En el barrio Alcalá, en la localidad de Puente Aranda, la Policía Metropolitana de Bogotá desmanteló una fábrica ilegal de medicamentos. Una persona fue capturada y entre los objetos decomisados se encuentran troqueles, empaques y medicamentos vencidos.
Los agentes de la Policía Metropolitana del cuadrante 002 se trasladaron al lugar en donde se reportó una riña, pero una vez allí se percataron de movimientos extraños que llamaron la atención de los uniformados.
Puntualmente, uno de los agentes sospechó de un joven que entraba varias lonas, las cuales estaban llenas de bolsas de pastillas, indagando sobre la situación, los policías se encontraron con una fábrica ilegal de medicamentos, por lo que se solicitó el apoyo de la Sijin.
“Nuestros uniformados evidencian la alteración de medicamentos dentro de este lugar y logra la incautación de troqueles para sellamiento, medicamentos vencidos y envolturas de marcas registradas utilizadas para empacarlos”, declaró al respecto el comandante de la estación de Puente Aranda, mayor Luis Gómez.
El comandante de la estación de Puente Aranda indicó que el capturado, un joven colombiano de 24 años, quedó en poder de la Fiscalía. Al sospechoso le será imputado el delito de “corrupción de alimentos, productos médicos o materiales profilácticos”, cuya pena puede variar entre 5 a 12 años y una multa entre los 200 a 1500 SMMV, según el artículo 373 del Código Penal.
Entre los materiales incautados se encuentra: utensilios para sellar los medicamentos (troqueles), empaques de marcas reconocidas, medicamentos vencidos. La Sijin reportó 16 kilos de pasta blanda y 10 kilos de ese material empacado.
Según la publicación “Medicamentos falsificados en Colombia: Análisis desde una perspectiva de anticorrupción”, publicado en 2021 por el Anti Corruption Resource Centre, Colombia carece de información y estandarizada que permita la ágil identificación de medicamentos adulterados.
Ese mismo estudio señala que en Colombia se llegan comercializar más de dos mil unidades de medicamentos adulterados, pero a pesar de esta cifra, en el país no existen estudios sistemáticos que permitan medir su impactó en la salud pública.
Lo más cercano a estudios sistemáticos son desarrollados por el Observatorio Nacional de Ilegalidad y Contrabando del Invima, el cual identificó cinco grupos de medicamentos susceptibles de adulteración: de alto costo, contra el cáncer, anticonceptivos y para la fertilidad, tratamientos para la hepatitis y antirretrovirales, finalmente los asociados a estilo de vida.
El estudio antes señal indica la necesidad de que el Estado colombiano trate la falsificación y adulteración de medicamentos como parte de la lucha contra la corrupción, en caso contrario la capacidad estatal para luchar contra este tipo de delitos no se articula con las redes de crimen organizado.
Frente a los canales de distribución, la investigación explica que la mayoría de estos productos son vendidos en droguerías, seguido por las redes sociales, las ventas por internet, los centros de salud, en la calle y finalmente en comercios.
Ante esta situación es clave que los pacientes tengan en cuenta algunas recomendaciones, tales como: verificar que los empaques se encuentren en perfectas condiciones, cerciorarse que las fechas de fabricación y vencimiento no tengan ningún tipo de alteración, en los casos que haya lugar contrastar la información con lo publicado por el Invima.
Las autoridades sanitarias, durante años, han desarrollado campañas en las que alertan a la ciudadanía de la necesidad de destruir adecuadamente los envases de los medicamentos, recomiendan partirlos en al menos ocho partes, destruir los frascos o inutilizarlos con perforaciones.