En Colombia hay libertad plena, según la ONG internacional Freedom House

La elección como presidente de Gustavo Francisco Petro y la despenalización del aborto fueron cruciales en la medición anual que realiza esa organización

Protesta de Bomberos en la Plaza de Bolívar de Bogotá - Foto: @sunetcolofc

Contrario a lo que sería la opinión popular, Colombia es un país con libertad plena, o por lo menos así señala un análisis que realizó la ONG internacional Freedom House y cuyos resultados se conocieron el jueves 9 de marzo.

El país fue el que más avanzó hasta conseguir el mencionado estatus durante el año pasado, según el informe anual de la ONG sobre la libertad en el mundo.

La mejora estuvo impulsada por “el aumento del pluralismo político” en las elecciones presidenciales que ganó Gustavo Petro, por la aprobación de los permisos de protección para venezolanos o por la despenalización del aborto, explicó la directora de investigación del informe, Amy Slipowitz.

A pesar de los buenos datos, que hacen que sume seis puntos, la experta avisó de que aún quedan muchos problemas. “Colombia es uno de los países más mortíferos para los defensores de los derechos humanos, especialmente para los de las comunidades indígenas y afrocolombianas”, lamentó.

Con todo, el país es el que más ha avanzado en libertades según los cálculos de los investigadores de Freedom House, que todos los años asignan una nota a cada país, de 1 a 100, en función de cómo ven la situación en materia de derechos políticos y libertades civiles.

De acuerdo al informe sobre 2022, 84 de los 195 países analizados se encuentran en la categoría de “libres”.

Por contra, el país que el año pasado perdió más puntos, 23, fue Burkina Faso como consecuencia de los dos golpes de Estado consecutivos que sufrió.

En 2022, 34 países presentaron mejoras en derechos y 35 anotaron retrocesos. Es el margen más pequeño que se constata desde que, hace 17 años, el número de países que pierden puntos comenzara a superar de forma sistemática al de los que los ganan.

Ucrania, lastrada por la invasión rusa, perdió 11 puntos, mientras que la propia Rusia restó tres como consecuencia de la represión interna.

En Latinoamérica, también El Salvador y Nicaragua presentaron retrocesos, de tres y cuatro puntos, respectivamente.

Este último, considerado “no libre”, es de hecho uno de los países que más puntos ha perdido durante los últimos diez años (32), casi tantos como Libia (33), que es la nación que más puntos ha perdido en ese período.

Los dos países que peor puntuación tienen, en total, son Sudán del Sur y Siria, ambos con un punto.

50 años midiendo la libertad

El informe para 2022 marca 50 años desde que la organización, dedicada a la promoción de la democracia, empezó a elaborar este documento anual.

Como novedad, el texto incluye un apartado que identifica las tendencias que han observado en este tiempo.

Para Slipowitz, una de las claves de estos 50 años es que los declives no se han registrado siempre en un mismo grupo de países, sino que cada vez hay más democracias consolidadas que presentan debilidades.

La investigadora considera que este último punto es clave, ya que algunas de ellas, como Estados Unidos, tienen una gran influencia internacional.

“Ver más declives internos ahí da más margen a los regímenes autoritarios para decir ‘Vosotros sois igual de malos. ¿Por qué debería dejar de hacer lo que estoy haciendo?’”, dijo.

La nota de Estados Unidos, que ha experimentado un declive de 10 puntos en la última década, se mantuvo igual en 2022. Ganó un punto por el desarrollo pacífico de las elecciones de medio mandato de noviembre pero perdió uno por las restricciones al aborto.

Otro ejemplo de una democracia que se debilita, según la investigadora, es Brasil, donde el pasado enero se vivió un ataque a las sedes de los poderes en Brasilia por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro.

Aunque los eventos de enero no llegaron a incluirse en el informe por haber sucedido en 2023, Slipowitz considera que incluso antes ya se veían tendencias preocupantes, como la intimidación y amenazas que sufrieron muchos votantes durante las elecciones de 2022 o las declaraciones del propio Bolsonaro sobre que no aceptaría los resultados si no ganaba él.

(Con información de EFE)