La entrevista de quien fuese el máximo accionista de DMG, David Murcia Guzmán, con Cambio dejó varios titulares polémicos y debatibles, uno de ellos fue la comparación que este hizo entre la que era su compañía y Drogas La Rebaja, ya que aseguró que si el Estado hubiera tomado el mismo camino que con la farmacéutica, se hubiera podido reparar a todas las víctimas.
Frente a esto, el hoy recluso de la cárcel La Tramacúa, en Villavicencio, afirmó que todas las víctimas de DMG son tratadas como “basura” y que las propiedades, bienes y dinero que le fueron incautados , hubiera alcanzado para que el Estado reparara a las personas que perdieron su dinero, tomando como ejemplo a Drogas La Rebaja, empresa que era propiedad de los hermanos Rodríguez Orejuela y que hoy funciona como una red nacional pública de medicamentos a bajo costo.
“Los tarjetahabientes jamás han sido realmente tenidos en cuenta de manera seria. A los tarjetahabientes los han tratado igual que me han tratado a mí, como una basura... había 16 supermercados abiertos, lo que hicieron fue cerrarlos y dejar que esos miles y millones de pesos en mercancía se perdieran, ni siquiera Drogas La Rebaja, que ya venía del narcotráfico, lo que hicieron fue cambiarle de administración, usted ve Drogas La Rebaja hoy y sigue funcionando”, apuntó David Murcia Guzmán en la entrevista.
Respecto a esto, Murcia Guzmán profundizó afirmando que si las empresas se hubieran vendido abiertas, habrían costado grandes cantidades de dinero, pero si por el contrario estos bienes se hubieran unificado para consolidar una sola compañía, las personas no tendrían que ser consideradas víctimas, sino que se habrían transformado en socios con acciones.
“¿Por qué DMG no podía seguir funcionando?... Yo se que había propiedades y las mismas empresas abiertas, si hubiéramos vendido nosotros esas empresas como estaban, hubiese sido mucho el dinero que se hubiera recaudado; y no solamente eso, sino que también se hubiera podido dentro del plan desmonte, se hubiera podido proponer a las personas que se hiciera una nueva empresa, meter todos esos activos y que cada uno tuviese acciones de esa empresa”, aseguró David Murcia Guzmán.
¿Qué pasó con Drogas La Rebaja?
Drogas La Rebaja se creó para ser un negocio fachada del cartel de Cali, el cual era liderado por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Esta empresa fue vendida en varias oportunidades a terceros cercanos a esta familia para que de esta forma mientras funcionaba, pudiera continuar lavando el dinero proveniente del narcotráfico, a su vez, el negocio farmacéutico generaba ganancias que eran utilizadas para camuflar los activos ilegales.
De esa forma la compañía fue incluida por el Gobierno de los Estados Unidos a la lista Clinton.
“El manejo del entramado permitió a los Rodríguez Orejuela continuar percibiendo ingresos de Drogas La Rebaja y sus empresas asociadas, entre ellas Laboratorios Kressfor, compañías por conducto de las cuales le daban apariencia de legalidad a las ganancias provenientes del narcotráfico”, fue parte de la información entregada en RCN Radio frente a esta compañía.
Esta empresa fue finalmente intervenida por el Estado colombiano, el cual determinó que contaba con más de 900 establecimientos comerciales y generaba más de 6.800 empleos directos, por lo que se pudo llegar a la conclusión de que fuera de la entrada y salida de activos ilícitos, era una compañía rentable y no se mantenía de la entrada de dinero ilegal.
Por lo que ,tras la negativa del Gobierno nacional de vender la compañía, esta fue reestructurada, pasando de ser una entidad privada a convertirse en una red nacional pública de droguerías y laboratorios de fabricación de medicamentos a bajo costo, que funciona bajo la lupa del Ministerio de Salud.
¿Podría haber funcionado DMG de la misma forma?
En su entrevista con Cambio, David Murcia Guzmán aseguró que DMG podría haber continuado como lo hizo la empresa farmacéutica, además de que las personas que hoy son consideradas víctimas se habrían convertido en socios con acciones en esta compañía. Algo poco probable por las diferencias entre los dos negocios y las promesas que eran realizadas a los contribuyentes.
En sus afirmaciones, Murcia Guzmán considera que DMG podría ser determinado como un negocio multinivel, que según la Asociación Colombiana de Venta Directa (Acovedi), son negocios que utilizan un método de venta directa al cliente, allí los vendedores independientes se encargan de comercializar los bienes o servicios y no simplemente de buscar o atraer inversionistas.
En DMG se utilizaba una forma en la que sus contribuyentes podían cambiar ese dinero por bienes o servicios, esto mediante una tarjeta que era entregada a la persona que invertía su dinero, por lo que podría considerarse negocio multinivel, esto hasta llegar a las cláusulas que firmaban y las promesas de que recibirán las personas que decidieron invertir sus ahorros allí, entre ellas, plazos para poder retirar su dinero con un margen de ganancia del 300%.
“La Corte, en una muestra de cien contratos que suscribieron los aportantes al momento de efectuar el desembolso del dinero, en cuya cláusula 18 se advierte que ‘pasados seis meses sin que el cliente haya utilizado las tarjetas del Grupo DMG S.A. se procederá a la devolución del dinero correspondiente al importe de la tarjeta sin hacer descuento alguno al cliente’. Al sumarse este precepto a la promesa de pago de un rédito del 300%, entonces era obvio que (los aportantes) optarían sin lugar a dudas por esperar el paso del tiempo”, fueron las conclusiones de la Corte Suprema de Justicia en el caso, según información recolectada por Infolaft en 2016 en el artículo “Pirámides: un repaso por el caso DMG”.
Además de esto, tras la intervención a DMG, la Fiscalía General de la Nación encontró lazos entre la compaña y dineros provenientes del narcotráfico, además de pruebas de la participación del cuñado de David Murcia Guzmán en el traslado de caletas de dinero, a lo que Murcia Guzmán respondió afirmando que se trataba de pruebas creadas en su contra, lo que hasta el momento no ha podido comprobar.
La Fiscalía concluyó que la acusación de lavado de activos se basó en la creación de múltiples empresas de papel que solo eran utilizadas para pasar los activos de un lugar a otro, ya que no se pudo demostrar el funcionamiento ni la transparencia de estas. Por lo que de allí podía salir parte del dinero que le era entregado en forma de ganancias a las personas y no de la venta de bienes y servicios como lo ha asegurado Guzmán, y la creación de una empresa con más de un millón de socios (víctimas que invirtieron su dinero), no sería rentable.