Profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín fue acusado de acoso sexual

Una de las víctimas comentó que, aunque otros profesionales de la institución sabían del comportamiento del profesor, nadie hacía porque él “era un intocable en la Facultad”

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"Son conscientes de esta situación por parte de muchos profesores y en muy pocos casos han hecho algo”, destacó Fernanda Herrera, cofundadora del colectivo “Bolívar en Falda”
"Son conscientes de esta situación por parte de muchos profesores y en muy pocos casos han hecho algo”, destacó Fernanda Herrera, cofundadora del colectivo “Bolívar en Falda”

Nicolás Chalavazis Acosta, un prestigioso docente de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín, está siendo señalado de ser un acosador sexual por parte de cinco estudiantes que cursan sus estudios en Comunicación Social en esa institución educativa. De acuerdo con lo que comentaron las denunciantes, en testimonios recopilados por el diario local El Colombiano, el profesor, aprovechándose de su posición de poder, les hablaba a través de redes sociales y dirigía las conversaciones a temas sexuales e invitaciones a salir.

De acuerdo con las cinco personas que denunciaron ante el medio de comunicación ya citado, los hechos ocurrieron entre el 2015 y el 2022. Una de ellas, identificada como Laura, destacó que el hombre empezó a hablarle por chat luego de que ella le recomendara un libro que hablaba de los temas que él había puesto sobre la mesa de debate en una de sus clases: “la trivialidad de la vida”. El hombre, quien le manifestó estar agradecido, empezó a contactarla, según Laura, de una manera que no coincide en la debería comportarse un docente con una alumna.

En medio de las conversaciones, el profesor le hizo saber que estaba interesado en pintar desnudos, a tal punto, que le pidió a Laura que fuera su modelo. Ella, de acuerdo con lo que comentó, tenía 17 años para ese momento, por lo que, en medio de su inocencia, le permitió al profesor pintar en acuarelas una foto suya. Las imágenes terminaron siendo publicadas en la cuenta de Instagram del docente. “Que un profesor te escriba todos los días no tiene cabida, porque es una relación en la que no tenía por qué preguntarme cosas así”, aseguró.

“Yo quiero pintar desnudos. Qué morbo hay en la desnudez humana, nada. Yo, pues como admiro tanto la belleza femenina, pues la admiro y la deseo, quiero pintar desnudos femeninos. Igual, nadie me ha posado”, le decía él, a Laura, para convencerla.

Otro de los casos corresponde a Liceth, nombre falso que se le dio a la verdadera denunciante para proteger su identidad. El docente, dice ella, le decía que era fan suyo cuando ella se desempeñaba como monitora académica en el segundo semestre del 2022. “Empezó a preguntarme que cuántos años tenía, la edad de mi papá y qué pensaba de que mujeres jóvenes se metieran con hombres mayores, pero yo embolataba la conversación. Y me preguntó qué pensaba de que estudiantes se metieran con profesores”, dice. De acuerdo con lo que comentó a El Colombiano, a ella le dijo lo mismo acerca de su interés de retratar cuerpos desnudos.

Al darse cuenta de que ella era feminista, dice Liceth, el profesor empezó a decir que con mujeres como ella era difícil coquetear porque eran ‘muy reacias’ a recibir cumplidos.

El caso de Mariana, cuyo nombre también fue cambiado por seguridad, es muy similar. También le habló a través de redes sociales. En la conversación se lee como Chalavazis elogiaba las habilidades musicales de la estudiante. A ella intentó invitarla a salir en varias ocasiones, y hasta hubo un acercamiento físico por parte de él que la incomodó. “Él me cogió para abrazarme y me dio un pico que todavía me acuerdo y me da asco porque puso su boca en todo mi cachete y se quedó así por varios segundos”, recordó.

Ella le contó a un profesor de confianza sobre los hechos, pero se sorprendió al notar que el comportamiento de Chalavazis era bien conocido e ignorado por la institución. Destacó: “¿Por qué si todo el mundo sabe esto, nadie hace nada? Me dijo que él era un intocable en la Facultad”.

Una de las víctimas comentó que aunque otros profesionales de la institución sabían del comportamiento del profesor, nadie hacía porque él “era un intocable en la Facultad”
Una de las víctimas comentó que aunque otros profesionales de la institución sabían del comportamiento del profesor, nadie hacía porque él “era un intocable en la Facultad”

Marcela, nombre asignado por seguridad, destacó su caso también. Su caso ocurrió durante el segundo semestre del 2015. “No te moleste ni te perturbe el que te exprese que tu belleza me requiebra (...). Breve la vida, ¿cómo no hacértelo saber cada que pueda, que me eres bella?”, escribió Chalavazis en la dedicatoria de un libro que le regaló a Marcela. El libro se unió a una caja de chocolates que le había dado previo a empezarla a seguir en todas sus redes sociales.

“En medio del semestre, nosotras pedimos una cita con la directora de la Facultad (María Victoria Pabón) y le dijimos que había un profesor que tenía comportamientos sistemáticos de acoso, pero no le dijimos el nombre porque sabíamos que eran amigos. Se sorprendió muchísimo y quedó muy preocupada, pero no nos volvió a decir nada”, le contó a El Colombiano Tatiana Lozano, quien, de la mano de otras alumnas, inició una investigación sobre el acoso sexual en la UPB.

Hannah, finalmente, otras de las estudiantes que asegura ser víctima del profesor, detalló que luego de obtener bajas calificaciones, al parecer sin argumento, exámenes hechos por el docente. él la invitó a tomar algo para hablar de sus notas. “¿por qué no nos tomamos un jugo, hablamos de la nota y te explico mejor? Pero no como un profesor a una alumna, sino como una salida extracurricular”, relató.

Fernanda Herrera, cofundadora del colectivo “Bolívar en Falda”, comentó: “recogimos varias declaraciones y se lo pasamos a la universidad para mostrarles esta situación y, mediante un derecho de petición, preguntarles cuáles eran los protocolos de atención para estas denuncias. Solo respondieron que tenían una ruta para que las estudiantes que quisieran pudieran dejar una queja formal (...) la UPB tiene conocimiento de que el acoso sexual es muy grave, pero no hacen nada y con su omisión respaldan estas acciones. Son conscientes de esta situación por parte de muchos profesores y en muy pocos casos han hecho algo”.

La directora de la Facultad, María Victoria Pabón, por su lado, explicó que “la Universidad apenas se enteró del caso y está haciendo las investigaciones respectivas”.

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