Autoridades cerraron centro de investigación en Cali que experimentaba con monos y los mantenían en condiciones precarias

Tras 10 años de no contar con los permisos necesarios para tener en cautiverio a un grupo de monos búho y experimentar con ellos, y varios meses desde que se conocieron las primeras denuncias por maltrato animal al interior del laboratorio, por din será cerrado el centro de investigaciones de Caucaseco y la “Fundación” Centro de Primates, que experimentaba con ejemplares de esta especia para encontrar una vacuna contra la malaria.

Así lo habría dado a conocer la Alcaldía de Cali, a través de la Secretaría de Seguridad, en cumplimiento de una orden emitida por la Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC) que, desde el mes de enero (2023), realizaba múltiples visitas a las tenebrosas instalaciones, alguna vez financiadas por los gobiernos de Estados Unidos y Colombia.

“Esta semana fuimos notificados por la CVC de la resolución 7130036 de 2023, mediante la cual comisionan a la secretaria de Seguridad y Justicia para que dé cumplimiento y aplicación a la medida preventiva que ellos han expedido contra el Centro de Investigación ‘Caucaseco’. La CVC prohibió investigar o hacer procesos de investigación con fauna silvestre y cualquier tipo de acción que pueda significar maltrato animal”, dijo el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Jimmy Dranguet, según referencia Blu Radio.

De ahí que, representantes de la entidad hayan estado adelantando reuniones con las diferentes autoridades del distrito, antes de concretar el operativo ordenado por la CVC, en compañía de la Policía Metropolitana de Cali.

Esta hazaña es posible, gracias a una investigación de 18 meses, realizada por la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), en la que se documentaron las pésimas condiciones en las que vivía la monada (grupo de monos).

Desde hace más de 20 años, estos animales pasaban la mayor parte del tiempo, recostados sobre sus eses, en un corral improvisado, hecho con jaulas oxidadas y una cerca de alambres, que estaba cubierta por láminas de plástico, y eran alimentados con concentrado para perros, mezclado con agua azucarada, ya que, entre otras muchas carencias, el laboratorio no contaba con dietistas especializados.

En revisiones posteriores a la denuncia, también, encontraron que algunos primates habían perdido gran parte de su pelaje, tenían posturas anormales e, incluso, estaban muriendo sin recibir atención veterinaria. Pero el hallazgo más perturbador, sin duda, fue en la última visita realizada por la Comunidad Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), cuando los auditores lograron identificaron fetos de la especie y algunos ejemplares de mono, sin ojos entre sus cuencas.

El laboratorio llevaba años sin diligenciar actas de nacimiento y necropsia, por lo que, resulta imposible saber cuántos monos murieron y debido a qué, durante las casi dos décadas que lleva en pie la investigación, misma que nunca registró avances en la lucha contra la malaria.

“Peta escuchó por primera vez sobre una instalación en la zona rural de Colombia en la que los monos búho, algunos posiblemente secuestrados de los bosques en la parte norte del país, viven en medio de su propia suciedad, en jaulas oxidadas en un corral improvisado con vallas de jardín y láminas de plástico”, señala la investigación.

Sin embargo, después de un largo tiempo de espera, parece que, por fin, la CVC logró ultimar los detalles sobre dónde serán reubicados los primates que, lamentablemente, después de ser expuestos a una abrumadora serie de experimentos, se convirtieron en un peligro, no solo para los demás monos, sino también para los seres humanos, al contraer malaria. Razón por la que, deben ser trasladados con sumo cuidado y reasentados en donde no puedan llegar a contagiar a nadie en un futuro.