María José Martínez es una de las actrices colombianas más reconocidas de la televisión nacional, teniendo en cuenta que ha hecho parte de producciones como ‘Tu voz estéreo’ y ‘Fugitivos’. Sin embargo, algo que la diferenció de muchas colegas en su momento es que nunca se mandó a operar los senos.
De hecho, en medio de la polémica que generó Carolina Cruz en días recientes al hablar sobre la explantación mamaria, la bogotana de 42 años recordó que bastante la presionaron en el medio para que aumentara su talla.
“Yo empecé a actuar a los 15 años, cuando estaba en el colegio todavía. Luego comencé a estudiar actuación y mi mánager me dijo que era momento de presentar casting para papeles protagónicos (...) Hice un par de pruebas, (pero no me llamaban) y le pregunté a ella qué pasaba, a lo cual me respondió que, según el canal, yo no me tomaba la profesión enserio porque no me había puesto prótesis como Pepita Pérez”, explicó inicialmente.
A pesar de que María José Martínez cuestionó ser juzgada por su apariencia física y no por su talento como actriz, su madre empezó a buscar clínicas que pudieran operarla. Sin embargo, pasó algo extraordinario que no le permitió entrar al quirófano.
“Quedé muy sorprendida porque pensé que lo importante era el talento y los estudios. Sin embargo, llegué a mi casa, con ese trauma entre pecho y espalda, y le conté a mi mamá ¿Ella qué hizo?, teniendo en cuenta yo a mis 19 años era famosa y adolescente, me sacó la cita con un cirujano plástico (...) Yo le dije al doctor lo que necesitaba y, tras revisarme, me dijo que no me iba a operar porque mis senos eran muy bonitos, proporcionales a mi cuerpo y no quería hacer un daño”, expresó a través de un video compartido en redes sociales.
La mujer creyó en las palabras del galeno y jamás implantó silicona en su cuerpo. No obstante, aseguró que muchas otras mujeres, en búsqueda del supuesto cuerpo perfecto y para cumplir ciertos estándares de belleza, cayeron en la moda de operarse.
“Las modas suelen ser muy agresivas con el cuerpo de las mujeres y nosotras, por buscar la perfección en la moda del momento, nos metemos en cárceles mentales (...) Yo estuve también metida en una cárcel porque soy de la época cosmopolitan, en la que cada mes llegaba la revista de moda y decía cómo complacer al hombre o ser una bomba en la cama”, agregó.
Por último, María José Martínez advirtió que la perfección no existe y por eso las personas, sobre todo las mujeres, deben permitirse salir de esa cárcel mental y vivir a gusto todas las etapas de su vida y su cuerpo.
“Permítanse ser imperfectas, libre y felices, porque la perfección no existe. Quiero permitirme envejecer, porque eso no está mal, envejecer es un privilegio. Le pido a Dios, como dice Margarita Rosa de Francisco, que me deje presenciar el espectáculo de mi vejez”, concluyó.
¿Qué dijo Margarita Rosa de Francisco sobre la vejez?
En entrevista con BBC que la actriz y presentadora colombiana aseguró que para ella no fue nada fácil ver la evolución de su cuerpo con el pasar del tiempo. Incluso, señaló que a sus 45 años ya tenía una crisis por esta razón, lo cual la llevó a aplicarse sustancias en el rostro.
“Empezó a preocuparme que se me marcaban las arrugas y no tanto en el cuerpo, pero sí en la cara, y alcancé a caer en las soluciones de emergencia. Me puse botox en todas partes, me puse relleno en los labios también, porque esa es otra cosa de la vejez, que se empiezan a adelgazar los labios, como a meterse para adentro. Los cachetes también empiezan a descolgarse. Esa parte, por ejemplo, me parece terrible (...) He azotado mucho mi cuerpo por muchos años y digamos que solo un cuerpo joven aguanta tanto abuso y ya grande, pues no lo puedo hacer”, comentó.
Posteriormente, Margarita Rosa aseguró que, luego de varios años, logró aceptar que las marcas del tiempo en su cuerpo son inevitables. De hecho, advierte que se ha quitado el peso de ser un símbolo de belleza y sensualidad en Colombia.
“Yo me siento muy liberada. Me siento feliz. Eso no quiere decir que cuando me veo al espejo y me veo más vieja, a mí me parezca chévere. Hay muchas cosas que veo de mi cara que no me gustan, pero yo me siento ya con el derecho a tener esa cara. No tengo que pedir permiso para tener esa cara que ha producido mi vida, que ha producido mi andar, mi sentir. Entonces, me siento liberada. Esa es la palabra. Me siento aliviada de no tener el deber de ser bella, ni de ser joven, ni de ser sexy, ni apetitosa”, añadió.