El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, explicó por qué cuestionó el proceso de paz con la guerrilla de las Farc y ahora hace parte de la Mesa de Conversaciones con el ELN. La clave es la reforma rural integral que contempló esa negociación y que afectaba, según él, al gremio ganadero.
A través de una columna, Lafaurie le respondió una carta a Humberto de la Calle, quien le dijo que ese cambio de postura de crítico a negociador ponía en Jaque las críticas que le hizo cuando fue negociador de La Habana, además de señalar que había estado motivado únicamente por oponerse a Santos.
El líder ganadero señaló que “las Farc, a partir del falso discurso de la presunta concentración de la tierra como causa de la pobreza y la violencia, exigieron que el primer punto fuera la Reforma Rural, con pretensiones enormes de tierras para repartir y para Zonas de Reserva Campesina”.
Esa política que se negoció con la guerrilla en La Habana, según Lafaurie, afectaba únicamente al “campo abandonado” y al sector agropecuario y particularmente a la ganadería, lo que ponía en peligro el derecho a la propiedad privada, pese a que se había aceptado no debatir el modelo de desarrollo. “Era mi deber salir en su defensa. Así de sencillo”, escribió.
Lafaurie señaló que el acuerdo de paz con las Farc “salió mal” y que la guerra continúa. Incluso comparó la ley de Justicia y Paz del gobierno de Álvaro Uribe en términos de desmovilizados y hectáreas cultivadas de coca, para señalar que tenía cifras superiores a las del acuerdo de La Habana. Aunque sin mencionar el sistema de verdad, justicia y reparación, la atención a las víctimas, la JEP, entre otros aspectos claves.
“Las Farc exigieron la Reforma Rural como primer punto, porque necesitaban mostrar algo en el papel; el ELN exigió debatir primero la participación de la sociedad en la construcción de paz, porque, al parecer, quieren mostrar resultados tempranos en la vida de la gente en las regiones”, señaló el líder gremial.
De la Calle había cuestionado la agenda que definió el gobierno con el ELN para guiar las conversaciones. Señaló que tenía un “lenguaje vago” y podría ser más comprometedora para el Estado que la que él firmó con las Farc en Cuba.
Lafaurie no entró a los detalles de la agenda, pero señaló que prefiere “apostarle a que las negociaciones con el ELN tienen que salir bien; primero, porque nadie está dividiendo ahora el país entre amigos y enemigos de la paz; paz utilizada como bandera política en 2014 para ganar la reelección”.
El presidente de Fedegán le atribuyó al gobierno de Santos la polarización en torno a la paz que se presentó tras la firma de los acuerdos. “El proceso con las Farc estuvo marcado por la descalificación de medio país y la guerra política”, señaló y sostuvo que ahora “lo fundamental es la paz”.
No es la única contradicción entre los negociadores con la guerrilla más vieja del continente y ahora con la que sería la última del país. El expresidente Santos cuestionó a Petro por las denuncias de firmantes de las Farc sobre la implementación y señaló que ese tratado es la base de la política de Paz Total.
El jefe de Estado, en respuesta, aseguró que el componente rural del acuerdo de La Habana quedó incompleto. “No está escrita la palabra “industrialización”; pareciera que fuera un mundo romántico, de antes, como si se pudiera mirar hacia atrás y construir una sociedad rural que ya no somos indudablemente, con los procesos de urbanización”, sostuvo Petro e invitó a “mirar temas que no se introdujeron”.