Fue la diplomacia y no la colaboración judicial la que permitió la llegada de la excongresista Aída Merlano a Colombia después de más de dos años que estuvo detenida en Venezuela. El ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, le agradeció al jefe del régimen bolivariano por la gestión e incluso anunció “sorpresas” en la relación bilateral.
“Gracias Presidente Nicolás Maduro. Una vez más la diplomacia directa con usted produce resultados. Se engrandece así a nuestros pueblos. No más años aciagos. Interpretando la voluntad del Presidente Petro pronto habrá gratas sorpresas para nuestras naciones y el mundo entero”, escribió Leyva en sus redes sociales.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, explicó a la llega de la excongresista a Bogotá, que fue gracias a una gestión diplomática en el Gobierno de Colombia y su par en la República Bolivariana de Venezuela que se logró la deportación de la condenada Merlano Rebolledo.
“Hemos logrado su deportación desde la República Bolivariana de Venezuela. Una gestión diplomática ha conducido a este resultado. Ella llegará al Aeropuerto El Dorado. Allí están listas las autoridades migratorias y las autoridades judiciales para practicar la orden de captura”, indicó el ministro.
Merlano no llegó extraditada al país, sino en calidad de deportada, una condición diferente que no hace parte de la colaboración judicial y que se habría tomado para acelerar el trámite. A la par de las consultas para la extradición, “también se hicieron las gestiones diplomáticas que condujeron a una decisión del Gobierno de Venezuela de deportarla y de entregarla”, explicó el ministro Osuna.
Leyva había estado una semana antes en Venezuela y sostuvo una reunión con Maduro en el Palacio de Miraflores, en el que también estuvo Cilia Flores. El propósito, según dijeron ambos líderes, fue seguir fortaleciendo las reuniones entre ambas naciones como parte de los acuerdos que se han firmado.
La colaboración diplomática produjo que Maduro dispusiera de un jet de PDVSA para el traslado de la excongresista colombiana. Una aeronave utilizada anteriormente para el traslado de altos funcionarios venezolanos e incluso prestado a Evo Morales para viajar por el continente. Así como su aterrizaje en un hangar privado en el aeropuerto internacional de Bogotá, que habría pagado ese país.
Tras la rueda de prensa que ofreció Merlano, las autoridades habrían procedido a efectuar la captura por las condenas vigentes que tiene en el país y el proceso penal por fuga de presos que continúa abierto. La exsenadora habría sido trasladada posteriormente a la cárcel de mujeres de Bogotá, El Buen Pastor, donde se encontraba recluida antes de su fuga en octubre de 2019.
La excongresista, avalada por el partido Conservador en 2018, habría llegado a Venezuela, según dice, para proteger su vida debido a planes para asesinarla por parte de quienes protagonizaron la compra de votos y su fuga. Fue capturada por las autoridades venezolanas en el 2020, tiempo en el cual habría permanecido como detenida.
El gobierno de Iván Duque no tenía relaciones diplomáticas para entonces con Nicolás Maduro y había reconocido a Juan Guaidó como el mandatario bolivariano. A este le solicitó la extradición de la congresista, pero el trámite, como lo expresó el ministro Osuna, “fue totalmente ineficaz”.
Merlano sostiene que dará cara a los procesos judiciales que tiene en el país. Sobre ella pesan dos condenas, una por los delitos de concierto para delinquir, fraude al sufragante y porte ilegal de armas de fuego, con una pena de prisión de 11 años. Así mismo, la Corte Suprema de Justicia la condenó por violar los topes electorales de financiación.
Debe responder además por el delito de fuga de presos, por el que ya fue condenada su hija Aída Victoria y el excapitán del Inpec David Alexander Álvarez Cárdenas.