Participación de la sociedad en la Construcción de la Paz, Democracia para la Paz, Transformaciones para la Paz, Víctimas, Fin del conflicto e Implementación son los seis puntos acordados entre las delegaciones del Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para desarrollar durante los siguientes ciclos de diálogos.
Si bien es cierto que el segundo (‘Democracia para la Paz’) plantea una revisión exhaustiva sobre el nivel de participación que tienen los distintos actores sociales en el ejercicio democrático, empezando por las garantías y “la situación jurídica de los sindicados y condenados por actos en el desarrollo de la movilización social”, también pretenden “examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional”.
La conexión tripartita entre democracia, paz y modelo económico, para algunos poco evidente, obligó al jefe negociador de la delegación del Gobierno, Otty patiño, a explicar por qué es un tema para tratar en la Mesa:
“Necesitamos mirar si esos modelos económicos son los que realmente sirven y dentro de esos modelos económicos hay un modelo subterráneo que es lo que yo llamaría lumpen capitalismo, que son los negocios y las rentas adquiridas del tema del narcotráfico, que terminan incursionado a las economías legales a través de ventanillas de diferente clase y terminan articulándose con ese modelo liberal”, explicó.
Las economías ilegales, que desembocan en los ingresos nacionales, inyectando negocios constituidos ante la ley, deberán ser revisadas en la Mesa, de ahí que esta no sea una revisión al capitalismo, sino a la ilegalidad.
“Hay mucha gente que siente que es posible, dentro del capitalismo no estamos hablando de una crítica al sistema capitalista, pero sí es mirar si el modelo de desarrollo fundado en la supremacía y en la dictadura de los mercados es el sistema que nos sirve”, añadió.
De la misma manera que se discutirán en la Mesa las acciones nocivas para el ambiente, los pasos hacia un desarrollo sostenible y el soporte a los pequeños y medianos agricultores.
“Hay gente de comunidades pequeñas que miran que todo el desarrollo agrícola ha tenido problemas con los insumos, también desde luego que tiene que ver con un modelo que tiene una desconsideración total con los ecosistemas y que lo único que importa es extraerle a la tierra lo que tenga con perjuicio de la naturaleza”, señaló.
La dejación de las armas, un acuerdo “incierto y no muy cercano”
Entre los puntos a tratar no es claro si el ELN terminará dejando las armas y sí, tal y como solicitaron al Gobierno, el Estado transformara el uso que hace de ellas.
“En el marco de las nuevas circunstancias generadas por este proceso, se construirá un acuerdo sobre las armas del ELN, en sincronía con la estrategia para superar la violencia y neutralizar el armamentismo y el belicismo”, se lee en la agenda.
Pablo Beltrán, jefe negociador de dicha guerrilla dice que este es un tema que podría abordarse, siempre y cuando se logre un consenso, que implica cambios de parte y parte.
Al respecto, su homologo, Otty Patiño, comentó que el “el tema de las armas para ellos es un asunto que, como en toda guerrilla que ha usado y que ha basado su protección en las armas, es un tema con un futuro un incierto y no muy cercano”.
Sin embargo, fue claro al decir que antes de lograrse un acuerdo final, debe pactarse la “dejación de armas, que las armas se vuelvan inútiles para proteger su vida. Para el desarrollo de la política lo que inadmisible es que lo hagan con el fusil al hombro. Eso está totalmente descartado”.