeta de la vereda Salitre, de acuerdo con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger). Entidad que, de manera simultánea reportó el cierre en Tilatá, tras la caída de escombros.
La lista de municipios afectados sigue con: Facatativá, Chocontá, Zipaquirá, Albán, Guatavita, Cabrera, Venecia, Pandi, San Bernardo y Fusagasugá. Poblaciones que, hasta el momento solo han reportado pérdidas materiales, no humanas.
Aunque, varias de las inundaciones, según un reporte preliminar, habrían sido generadas por el descuido humano, al arrojar, de manera constante, desechos sólidos al alcantarillado, así lo dio a conocer el capitán de los bomberos, Álvaro Eduardo Farfán:
“Algunas emergencias son por colapso en los sistemas de alcantarillado, desbordamientos y también por deslizamientos. Todos los organismos de primera respuesta nos encontramos dando atención a los municipios y estamos en alistamiento a nivel departamental”.